Sheridan Drake es uno de mis protas masculinos favoritos de romántica (con diferencia además). Me he reído muchísimo con sus ocurrencias, Laura lo ha dotado de una ironía, un cinismo y un carisma apabullante, pero a la vez es muy tierno, engancha. Por supuesto es un atormentado de manual.

Por otro lado me encantó la evolución de Olympia, la princesa pava, que es un personaje que no para de crecer y que cambia y madura capítulo a capítulo. Todo envuelto en aventura de la buena, no dejan de pasar cosas interesantes, en una trama bien hilvanada y excelentemente narrada.

El único pero que le veo es que hay dos personajes importantes uno para la trama, Julia, y otro para entender la psicología de Sheridan, su padre, por los que Laura pasa de puntillas, dejando puntos ciegos, que no te llegas a explicar. Aún así es uno de mis favoritos de la Kinsale.

Lo he disfrutado como una enana. Para mi es un 9/10.

La tercera novela que he tenido ocasión de leer de Laura Kinsale. Después de una insuperable “Flores en la tormenta” y una decepcionante “Sombra y Estrella”, comencé a leer esta historia con la mente totalmente abierta, y con la idea de darle una oportunidad más a una autora que en su día creí todo un descubrimiento. Debe ser éste el hecho, de no esperarme nada en concreto, lo que me hizo disfrutar del libro sin tapujos ni perjuicios.

Como ya es habitual en la Kinsale, en esta ocasión se nos presenta un personaje masculino atormentado por su brutal pasado, sus sentimientos contradictorios y una particular visión de la vida, o más bien, de sobrevivir día a día, hora a hora. Sheridan es un hombre decepcionado por el destino, alguien que no espera nada más que tener un planto caliente en la mesa y no morir al día siguiente. Toda su existencia se ha basado en mentiras, infortunios y manipulaciones, nunca ha sido el piloto de su propio timón.

Por otra parte nos encontramos a Olympia, una jovencita exiliada de su propio país debido a su pertenencia a la familia real y los problemas políticos que se están originando. Desde su más corta infancia sueña con regresar a su tierra e instaurar la democracia entre su pueblo. En ella se une una desconcertante mezcla de inocencia, lealtad y fe en el resto del mundo. Por ello, cuando gracias a su accidentado viaje con el afamado capitán, le proporciona la oportunidad de vislumbrar un mundo que no es perfecto, luchará con más ahínco en calmar los temores y mejorar la vida de la gente que la rodea. Y si entre ellos se encuentra un lobo solitario, cuyos ojos la devoran, su tarea se hará mucho más dulce.

En resumen me ha parecido una novela entretenida, cargada de aventuras, con dos personajes muy complejos en su personalidad y dueños de una vida interior que saca la historia adelante.

Mi puntuación: un seis y medio.