Toda una dama

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Detalles del libro

ISBN-10
8492916052
Subgénero
  • Romántica histórica
Fecha
25 de Abril, 2011
Editorial

Como único heredero del conde de Daventry, el comandante Alexander Randall, cansado de combatir, sabe cuál es su obligación: encontrar una esposa y engendrar un hijo. La novia perfecta para un hombre de su posición sería una dócil joven de buena educación. Pero con la mujer que sueña es Julia Bancroft –una sencilla comadrona de pueblo con terribles secretos que la empujan a buscar la protección de Randall.

En el transcurso de un día, Julia es secuestrada por los compinches de su primer marido, rescatada y pedida en matrimonio por un hombre al que apenas conoce –y que ha sido incapaz de olvidar–. Aunque la unión con el apuesto y enigmático comandante ofrece seguridad, ella teme no volver a confiar de nuevo en ningún hombre. Pero como la pasión va calentando poco a poco el dañado corazón de Julia, empieza a pensar que quizá un Lord perdido puede enseñarle lo que puede ser un matrimonio verdadero.

Opiniones de los usuarios

2 opiniones
Valoración
 
4.0(2)
Es una buena novela
Valoración
 
4.0
Toda una dama es la segunda de las novelas que componen la saga Lords perdidos de Mary Jo Putney. Los llamados “Lords perdidos” son un grupo de jóvenes que asistieron a la academia de la señorita Agnes Westerfield. Son hijos, sobrinos o nietos de aristócratas que, a causa de sus problemas de comportamiento, fueron pasando de colegio en colegio sin adaptarse a ninguno hasta que llegaron a la academia Westerfield. También fueron jóvenes que no contaron con una familia por la muerte de ésta o porque sus nuevos tutores no sentían por ellos cariño. La amistad y los vínculos que se formaron entre estos jóvenes es el nexo y el punto de partida de esta nueva y -para mí- esperadísima saga histórica.

Alexander Randall es uno de esos jóvenes, al que ya conocimos en En las redes del olvido. Randall quedó huérfano con apenas cinco años y quedó bajo la custodia de su tío, el Conde de Daventry. La vida junto a él y su cruel primo mayor, Brandon, fue un auténtico calvario hasta que ingresó en la academia Westerfield.

Años después, convertido en general del ejército, está de servicio en España cuando recibe una carta de su tío anunciándole que tras la muerte de su hijo, él pasa a convertirse en el nuevo heredero y que, como tal, su deber es regresar a Londres, buscar esposa, casarse y engendrar a un heredero.
Randall no siente el menor cariño por su déspota tío. La última vez que se vieron fue cuando regresó herido a Inglaterra y no recibió la menor atención familiar. Confinado en una buhardilla estuvo a punto de morir desatendido hasta que Adam, el duque de Ashton, se hizo cargo de él.
Sin embargo, tampoco desea continuar con la vida militar y, en su fuero interno, se ha planteado un cambio. La excusa ofrecida por su tío no hace sino reafirmar su decisión.
Así que regresa a Londres y acude a su amigo el duque de Ashton, con la esperanza de que Mariah, su esposa, le ayude a encontrar a la mujer con la que formar una familia.

Pero aunque sabe que no se ajusta al perfil requerido para la futura esposa del conde de Daventry, Randall no puede evitar pensar en Julia Bancroft, una comadrona local amiga de Mariah a quien conoció cuando las escoltó a Londres un tiempo atrás. Aquel primer encuentro estuvo marcado por la desconfianza que tanto Julia como Mariah le inspiraban.
Cuando acude en una visita de cortesía a casa del padre y hermana de Mariah, impide con su aparición el secuestro de Julia a manos de un par de rufianes contratados para acabar con su vida. No sólo lo evita, sino que se convierte en su protector. Y se percata para tratarse de una humilde comadrona, Julia esconde muchos secretos.
Julia se ve obligada a explicarle su oscuro pasado, su matrimonio concertado con el hijo de un conde y la brutal experiencia que vivió junto a éste. Randall le ofrece la que cree es la solución perfecta para los dos: el matrimonio. De ese modo Julia estará protegida y él tendrá la esposa que, en el fondo, desea.

Toda una dama cuenta una bonita historia donde el eje de la misma es la relación entre Randall y Julia. Una relación donde el antiguo militar hace gala continuamente de su paciencia y devoción para la mujer que ha elegido como esposa. Por otro lado, conocer el pasado de Julia y sus verdaderos orígenes hacen que ayudarla a regresar a una sociedad que la ha repudiado y ocupe el lugar que legítimamente le corresponde, sea vital para Randall. Para ello cuenta con la inestimable ayuda de Mariah y Ashton, así como con la abuela de Julia.

Me enganché a esta historia desde la primera página, sobre todo porque el primer encuentro entre Randall y Julia en la novela En las redes del olvido me dejó deseosa de más. La evolución que muestran en este libro es muy marcada, tanto que es sorprendente ver los cambios operados en ellos apenas un año después.
Ambos son personajes que arrastran un pasado duro, sobre todo ella. El carácter protector y honorable de Randall es primordial en la resurrección de Julia. Me ha gustado mucho el ritmo que toma la novela para que la evolución en los sentimientos de los dos sea creíble y para que intuyas cuáles son y puedas leer en sus gestos lo que callan sus palabras.
Aunque el pilar de Toda una dama es el matrimonio de Julia y Randall, la amistad y lealtad de Adam y Mariah, Will e incluso el intrépido Mackenzie es vital. Es gracias a todo ello que reina esa atmósfera que ya sentí con Los Ángeles Caídos donde las lazos formados por un grupo de amigos perdura al cabo de los años y se convierten en parte fundamental de la novela y la saga.

Sin embargo, gustándome como ha gustado y aunque la historia es bonita y me ha mantenido pegada al libro de principio a fin, considero que Los Ángeles Caídos es una saga más profunda. Cuentan historias diferentes, no hay similitud alguna salvo que las dos están protagonizadas por un grupo de amigos que estudiaron juntos. Pero a diferencia de otras novelas históricas de Mary Jo Putney -para mí una de las mejores escritoras de romántica histórica- la época histórica y la ambientación de los libros no tiene tanto peso ni es tan marcada. Sí, es parte fundamental, claro está pero es un entorno que no marca el devenir de la historia como por ejemplo sucede con Cautivos del destino.
Ya me sucedió con En las redes del olvido. Me gustó la historia de amor de Adam y Mariah, la historia que los rodea, los misterios de sus familias pero eché en falta un mayor peso de hechos históricos.
Habituada a leer novelas de Mary Jo Putney que te desgranan las intrigas y traiciones que rodearon la batalla de Waterloo, al ejército napoleónico, las luchas entre reyes del medievo o el exotismo de La India, esta saga me está gustando, sí, pero parece más ligera.

Hay escritoras de las que no espero novelas profundas, sino sencillas, dulces y emotivas. Pero las de Mary Jo Putney las asocio a espías, a condes gitanos, a libertinos con problemas de alcoholismo, a caballeros medievales cuyas historias te trasladan a épocas pasadas.
Eso es algo que en Toda una dama no es tan marcado, sí conoces un poco sobre la vida de Randall en el ejército, las heridas sufridas y su solitaria infancia pero los secretos e intrigas que existe están relacionados con los Daventry y Castleston. Como digo es una novela menos intensa, centrada sobre todo en la historia de amor de Randall y Julia. Creo que es una bonita historia, que me ha atrapado por su dulzura y capacidad de superación. Me ha gustado y enganchado de principio a fin, pero no al mismo nivel que la de Michael y Catherine, la de Claire y Nicholas o Reggie y Alys.
Por ello, en comparación con todas éstas, mi valoración de Toda una dama es una buena novela.
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No es la novela que más me ha gustado de esta escritora
Valoración
 
4.0
Para el Comandante Alexander Randall la guerra había pasado a convertirse en un infierno. Por eso, la noticia de que debía regresar a casa, como potencial heredero de conde de Daventry, era casi un milagro. Las heridas de metralla que tenía en la pierna, resultado de la batalla de Albuera, le hacían difícil acabar el día, y ansiaba regresar a una vida más tranquila aunque fuera en Roscombe, su casa de campo.

Ya en Londres se da cuenta que ante todo debe encontrar esposa. No una cualquiera, sino una lo bastante adecuada para su actual posición. Sin embargo, la única que había atrapado su atención, hasta el punto de no olvidarla, era Julia Bancroft. Pero no cumplía los requisitos de la alta sociedad. Su viudedad y su trabajo como comadrona y curandera de Hartley no la convertían en la candidata perfecta.

Julia Bancroft vivía feliz en Rose Cottage. Hasta allí llegó huyendo de un pasado que había tratado de olvidar. Convivía con su gato Bigotes y una joven, Jenny Watson, y su bebé Molly de catorce meses. Parecía que había logrado rehacer su vida a base de trabajo y esfuerzo. Pero no esperaba que Joseph Crockett, el peor granuja que conocía, irrumpiera en su casa. Durante años había pensado que estaba a salvo pero ahora, el cuchillo que presionaba su garganta, la había hecho comprender que estaba equivocada. Encadenada, no pudo evitar que la introdujeran a la fuerza en un carruaje con destino, tal vez, hacia la muerte.

El único hombre en Hartley, en condiciones de salvarla, era aquel que había decidido hacerle una visita de cortesía. Montado en Grand Turk, el caballo de su amigo Townsend, Randall iniciará la desesperada búsqueda de su dama. Tras dar con ella, Alex descubrirá la verdadera identidad de la joven. En realidad se trata de Lady Julia Raines, hija del duque de Castleton. Casado a los dieciséis años con un sádico, su violencia no tenía límites. Tras la muerte accidental de su marido, y sin el apoyo de su suegro ni su familia, tuvo que huir para salvar su vida. Casualidades de la vida, el esposo de Julia había resultado ser lord Bradford, hijo de Daventry y primo de Alexander, cuyas marcas de crueldad marcaban el cuerpo de Randall. Con tan inesperado descubrimiento a él no se le ocurre otra opción que celebrar un matrimonio de conveniencia que le devuelva a la joven su apellido, su status y su casa.

Pero el regreso a casa no estará exento de peligro. Los secuaces de Daventry la siguen persiguiendo y a punto están de acabar con su vida en una cuantas ocasiones. Sin embargo siempre podrá contar con la ayuda de Alex, decidido a devolverle la confianza a la joven y con paciencia que confíe en él, olvidando los horrores y torturas que Branford le ocasionó. Una tarea difícil de conseguir, pues las cicatrices de sus pechos marcados toscamente con las iniciales de su esposo, nunca desaparecerán.

La inestimable ayuda de los Ashton, a los que se unirán Anthony, lord Stoneleigh, hermano de Julia, y su abuela la duquesa de Charente, devolverán el esplendor a la vida de la joven. Sin embargo todavía tiene una deuda pendiente con su pasado. Descubrir el paradero del hijo ilegítimo de su difunto marido.

Toda una dama no es la novela que más me ha gustado de esta escritora. En líneas generales está bastante bien. Pero alguno de los párrafos se me ha hecho algo largo. Creo que la novela tiene altibajos. Hay buenos momentos, acción, intriga y algún instante de ternura, pero se ha extendido demasiado en temas sin transcendencia. En fin, no es uno de esos libros que me ha mantenido en vilo y sin poder dejar de leer que tanto me gustan. Nos narra mucho la desgraciada infancia de Randall, los horrores sufridos cuando, con sólo cinco años, su orfandad le obligó a vivir bajo el mismo techo que su cruel primo, cómo el acudir a la academia de la señorita Agnes Westerfield le devolvió la autoestima y le enseñó a defenderse… En cuanto a Julia como tuvo que casarse con sólo dieciséis años con un hombre del que se creía enamorada, pero que convirtió la tortura, el dolor y el sufrimientos como método de placer. En conclusión, me hubiera gustado un poco menos de “relaciones interpersonales” y recuerdos pasados, y un poco más de acción, dado que los secundarios eran bastante interesantes.
M
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