2º Libro de la serie Los placeres del pecado.

Segunda novela de Evangeline Collins, una autora que me encantó y me sorprendió muchísimo con su primera novela y aunque estaba deseando leer algo más de ella, también iba con cierto miedo a que su segunda novela me decepcionara como suele pasar a veces.

Esta vez nos volvemos a encontrar con otro personaje que trabaja en el burdel de la Señora Rubicon, pero esta vez no se trata de un gigoló sino de una de las prostitutas del establecimiento, una bastante especial y poco común, no sólo por su belleza sino por las circunstancias y las condiciones de su trabajo.

Rose es una joven de buena familia que tras la muerte de su padre descubre que éste los ha dejado endeudados hasta las cejas a ella y a su hermano pequeño. Para poder saldar las deudas, salvar el pequeño patrimonio que le queda a su hermano y que este reciba la educación que merece el hijo de un noble decide venderse a sí misma.

Cinco años más tarde del fallecimiento de su padre y tras cuatros años trabajando una semana al mes en el burdel de Madam Rubicon, Rose sigue pagando las deudas, esta vez las de su descuidado hermano, y sigue sufriendo durante siete noches al mes al tener que venderse a cualquier hombre con el dinero suficiente para pagar una noche con la cortesana más cara del prostíbulo.

James es un hombre de negocios con una inmensa fortuna ganada a base de trabajo, pero su padre, ambicioso, no se conforma con eso, por lo que lo vende al mejor postor al casarlo con una joven noble hija de vizconde con el fin de que al menos la hermana pequeña de James pueda hacerse con un título para la familia.

James termina casado con una bruja que mantiene un sinfín de amantes, que lo desprecia y lo detesta haciendo de su vida un infierno bailando al son que ella toca para poder darle a su hermana Rebecca un buen futuro.

James es un hombre que se pasa el día trabajando, aguantando el desprecio y la humillación pública al que lo somete su esposa, con una solitaria vida vacía de cariño, amor o compañía.

Desesperado después de años de matrimonio solitario acude una noche al burdel de Rubicon y esta lo manda a la habitación de Rose, la bella, delicada y encantadora Rose que lo deja embelesado desde el primer momento.

Rose y James son dos almas atormentadas por las circunstancias de sus vidas, dispuestos a sacrificarse por las personas que más aman, sus hermanos. Los dos se sienten atraídos el uno por el otro pero no sólo físicamente, ambos reconocen en el otro a personas solas y faltas de amor.

El cariño, la ternura y el respeto que James demuestra hacia Rose desde el primer momento hacen que esta sienta un verdadero deseo de estar con él y hacer lo que se tiene prohibido a sí misma, que es encariñarse.

Un libro que desde la primera página te mantiene pegado a la lectura, una historia llena de ternura entre dos personas que se desean y que están hechos el uno para el otro. Por supuesto con este tipo de trama ,es natural que haya bastantes escenas de sexo, de hecho me sobra alguna pero están tan bien narradas e hilvanadas que apenas es una pequeña esquirla en una historia tan bonita y sencilla al mismo tiempo.

Dos protagonistas que enamoran, tanto James, un hombre fuerte por fuera y sensible por dentro que necesita y quiere cariño, y Rose que está dispuesta a sufrir por un hermano que no se lo merece.

Personajes secundarios muy buenos que te dejan con ganas de saber más de ellos y una historia fantástica que me ha gustado tanto o más que el primero y deseando leer más historias de esta autora que elabora unos protagonistas muy buenos y humanos e historias originales.

Muy bueno