Benedict Carsington, es el tercero de los hijos del Conde Hargate. A diferencia de sus hermanos, no supone un quebradero de cabeza para sus padres. Ha hecho en su vida, lo que se supone que debía hacer; casarse bien y quedarse viudo muy pronto, ser una persona honorable, sin provocar escándalos, llevando con un alto sentido del deber su futuro apellido. En una visita al museo con su sobrino, mientras contemplan los tesoros de Egipto, conocen a una niña y su madre y la atracción surge de inmediato. No tarda en descubrir que la dama es Betsabé Wingate, viuda de un caballero, y pertenece a la rama más escandalosa de los Delucey, una familia conocida por ser timadores y estafadores. Pese a que intenta no volver a ver a la dama y a su hija, no es capaz de controlar los sentimientos que ha provocado en él, y sutilmente crea situaciones y momentos para verla. Mientras, Olivia, la hija de Betsabé, tiene en mente un plan para cambiar la precaria situación que tienen ella y su madre, y arrastra a Peregrine a la búsqueda de un supuesto tesoro familiar que puede cambiarles la vida. Ante la huída de los dos niños, Betsabé y Benedict, deciden unir esfuerzos en encontrarlos, lo que les supondrá la oportunidad de pasar mucho tiempo juntos, conocerse, y que su atracción se cada vez más intensa.

Este es el tercer libro de la saga de los Carrington, en la que Loretta Chase, nos presenta al primogénito del Conde Hargate. Si pensamos que va a ser el más aburrido de los hermanos, nos equivocamos. Es un personaje interesante, obligado a vivir bajo unas convenciones sociales que no le gustan, y considerado por todos como un hombre perfecto. Betsabé Wingate, una mujer bella e ingeniosa supone un soplo de aire fresco en la vida de Benedict, que sentirá como la vitalidad de ella le impregna y le hace sentir vivo. Es un libro muy entretenido, lleno de sucesos y aventuras, que te hará reír y emocionarte con la historia de amor que cuenta. Para mí es uno de los mejores de la saga, con unos personajes secundarios (Olivia y Peregrine) que merecen un libro aparte y que dan a la historia mucha frescura.

Él es un modelo de conducta; ella pertenece a una familia de sinvergüenzas...

Tercera entrega de la saga de los Carsington, en plena Regencia. La oredenada vida de Benedict, la gran esperanza de su estirpe, está a punto de dar un giro radical. Su sobrino se ha escapado con una joven de impresentable familia, hija de la pobre Batsheba Wingate. Mientras los adolescentes huyen en pos de un mítico tesoro, la madre y el tío empezarán una azarosa persecución que tendrá insospechadas consecuencias para ambos.

Una historia chispeante, divertida y muy romántica, con diálogos ocurrentes y personajes sencillamente inolvidables.

A mí, sinceramente, las situaciones que se crean, los diálogos entre ellos y en general la historia y toda su trayectoria, me ha encantado, y, tengo que decir que me he reído en muchos momentos con la perfección de él y con las expresiones de ella.

La pareja de niños, también me ha hecho pasar buenos ratos, sobre todo, la incomparable Olivia, es para partirse con su inteligencia y las cosas que se le ocurren.

En general está bien escrito, bien ambientado, no decrece la intensidad de la historia y bajo mi punto de vista merece un 4/5.