Quinta y esperada entrega de la saga de los Knight, en la que por fin se conoce el destino de Lizzie Carlisle, ahijada del Duque de Hawkscliffe y mejor amiga de la Lady Jacinda.

Cuando Lizzie ve finalmente la luz y se da cuenta de que su amor por Alec no es correspondido en absoluto decide poner punto y final a la vida que ha estado llevando y labrarse un futuro propio independiente de la familia Knight. A pesar de su dolor, miedos e inseguridades consigue encontrar la paz como señorita de compañía de la vizcondesa viuda de Strathmore, conocida coloquialmente como la dama de Hierro. Allí poco a poco va recobrando su integridad y amor propio, buscando en todo momento una ansiada estabilidad, si bien ésta comienza a tambalearse con las primeras menciones de Delvin , el único sobrino de la vizcondesa, quien muestra tener poca moral y menos tacto por los deseos y necesidades de su anciana tía.

A sus 29 años, Delvin ha vivido demasiadas cosas que no le correspondían, ha pasado una época de negación, de adicción, libertinaje, trotamundos, piratería y bajos fondos... Ha tratado de buscar un sentido al hecho de continuar viviendo, cuando lo poco que le queda tiene un carácter efímero, pero antes de emitir su último aliento ha de esclarecer muchas casas. Se ha construido una reputación desastrosa entre lo más depravado y libertino de las altas esferas londinenses, pretendiendo llegar al meollo de la cuestión, al precio que sea. Si bien todo pasa por visitar de dejar constancia de su único vínculo afectivo: su tía.

Pronto saltan las chispas entre el intrépido sobrino asalvajado y la descarada dama de compañía. Las cosas no empiezan bien entre ellos, teniendo en cuenta la fama de jugador que se ha labrado el caballero y los amargos recuerdos que todo ello se suponen a la atrevida damisela. Sin embargo, la sensación de comprensión y complicidad que va surgiendo entre ellos (ayudada sutilmente con la sibilina tía Augusta), la férrea amistad que les une, y sobre todo el inmenso deseo que ambos experimentan, hacen que aflore una relación muy peligrosa que ninguno de los dos busca.

Ambos personajes se perfilan como profundamente complejos, sus vidas afines en muchos aspectos no han sido sencillas, si bien el sentimiento desarraigo y soledad que han vivido de forma continua hace de su compañía una necesidad. Delvin vive aferrado a la esperanza de respuestas, de pruebas que le permitan una venganza y con ello poder estar en paz consigo mismo. Se muestra abierto, provocativo y encantador cuando un nido de víboras moran n su interior, no se permite sentir nada hacia nadie, nada que lo haga vulnerable, nada que le cause dolor, en definitiva, odia todo lo que el amor conlleva si bien se permite ciertos momentos descanso en el que busca desesperadamente compartir con un igual sus monstruos interiores.

Y ¿qué decir de Lizzie que no sepamos ya a estas alturas? Pues una infinidad de rasgos que hacen de ella un personaje absolutamente fascinante. La autora potencia aquellas cosas que en principio podrían ser tachados de defectos, como su perfeccionismo, el hecho de ser una marisabidilla, su terquedad y obcecación. Se presenta como un ser totalmente libre que busca un sitio propio, cansada de ser alguien a expensas de otras personas, con una fuerte voluntad, tremendamente pasional y muy visceral. La idea que yo me había hecho de ella, discrepa en muchos aspectos con la verdadera Lizzie, una mujer de gran fortaleza que sale airosa de todas sus hazañas y roles: como dama de compañía, como fiel amiga y protectora, rebelde sin causa, disciplinada pupila... Si bien pese a todo siempre se muestra coherente y tenaz. Decide amar a Delvin sobre todas las cosas y se abandona a esta labor cueste lo que cueste, es atrevida, impulsiva y bondadosa.

He de reconocer que tenía una especial devoción por Alec, como fiel defensora de los amores gestados en la infancia y nacidos de la amistad, siempre abogué por esta pareja, pero claro! remitiéndome al lamentable comportamiento de cerdo malcriado de Alec en Deseos Prohibidos no me quedó más remedio que restarle puntos a este improbable romance... Y he de reconocer también que he disfrutado como una enana, los celos enfermizos de Alec, su arrepentimiento tardío y su propuesta incoherente de reconciliación... caballero tuviste 20 años para estar con ella y ahora es muuuy tarde... en fin, que pese a todo, me ha encantado ver como con un par de ovarios le plantaba cara de forma argumentada y concisa, en defensa por supuesto de veleidoso y poco recomendable Delvin Strathmore.

Es un libro muy adictivo que no te permite dejarlo, necesitas saber más de esos pobres corazones, saber qué futuro pueden tener juntos, qué es aquello que eclipsa en corazón del diablo y por qué Lizzie decide realizar una apuesta de semejante envergadura. Enamorada del diablo, es un libro de gran intensidad y belleza que aborda temas tan importantes cómo la familia, el desarraigo y la soledad y cómo es posible divisar y alcanzar una rosa en invierno cuando ha muerto toda esperanza. Si a todo ello le sumas un carácter tremendamente encantador, con cierto aire de amenazador, una mujer directa, sencilla y sin dobleces y una entrometida tía que dará guerra hasta el último momento no resulta otra cosa más que esta entrañable historia.

Creo que Enamorada del diablo nos devuelve a una Gaelen Foley más centrada, con más arrojo. Es cierto que particularmente a mi me gustó Deseos prohibidos a pesar de que es cierto que la historia se fue desinflado poco a poco, pero este libro sin duda alguna nos ofrece una historia de intrigas y redención bien argumentada y asentada. Como único defecto debo decir que la parte final se me hizo un poco enrevesada y pesada pero esto es una valoración personal que no desmerece el resultado final.

Este es el 5 de la saga, pero a diferencia de los otros, ni el protagonista masculino ni femenino pertenece a la familia. Lo que lo relacion con los Knight, es la joven Lizzie Carlisle, acompañante de la prota del libro anterior, Jacinda Knight.

La consideran de la familia, pero para mi gusto, Gaelen Foley no lo ha hecho notar lo suficiente. Deberia de haberle dado mas protagonismo en otros libros para llegar a escribirle uno.

Bueno, de todas formas me alegro de que lo haya escrito, porque es realmente entretenido. No voy a decir que es uno de los mejores, pero sin duda lo recomiendo.

Nuestro prota, Devlin es un hombre que vive en el pasado, atormentado y obsesionado por vengar la muerte de su familia. El haber crecido con la culpabilidad de dichas muertes lo convirtio a sus veintipocos años en un libertino y disoluto camino a su perdición. Pero es salvado por su tia, una mujer poco maternal, que al no saber como ayudarlo, hizo lo que Dios le dio a entender. Le compó un barco y lo alejó de los vicios y le entregó el mundo.

En los años que Devlin viaja por el mundo se convierte en un hombre admirable, no solo por los peligros que ya implica el viajar, sino por sus nobles actos que le granjea la amistad incondiconable de Ben, que al ser de color acoje el papel de ayuda de cámara.

El regreso de Dev a Londres es solo para llevar a cabo su venganza y para ello antes necesita saber quien o quienes fueron los responsables del incendio en el que fallecieron sus padres y hermana.

Cuando lleva poco tiempo en Londres, recibe una carta de la joven de compañia (Lizzie) de su anciana tia comunicandole el grave estado de esta.

Dev corre junto al lecho moribundo de su tia, sintiendose terriblemente culpable de no haber estado mas con ella, pero sin poder evitar el no querer apegarse a nadie, para no sufrir su perdida. Perco cuando llega despues de varios dias de camino sin descanso se encuentra de que todo ha sido una estratajema de Lizzie, para que visitara a su tia y de paso mostrarle su disgusto y antipatia.

Lo que no sabia Lizzie era lo apuesto, atractivo y encantador que es Dev. Por lo que se arrepiente enormemente, no solo el haberlo conocido sino el haberlo engañado.

Pues bueno, aquí está presentada la base del libro. La verdad es que la historia está muy bien, mucho y buen argumento, personajes con mucha lógica, y Dev es simplemente arrebatador.

Quizas hay partes del libro en que se ha enrrollado demasiado, pero bastante recomendable.