Tenía muchas ganas de leer este libro, en especial por la temática que aborda...

Al principio estaba perdida porque los libros anteriores no los he leído y tantos amigos me liaba, hasta que supuse que el resto de las historias pasaban a la misma vez que ésta.

Un libro con una bonita historia de amor, muy actual, tierna y sensual, en el que predominan la madurez y profundidad de los sentimientos de Anthony, un protagonista lleno de miedos e inseguridades con trastornos de afectividad debido al problema que arrastra desde su niñez, que no le permiten desarrollar una relación amorosa con normalidad. Las demostraciones de amor por parte de ambos, aunque no sean verbales hasta muy al final, me han parecido de lo más elocuentes... con gestos (un roze, una mirada, un entrelazar los dedos...) y acciones de una intensidad y una viveza que sobran las palabras.

Una historia de idas y venidas con respecto a la relación entre los protagonistas, que aunque me ha encantado, me ha resultado excesivamente corta... hay demasiadas escenas narradas (que bajo mi humilde opinión), podían haberse desarrollado más, incluso he echado en falta un mayor ahondamiento en la relación de Anthony con su familia, me ha parecido muy ligera pero bien explicada, supongo que la autora ha querido centrar la historia sólo en Anthony y Helena.

El tema de la dilexia ha tocado mi fibra sensible... como bien dice Adela en su crítica, está cogida por los pelos... a mí personalmente no me ha resultado muy creíble, porque estamos hablando de una novela actual y por lo tanto los padres y los colegios en cuanto se detecta un problema de estas características se ponen en funcionamiento una serie de actuaciones... por aquí se me cae la historia, pero bueno al fin y al cabo es ficción... personajes buenos y malos, y en esta ocasión les ha tocado a los padres... bueeeno.

No obstante el libro me ha gustado y mi valoración es buena, lo recomiendo.

Dulce locura pertenece a la serie sobre la Familia Martí, y en ella , tras conocer a Ágata ("Nadie como Tú") y a Guillermo ("A fuego lento"), se desarrolla la historia de Helena y Anthony, que ya entreveíamos en los dos libros anteriores. Ocurre temporalmente al final de Nadie como tú y durante toda la trama de A fuego lento. Hago esta introducción porque aún siendo una novela independiente, no se le saca todo el jugo si no has leido las otras dos. Da la sensación de que la autora está empeñada en hacer una serie coral, donde todas las historias se entrecrucen y todos los personajes influyan en la vida de los demás. Salvando esta premisa, Dulce locura es una historia tierna, quizá a algunas lectoras les parecerá "juvenil", en el sentido de que la historia es romance puro, los buenos son perfectos y los malos no tienen remisión.

Los dos protagonistas son muy buenas personas, Helena es la típica "niña buena" de cada familia, sin conflictos, sin sinsabores en su joven vida, frente a Anthony, un prestigioso arquitecto que sin embargo oculta un niño maltratado y despreciado por su familia, a causa de la dislexia (se supone que esta infancia sucede cuando la enfermedad era poco conocida). Otros protagonistas románticos hemos visto con este problema, (ahora mismo se me viene a la cabeza Regina, de Complacer al príncipe, de Sabrina Jeffries ) pero lo que en la época de la regencia parece lógico fuera considerado un estigma, personal y familiar, me parece un poco traído de los pelos en nuestro tiempo. No parece creíble que una familia como la de Anthony no revuelva Roma con Santiago para diagnosticar y tratar a su hijo, un niño que por lo demás es completamente como los demás, y se conforme con pensar que es "idiota". Aqui asistimos a lo que antes comentaba, Dios, que malos más malos...El grupo de los buenos es su contrapunto perfecto, solo la hermana de Anthony parece tener un poco de todo.

Respecto a la historia de amor es tierna, dulce, con un protagonista masculino que dan ganas de achuchar y una protagonista tímida que resulta ser una leona. De cualquier modo, el personaje de Helena me gustaría que hubiera estado más vivo, más real, que cuando se le vienen encima verdaderos cambios en su vida (no digo más por no destripar la novela ) veamos que verdaderamente está afectada, sufre, como sufre Anthony. Da la sensación de que ella lo vive más como un amor de los de "me llama, no me llama" ," estará con otra, me engañará", un amor más adolescente que maduro (aunque la vida previa del personaje lo justifique). En fin, que me gustaría que en lugar de las 200 y pico páginas, Anna hubiera escrito una historia más larga y de más calado, sobre todo en la parte femenina. Anthony está muy bien definido, sí que se notan en la novela los años de diferencia con la protagonista, pero un puntito de "justa venganza" no le vendría mal.

Aún con todo esto, merece la pena leer Dulce locura, es rápida y cercana, dulce sin resultar empalagosa y te hace pasar un buen rato.

Puntuación: 7/10