Shemaine, hija de un rico hombre de negocios y prometida a un marqués se ve de la noche a la mañana y sin motivo debido a una falsa acusación de no sabe quién, convertida en una convicta con destino a las colonias americanas para cumplir con un contrato de servidumbre por siete años. Es una chica atractiva, luchadora, justa, en algunos momentos roza la perfección, para mi gusto demasiado perfecta, prefiero las protagonistas con algunos defectillos, durante el viajes se gana la antipatía de un marinero, de la mujer del capitán y de la cabecilla de las presas que le hacen la vida imposible durante una travesía ya de por sí dura y degradante, también se gana la admiración del capitán del barco que tiene intenciones de quedarse con ella para convertirla en su amante. Cuando llega a América, es adquirida por un viudo con un hijo pequeño que necesita a una niñera con una cierta educación para que cuide a su hijo mientras él trabaja.

Gage llegó a las colonias después de una discusión con su padre porque deseaba que se casara con la hija de un amigo, que le había acusado falsamente de dejarla embarazada, ante esto se marchó con el propósito de dedicarse a construir barcos, para ayudarse se gana la vida con sus trabajos de ebanistería, ya que es un hombre con mucho talento. Allí se casó y poco después de nacer su hijo, su mujer murió cayéndose del barco que construía y las malas lenguas del pueblo lo culpan a él, pese a que no se pudo demostrar nada. Es un personaje digno de novela romántica, es atractivo, simpático, protector como suelen ser los protagonistas de esta autora, la verdad es que hacen una pareja espléndida.

Desde su primer encuentro hay buena conexión entre los dos Shemaine pese a ser rica, sabe cocinar, y se encarga perfectamente del cuidado de la casa y del niño. Es una protagonista fuerte, luchadora que ha decidido que ya que le ha ocurrido toda esa desgracia y puesto que ha dado con un buen amo, piensa pasar el resto de los siete años como mejor pueda. Gage se siente atraído por ella y cree su historia, todo va sucediéndose mientras que K. Woodiwiss nos describe perfectamente la vida de los coloniales y como empiezan a enamorarse los protagonistas, aderezados con todos los encontronazos con los enemigos de ella que quieren verla muerta.

En general me gusta esta autora, describe muy bien todo el ambiente que rodea a los protagonistas, sus reacciones, sus diálogos, un poco almibarados quizá, la historia en sí está bien, aunque desde el principio Shemaine tiene sus sospechas de quien ha podido ser la persona que la ha involucrado en toda esta aventura, pero en el desenlace me parece que decae un poco, no sé si debe a que llevo leído ya muchísimas novelas, pero encuentro poco coherente la reacción de los padres cuando se encuentran con su hija, me parece que dan excesiva importancia a que se haya casado con un colonial sobre el que hay rumores de que mató a su primera esposa y no profundizan en el hecho de que su hija esté allí, habiendo corrido mucho más peligro de ser violada o asesinada desde que fue apresada, en ningún momento se cuestionan al menos dentro del contexto cómo llegó su hija verse en esa tesitura y andan erre que erre con el compromiso con el marqués cuando el colonial tiene más sangre azul que ellos mismos, también me hubiera gustado que se le diera otro desenlace al tema del secuestro, que todos los culpables pagaran por ello.

Por lo demás está muy bien narrada, además hay a una breve aparición de Ruark. Todo muy en consonancia con la historia.

No llega a tener toda la aventura que tiene Shanna, pero desde luego es una novela romántica, que recomiendo sobre todo porque echo de menos esa forma de escribir que tenía Kathleen Woodiwiss.

En las primeras páginas del libro asistimos a las lamentables condiciones en las que la protagonista llega a costas americanas. En un principio la escritora no nos hace partícipes de los motivos por los que se encuentra en tan penosa saturación, pero poco a poco nos vamos enterando de la telaraña de intrigas que la han llevado allí.

En el barco se ha topado con personas que la hacen blanco de celos y odios que durarán mas allá de su superficie, pues una vez es vendida estas personas la persiguen con intención de matarla.

Su “dueño” un hombre curtido aunque de origen noble impactado por la belleza y por las maneras de al joven decide, no solo cuidarla, sino también protegerla. Entre ellos surgirá una pasión y un amor que no podrán no querrán ocultar.

No había leído el libro, aunque si había oído hablar de él. Y como todos los de la autora, me ha encantado.
He encontrado amor, pasión entre los protagonistas. Pasión de ese tipo que le gusta a la autora, lenta pero arrolladora. Segura, que no admite marcha atrás ni renuncios y que una vez existe ya no hay nada que hacer.

Los protagonistas son dos personas con carácter que se encuentran en el momento oportuno tras vivir hechos lamentables en sus vidas y que necesitan el calor y el apoyo de otra persona. Y lo encuentran de un modo que no esperaban, y quizá más del que hubieran soñado.

Me gustan sus descripciones de los distintos caracteres de los personajes, no solo los protagonistas. Refleja muy bien la vida del pueblo, la importancia de la pequeña sociedad que les rodea. Ese pueblo pequeño, casi recién creado lleno de cotilleos capaz de hundir la vida de una persona de igual forma que en Londres lo hacía la alta sociedad. Tiene un gran talento descriptivo y no se hace pesada.

Es un libro hermoso. Le doy un 4.7 sobre 5 y lo recomiendo vivamente. Yo desde luego lo volveré a leer.

Shemaine está prometida a Maurice Du Mercer, uno de los nobles más atractivos y deseados de Londres pero la abuela de este no está dispuesta a permitir que su nieto se case con una mujer a la que considera de inferior categoría, por ello organiza un complot para que la joven sea injustamente acusada de un crimen y deportada a las colonias americanas.
La travesía es durísima y una vez que llega a su destino comprueba con horror que la van a vender como esclava. Su comprador es un atractivo y taciturno hombre llamado Gage Thornton del que se dice que mató a su primera mujer.
Gage necesita una mujer que realice las tareas de su casa y cuide a su pequeño Andrew de dos años, pero no está preparado para las intensas emociones que Shemaine le hace sentir.
Ella por su parte cada vez recuerda menos a su prometido atraída por Gage y las nuevas sensaciones que experimenta a su lado.
Finalmente y presos de un deseo que no pueden controlar ambos se casan y entonces una nueva amenaza se cierne sobre ellos.
Por si esto fuera poco su familia y su prometido logran encontrarla aunque ella ya ha entregado su vida y su corazón al apuesto colono con el que se ha casado.

Esta es una historia preciosa y muy elaborada, la autora nos retrata la vida de una pequeña colonia, nos hace una descripción vívida y realista de las personas y las situaciones y nos recrea una historia de amor preciosa, que se va desarrollando lentamente.
Shemaine es una joven llena de cualidades, demasiadas para mi gusto, ya que a veces me resultaba algo almibarada.
Gage es un hombre castigado por la vida, fuerte y leal y lo mejor de todo: profunda y absolutamente enamorado de Shemaine.
Y aunque su papel es pequeñísimo dejadme deciros que Maurice Du Mercer es el típico protagonista de todas nuestras novelas, sólo que aquí se queda con dos palmos de narices.
También tenemos el personaje malo(y no me refiero sólo a la abuela de su prometido) pero no os desvelaré más para no chafaros la sorpresa.

En definitiva es una historia redonda, completa, densa y muy muy bonita. Mi valoración: muy buena.