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La institutriz silenciosa
Detalles del libro
- Clean Romance
Una casa que se convierte en prisión y un secreto que nunca debería salir a la luz.
Creyéndose culpable de un crimen, Olivia Keene huye de su casa, topándose en el camino con una mansión en la que en esos momentos tiene lugar una fiesta magnífica. Sin embargo, no todo es tan bonito como aparenta.
Lord Bradley acaba de enterarse de un terrible secreto, algo que, de saberse, cambiaría su vida para siempre. Cuando avista una figura en la lejanía, teme que sea un espía o un ladrón a oídos del cual hayan llegado las devastadoras noticias. Pero se lleva una sorpresa mayúscula al descubrir que el intruso no es sino una mujer, o lo que queda de ella, con una grave herida en el cuello. Temiendo que pueda divulgar su secreto, le ofrece un puesto en su casa y la encierra en su propiedad. Cuando los secretos que tanto Olivia como lord Bradley ocultan van saliendo a la luz, ¿conseguirán que su amor venza el oscuro pasado que ambos arrastran?
Opiniones de los usuarios
Olivia Keene es una joven que por un inesperado acontecimiento debe abandonar su hogar, pues piensa que es la autora de un asesinato. Su huida será de lo más desafortunada, ya que tendrá una serie de encuentros muy desagradables, hasta que llega a un pueblo en el que en una gran mansión se está celebrando una fiesta y su curiosidad puede más que ella. Es sorprendida observando el acontecimiento a la vez que es testigo de una conversación privada, por lo que uno de los sirvientes la detiene y la lleva hasta el alguacil. Durante el tiempo que está recluida, es atacada por un malhechor que le provoca una herida en el cuello que la deja sin habla. Cuando es llevada ante Edward Bradley, hijo del conde de Brightwell Court, Olivia no puede hablar. Lord Bradley sabe que esta conoce un secreto que le atañe directamente y no quiere que nadie se entere, por lo que le conviene retenerla para estar seguro de que no lo revelará. Así que, pasa a trabajar de ayudante de niñera, hasta que deciden que sea la nueva institutriz de los hijos del primo de Lord Bradley, muerto hace algún tiempo y que viven en la casa. Poco a poco, Olivia se irá integrando en la mansión, conociendo a todas las personas que viven allí, y todos los secretos que allí se guardan, mientras Edward y ella se van acercando cada día más.
Olivia es una muchacha inteligente, con una gran habilidad para los números. Tiene las ideas muy claras y su mayor deseo es ser maestra de escuela, pero por un desafortunado incidente, tiene que abandonar su casa y va a parar a Brighwell Court, donde empieza a trabajar como institutriz a las órdenes de lord Edward Bradley. En un principio, este personaje, da la sensación de que es una persona egoísta, que solo quiere salvar su reputación, por la forma en que tiene retenida a Olivia, sin embargo, poco a poco, irá mostrando su faceta más humana, y se entenderán los motivos por los que actuaba de una determinada forma. Entre ellos se darán una serie de enfrentamientos, que se irán convirtiendo muy lentamente en un precioso amor. Lo malo, es que habrá que esperar casi al final de la novela.
Me ha parecido muy interesante la forma en que describe la mansión en que se desarrolla la historia. Nos muestra al detalle cada una de las estancias: las habitaciones, la sala de estar, el cuarto de juego de los niños, la escuela, la cocina… Al mismo tiempo que indica las funciones del personal de la casa: las doncellas, el mayordomo, la cocinera, la niñera y la ayudante de la niñera, trabajo que desempeña la protagonista hasta que deciden que trabaje como institutriz. Y un dato muy curioso que explica sobre el trabajo de las institutrices, del que nunca había reparado, a pesar de todas las novelas que he leído en las que aparecen: la institutriz trabajaba para los miembros de la casa, pero no pertenecía al servicio, por lo que tenía que estar aislada de este, y a la vez, tampoco podía codearse con sus empleadores, pues estaba en un nivela inferior a ellos, es decir, estaba sola.
Si bien me enganchó desde el principio, la primera parte se me hizo un poco larga. Demasiados detalles en la construcción de las tramas principales, aunque narrados de una manera excelente. Sin embargo, a partir de la mitad o un poco más adelante de la novela, la historia se vuelve cada vez más interesante, se van resolviendo poco a poco todos los conflictos que se han planteado a lo largo de la novela, de una forma tan magistral que hace que no se pueda dejar la lectura hasta el final.
En esta novela, además del romance entre sus protagonistas, nos vamos a encontrar numerosos misterios, intrigas, sospechas; una ambientación histórica que recrea de una forma excelente la época en la que se desarrolla y el modo de vida de las personas de aquel tiempo, con un estilo muy propio de las novelas del siglo XIX. Y además, un epílogo precioso, uno de los mejores que me he podido encontrar en una historia de amor. Sin duda, totalmente recomendable.
Por eso he disfrutado mucho leyendo La institutriz silenciosa. Todo lo que he descrito arriba está perfectamente retratado, y además tenemos una trama de intriga que me ha tenido pendiente de sus páginas, esperando ir, poco a poco, adivinando si estaban relacionados los protagonistas o no, ¿qué era lo que guardaba tan secretamente Edward y que podía hacer que perdiera todo su patrimonio? ¿Quién era el tallador de figuras de madera? Había tantas incógnitas que no podía dejar el libro, que pese a sus casi quinientas páginas, lo he leído en apenas tres días.
Olivia, había salido huyendo de su localidad, ha llegado a otro lugar y debido a su indiscreción, ha escuchado una conversación que la ha metido en problemas. El propietario de ésta, asustado porque ella pueda divulgar su secreto, la obliga a permanecer en la propiedad hasta que él se sienta seguro y la obliga a que no hable.
Pasado el tiempo se convierte en institutriz de sus sobrinos. A partir de ese momento la autora nos narra el devenir de esta propiedad, sus costumbres, su modo de vida, los acercamientos entre los personajes y cómo los dos protagonistas van tomándose cariño y respeto mutuo.
Poco a poco se van revelando todos los secretos que envuelven a los protagonistas, y que me han tenido prendida de las páginas de este relato, pero hasta bien entrado la tercera parte del libro no se conoce la verdadera historia de Edward, de su padre, de la madre de Olivia y de los demás.
Especialmente me ha gustado el protagonista, Edward, con sus inseguridades. Un futuro conde y miembro del parlamento, para esto ha sido preparado, pero siente que no es lo que realmente quiere. No es feliz, casi nunca ríe, es más bien taciturno y últimamente, con sus preocupaciones y sospechas, se ha vuelto aún más triste. Me ha gustado mucho ir viendo el cambio que va originándose en su carácter conforme pasan las páginas de la historia y cómo llega el amor a su corazón y la primera atracción hacia la institutriz que se convierte en amor.
Por el contrario, Olivia, siempre ha sido una persona que ha sabido lo que quería ser. La enseñanza es su vocación. Tiene sus sueños muy claros y cree que los conseguirá. No duda de ello, debido a su resolución y carácter valiente, el miedo inicial que siente hacía su empleador va cambiando a lo largo de la narración y poco a poco va modificando su forma de mirarle y al final entiende su modo de ser.
Los secundarios son muchos, ya que en este libro se narran las historias de varias personas, algo que me ha gustado mucho y que me ha alentado a su lectura. Es el tipo de libro que me hace disfrutar leyendo, ya que te hace conocer otra cultura y otra época. Además de estar perfectamente escrito y maravillosamente ambientado.
Hay algunos personajes que son más importantes que otros. A mí me han gustado mucho el guardabosques y el padre de Edward.
Los últimos capítulos son altamente adictivos y muy ágiles, ahí es donde todo se descubre y ya no puedes dejar de lado el libro. El final es realmente bonito y el epílogo me ha parecido precioso de veras. Es muy recomendable para la personas a las que les guste este tipo de lectura y que amen la literatura inglesa.
Olivia Keene no tiene una vida familiar fácil. Sus padres no se llevan bien y su padre bebe demasiado. Un día, cuando vuelve a casa, es testigo de un crimen y debe huir con lo puesto para salvarse. Después de un lamentable periplo, llega a Brigthwell Court, donde termina escuchando algo que no debería y, al final, acaba trabajando como ayudante de niñera obligadamente.
Edward, lord Bradley, ha descubierto un secreto que pone en peligro su título y su futuro. Y sabe que Olivia lo ha escuchado también. No puede arriesgarse a que su secreto salga a la luz, así que la obliga a trabajar en su mansión hasta nueva orden. Lo que empieza como una relación de enfados y odio, terminará dando paso a un amor puro y precioso.
“La institutriz silenciosa” es una historia llena de personajes, cada uno con sus circunstancias, que se van entretejiendo de forma, a veces, un tanto liosa. La primera parte de la novela se me hizo bastante lenta y algo pesada. Demasiadas descripciones que no hacían que la trama avanzase en demasía. Conforme seguí leyendo, me di cuenta de que todo lo que había contado la autora tenía luego su explicación y lo agradecí. La narrativa te atrapa y hace que leas sin parar y que quieras saber qué va a pasar en la siguiente página, cómo van a evolucionar los personajes y cómo va la autora a solucionar todos los líos que ha ido generando. Porque hay muchos, demasiados.
La intriga y los secretos son la base de la novela y a mí, a veces, el supremo secretismo me ponía un poco nerviosa. El final de la novela se centra en ir resolviendo todo y poniéndolo en su lugar, pero, salvo en lo que respecta a Olivia y a Edward, debo decir que no me gustó en absoluto. Creo que había tanto que solucionar y tanto que poner en su sitio que, en algunos casos, queda un poco forzado o hasta inverosímil. No obstante, agradezco que no queden cabos por atar.
Me sentía leyendo a las Brontë, básicamente. Julie Klassen es una autora fuertemente basada en ellas y en Jane Austen y eso se nota, a veces demasiado. En esta novela, cuya ambientación es perfecta y está muy trabajada, también vi similitudes con “Persuasión” (los que hayáis leído esta novela de Jane Austen, sabréis de lo que os hablo). Por cierto, es una novela de romance blanco, así que no hay escenas sexuales. Eso es algo que agradezco mucho porque creo que, últimamente, hay demasiadas en las novelas románticas y no hacen falta. Evidentemente, la religiosidad de la autora se ve fuertemente reflejada en sus escritos y en su forma de escribir, aunque queda en consonancia con la época de sus libros.
En general, es una muy buena novela histórica. Especialmente hecha para los que agradecemos una historia como las clásicas que he mencionado antes. Eso sí, su lectura no es sencilla ni rápida. La rapidez surge de la necesidad del lector por saber cómo van a solucionarse todos los problemas que, página tras página, no dejan de surgir.
Valoración 4,5/5