Para amarle, tendría que arriesgarlo todo...

Deirdre Wilks, la infame vizcondesa Roherby, es repudiada por la sociedad, que murmura a puerta cerrada sobre su sombrío pasado. Y ahora, todas las esperanzas que abriga para reparar su reputación están en peligro cuando un desesperado y atractivo caballero acude en su ayuda.

Él ha escuchado los rumores... pero temiendo por su hermana, desaparecida en algún lugar de los rincones más infames de Londres, lord Tristan Knight debe buscar la ayuda de esa misteriosa belleza. Aunque sus intenciones son ocultas, el cálido corazón de Deirdre y su bello rostro son más propios de un ángel que de una pecadora.

Y pronto, Tristan se da cuenta de que jamás podrá dejar a esta audaz y notable mujer.

Sin embargo Deirdre debe salvaguardar un secreto... una escandalosa verdad que, una vez revelada, podría destruir el apasionado amor que él ha llevado a su vida.

Tristan Knight, conde de Ellington, no tiene ni idea de la verdadera naturaleza del oscuro pasado de lady Rotherby. Su rebelde hermana pequeña, Emily, ha huido. Parte de su equipaje fue encontrado en Tothill Fields. Ese es un distrito famoso; es dónde su madre fue asesinada mientras trataba de ayudar a los menos afortunados. Él sólo era un muchacho cuando ella murió en sus brazos. Tristan ha oído que lady Rotherby tiene algunos contactos y espera que pueda ayudarle a llevar a su hermana de vuelta a casa.

Al principio Deirdre se niega. Cree que si se acerca a lord Ellington la verdad terminará saliendo a la luz. Él despierta en ella extraños y abrumadores pensamientos y su presencia es bastante perturbadora. Sin embargo, su sentimiento de culpabilidad se impone; sabe que está en deuda con Tristan y que si hay alguien que puede encontrar a Emily, es ella.

Tristan se siente inquieto por volver al lugar que tantos recuerdos dolorosos le provocan, pero hará cualquier cosa por recuperar a Emily, aunque esto suponga tener que luchar contra el deseo de tomar a Deirdre en sus brazos y hacerla suya...

Deirdre Wilks, viuda y con un pasado que ocultar, es la única solución que se le ocurre a Tristan Knight para dar con el paradero de su hermana, que ha huído de casa tras un último enfrentamiento entre ambos.

Poco puede imaginarse Tristan, que la mujer a la que la alta sociedad tiene en tan poca estima, tiene un rostro tan sereno y hermoso, con las facciones de un ángel. Y más sorprendido aún se queda cuando tiene la oportunidad de darse cuenta de la bondad y belleza interior que también posee.

Ambos se internan en una búsqueda donde el objetivo principal es dar con el paradero de la joven, sin percatarse, de que en esa misma búsqueda, encontrarán mucho más que lo que esperaban. Recorriendo los bajos fondos, tanto Tristan como Deirdre conocen facetas el uno del otro que desconocían y que acaban admirando con devoción.

Pero hay secretos muy importantes que pueden ser cruciales en una relación, secretos que deberían ser revelados pero que el temor incita a guárdarselos para uno mismo. Mientras que Tristan termina abriendo su alma, muy poquito a poco, a Deirdre, ella se siente incapaz de arriesgarse a ser sincera por el miedo a perder al único hombre al que ha amado profundamente.

Una historia amena, fácil de leer, que no ofrece grandes expectativas pero que está relatada con ternura, cariño y momentos de verdadero anhelo. No lo puedo considerar como uno de esos libros inolvidables que son capaces de erizarte hasta el vello de la nuca, ni una de esas historias que te mantienen hasta el final sin poder soltar el libro.

Sin embargo, después de la másiva publicación a la que nos encontramos mes a mes, no encuentro esta compra como un fracaso; pues el sólo echo de ser fácil de leer y encontrarse una historia bien relatada, es un acierto.

Añadir, además, que sus personajes secundarios para mi son imprescindibles. Todos y cada uno de los personajes que aparecen en la historia aportan un granito de ternura a una historia ya de por si tierna. Y nos deja entrever en gran medida la trama de los protagonistas de su siguiente novela en esta misma saga.

Es cierto que la hermana de Tristan en su huída aparece como una cría caprichosa y egoísta, pero los acontecimientos a los que se ve obligada a enfrentarse le aportan un grado de madurez importante, y al final, aunque pensé que terminaría odiándola por su comportamiento, me siento con ganas de leer su propia historia.

Si esperabáis encontraros con una gran novela, como es mi caso hasta que leí las críticas, recomiendo dejarlo para esos momentos en los que una prefiere leer algo sencillo pero que sea apuesta segura.