Una nueva estrella nos cuida desde el cielo… El pasado mes de Julio nos pilló por sorpresa una trágica noticia: falleció la que para muchos lectores ha sido la precursora de la novela romántica tal y como la conocemos hoy en día. 

Kathleen Woodiwiss, un modelo a seguir para todas las escritoras de romance, y una de las autoras más importantes de este género, sin ninguna duda, siempre será recordada por todas sus fans y siempre estará viva en nuestros corazones gracias a sus maravillosos libros que nos hacen vivir una y otra vez inolvidables historias de amor…

Supongo que muchas de vosotras, al igual que yo, comenzásteis a leer novela romántica de la mano de libros como «Una rosa en invierno» de K.W… historias que hacían palpitar nuestros corazones y sumergirnos en la inigualable magia que desprende la pluma de Kat, creando personajes complejos y humanos, con una capacidad de amar y sentir tan grande que jamás podremos olvidar.

¿Quién te iba a decir, Kat, que te convertirías en el mayor exponente de la novela romántica, cuando comenzaste a escribir, allá por los años 70…? Ojalá, desde el cielo, puedas ver lo importante que has sido para tus lectoras y para todas aquellas autoras que te toman como ejemplo a la hora de escribir sus libros.

Kat comenzó a leer novelas clásicas de romance como Lo que el viento se llevó, Emma y Jane Eyre, a muy temprana edad. Y este fue el comienzo de su interés por la novela romántica.Quería estudiar Historia en la universidad, pero con solo 16 años conoció a su marido en un baile, un oficial del ejército de las fuerzas aéreas y se casó con él al poco tiempo. Estuvo trabajando como modelo, pero después del nacimiento de su primer hijo, el joven matrimonio fue destinado a Japón, donde vivieron varios años y donde nació el segundo hijo de Kathleen y su marido.

Más tarde fueron destinados a Kansas. Fue entonces cuando decidió comenzar a escribir sus propias novelas románticas, que tuvieran los finales que ella deseaba siempre cuando leía otras novelas, con los personajes que ella soñaba. Ella siempre había sido una gran lectora de este género literario, y pensó que también podría ser la creadora de estas bellas historias de amor. Esas Navidades, le regaló a su marido una máquina de escribir, pues él quería escribir una antología de cuentos. Fue en esa máquina donde ella comenzó a escribir The flame and the flower (La llama y la flor), su primera novela

La novela tuvo mucho éxito y Kathleen firmó un contrato para terminar en un año The wolf and the dove (El lobo y la paloma). Pero después de este segundo libro, la editorial intentó que tuviera otro libro más en el plazo de un año. Pero ella se negó y dijo que le dieran como plazo cinco años para terminar su tercera novela. Siguió escribiendo libros hasta que su marido se retira del ejército y se trasladan a Minesota, viviendo allí durante treinta años. Kathleen Woodiwiss sufrió graves problemas médicos durante los siguientes años. Los médicos le diagnosticaron una descalcificación en los huesos que también le había afectado a la visión. Entonces se dio cuenta que no podía centrarse de la manera que debía en su trabajo, escribir. En ese período escribió una pequeña historia para la antología Three weddings and a kiss (Tres bodas y un beso), llamada The kiss (El beso). Después escribió una pequeña historia, Beyond a kiss (Después del beso) para la antología, Married at midnight (Bodas a medianoche) cuando se estaba recuperando de sus dolencias.

Cuando ya estaba recuperada se trasladó a Louisiana para concentrarse en su escritura plenamente. Comenzó a trabajar de nuevo con entusiasmo y empezó su novela Petals on the river (Río de pasiones). Para el 25 aniversario de la publicación de The flame and the flower, Avon le pidió que escribiera una novela que tuviera como protagonista al hijo de Heather y Brandon (los protagonistas de La llama y la flor). Esta idea dio como resultado la novela The elusive flame (La frágil llama del amor). Y continuó con la que iba a terminar las secuelas de Jeff Birmingham: A season beyond a kiss (Mentiras y secretos)

Kathleen fue madre de tres hijos y abuela de tres nietos. Sus aficiones favoritas siempre fueron la decoración interior y la jardinería. Publicó catorce libros en 30 años de trabajo (y un último libro que saldrá a la venta este año 2007: Everlasting). Gracias a su peculiar e inigualable forma de escribir, se ha convertido en la «iniciadora de la revolución romántica«. El 6 de Julio del 2007, falleció en un hospital de Minnesota, después de luchar durante muchos años contra una grave enfermedad, y tras no haberse podido recuperar de la terrible noticia de la muerte de su hijo Dorren.

Allá donde estés, querida Kat, tus fieles lectoras siempre te querremos, estaremos contigo… y seguiremos soñando con ese maravilloso legado que nos has dejado: Tus novelas.

Con amor, de tus fans de «El Rincón Romántico».

Imagen del artículo perteneciente a la portada de su novela «Una rosa en invierno».

Fotografía de Kathleen De Photo by Joan Bingham.