Tras finalizar la primera parte de la bilogía Rose Lake no había otra cosa que deseara más en el mundo que leer su continuación. Y es que la autora es especialista en dejarnos con la miel en los labios y unas ganas tremendas de leer más de sus historias.

Pues al fin he podido volver a Rose Lake y saber más de sus habitantes. Aunque para empezar nos encontramos con un salto temporal y varios cambios en sus protagonistas.

Por un lado, tenemos a Kellan triunfando con la música por el mundo, como siempre ha soñado.

Kellan ha conseguido llegar a lo más alto en poco tiempo. Pero esa vida es bastante complicada y no todo es oro lo que reluce, pero vive en un autoconvencimiento eterno de que esa vida es que la quiere.

Por otro lado tenemos a Maia. Una Maia madura y feliz con su vida, muy lejos de aquella chica triste y rebelde que llegó a Rose Lake siete años atrás.

Maia ha reconducido su vida tras la marcha de Kellan. Junto a su familia y nuevos amigos ha luchado por seguir adelante y olvidarlo y todo parece que lo ha conseguido, o eso piensa hasta que de buenas a primeras el pasado parece volver a su vida.

La historia entre ellos es bastante intensa y complicada. Ambos se conocen muy jóvenes y con muchas cosas que hacer y ahora desde la madurez, deben aprender a asumir lo que realmente quieren.

Algo muy habitual en las novelas de Cherry Chic es que no hay solo dos personajes protagonistas, sino que suele entrelazar con historias paralelas igual de importantes que la principal.

En esta ocasión me refiero a Ashley y Brody.

Estos personajes secundarios de la primera parte de la bilogía toman fuerza en esta ocasión y la autora nos cuenta su interesante e intensa historia a la par que la de Kellan y Maia.

Y es que ambos también se reencuentran después de estos años y entre ellos surgen más que chispas. El pasado choca con el presente de frente y no les será fácil enfrentarlo...

Con estas dos historias entrelazadas también conoceremos cómo les va al resto de habitantes de Rose Lake, muchos con gran importancia en la novela y de los que me ha encantado saber más.

Hablar de esta novela sin meter la pata es bastante complicado, puesto que cada detalle es importante, así que no voy a decir más.

Lo que sí puedo decir que es que la autora nunca defrauda crea unos personajes tan humanos y cercanos que a mí al menos me hace conectar mucho con ellos.

Sus historias hay que leerlas con la mente abierta y dispuesto a encontrar un poco de todo; a giros a sorpresas. A veces más agradables que otras. Pero sin duda es algo de ella que me encanta y que te hace sentirte totalmente metida en la historia.

En esta ocasión reconozco que he conectado más con la historia secundaria que con la principal. Ya que por el motivo que sea no he terminado de entender ciertas actitudes de Maia o Kellan. Y aun así la autora consigue meterte tanto entre ellos que es imposible no empatizar con ellos en cada momento.

En general es una novela que he disfrutado en todo momento y me ha parecido un cierre ideal para la bilogía.

Me encanta la forma de escribir de esta autora y con cada historia me enamora aún más.

Indudablemente es una bilogía muy recomendable.