Bilogía «Deja que ocurra», de Alice Kellen

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Bilogía «Deja que ocurra», de Alice Kellen

Alice Kellen es una joven y exitosa escritora de novela romántica que nació en Valencia y que acostumbra a vivir entre los personajes, las escenas y las emociones que plasma en el papel. También es autora de las novelas Sigue lloviendo, El día que dejó de nevar en Alaska y El chico que dibujaba constelaciones, que fueron aclamadas por la crítica. Es una enamorada de los gatos, adicta al chocolate y a las visitas interminables a librerías.

En esta ocasión, la autora nos deleita con una bilogía romántica, sensual e intensa, fiel reflejo de su particular narrativa. Dos novelas que nos cuentan la relación entre dos jóvenes, que a través de sus grietas, sueños y secretos nos llevarán a conocer la fascinante historia que los une.

«Porque a veces basta un «deja que ocurra» para tenerlo todo»

Todo lo que nunca fuimos: Deja que ocurra 1 (Bilogía Deja que ocurra)
Leah está rota. Leah ya no pinta. Leah es un espejismo desde el accidente que se llevó a sus padres. Axel es el mejor amigo de su hermano mayor y, cuando accede a acogerla en su casa durante unos meses, quiere ayudarla a encontrar y unir los pedazos de la chica llena de color que un día fue. Pero no sabe que ella siempre ha estado enamorada de él, a pesar de que sean casi familia, ni de que toda su vida está a punto de cambiar. Porque ella está prohibida, pero le despierta la piel. Porque es el mar, noches estrelladas y vinilos de los Beatles. Porque a veces basta un «deja que ocurra» para tenerlo todo.
Todo lo que somos juntos: Deja que ocurra 2
Han pasado tres años desde la última vez que se vieron. Ahora, Leah está a punto de cumplir su sueño de exponer en una galería. Y, pese al pasado, Axel necesita formar parte de un momento como ese. Cuando sus caminos vuelven a cruzarse, Leah tiene que tomar decisiones que pueden cambiarlo todo, porque, a pesar de lo que ocurrió, los recuerdos de toda su vida siguen ahí; intactos, bonitos, únicos. Colándose en cada grieta que aún no ha cerrado. Porque él sigue siendo el chico que aún no ha olvidado. Porque es el mar, noches estrelladas y vinilos de los Beatles. Porque a veces basta un «deja que ocurra» para tenerlo todo.

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