A pesar de sus más de cuatrocientas páginas, lo he leído como si fuera un libro de cincuenta, apenas me ha durado un suspiro. El estilo de Julianne es impecable, traslada al lector a su historia y lo convierte en Marianne.

Con personajes más que peculiares y una protagonista de diez, la novela contiene todos los elementos esenciales para ser un libro inolvidable, lo único que eché en falta fue que no tuviera otras cuatrocientas páginas más para seguir devorándolo.

La delicadeza y el buen gusto se esconden tras las páginas de Edenbrooke, la sensibilidad y la elegancia envuelven cada una de las letras.

Marianne, nuestra protagonista, tras la muerte de su madre es trasladada a vivir con su abuela, así lo ordenó su padre, durante una larga temporada se establece en Bath, donde la rutina y el aburrimiento hacen mella en ella. Cuando su hermana la invita a pasar un tiempo con ella y la familia de una amiga, Marianne no lo duda ni un instante, y se lanza a la aventura. Gracias a ello conoce Edenbrooke.

En dicho solar, hará migas con un afamado caballero, que ya conocía de un extraño e infortunado encuentro. Los días de alegría y paz, empiezan a enturbiarse con los lazos fraternales y la desdicha del pasado. Marianne se verá ahogada entre indiferencia, abandono, enfados y envidia.

Como la sinopsis no desvela quién es el caballero que conquista el corazón de la joven Marinne, solo haré una breve presentación: no os encontraréis con un borde, taciturno e insoportable noble, este protagonista es galante y dulce,gracioso, paciente y amable. Ambos forman una pareja ideal.

Risas y suspiros abundan en esta novela, junto con misterios, amistad y una preciosa historia de amor, sin olvidar a unos protagonistas y personajes secundarios perfectos. Así es imposible no pasar una noche en vela leyendo.

Por último, quiero destacar la preciosa edición, y el detalle de incluir una breve entrevista a la autora. Me ha gustado mucho. Estoy deseando leer Blackmoore.

Excelente.