Detalle de la opinión
4.3 3 0.5Muy recomendable
Valoración
4.5
Ante todo, tengo que decir que siempre he disfrutado al leer acerca de las grandes mansiones inglesas y sus costumbres, con sus estirados mayordomos, lacayos, sirvientas, jardineros, institutrices (aquí, como el título indica, es el tema principal) y por supuesto los señores... pero casi disfruto más con las historias de los de abajo que con los de los de arriba.
Por eso he disfrutado mucho leyendo La institutriz silenciosa. Todo lo que he descrito arriba está perfectamente retratado, y además tenemos una trama de intriga que me ha tenido pendiente de sus páginas, esperando ir, poco a poco, adivinando si estaban relacionados los protagonistas o no, ¿qué era lo que guardaba tan secretamente Edward y que podía hacer que perdiera todo su patrimonio? ¿Quién era el tallador de figuras de madera? Había tantas incógnitas que no podía dejar el libro, que pese a sus casi quinientas páginas, lo he leído en apenas tres días.
Olivia, había salido huyendo de su localidad, ha llegado a otro lugar y debido a su indiscreción, ha escuchado una conversación que la ha metido en problemas. El propietario de ésta, asustado porque ella pueda divulgar su secreto, la obliga a permanecer en la propiedad hasta que él se sienta seguro y la obliga a que no hable.
Pasado el tiempo se convierte en institutriz de sus sobrinos. A partir de ese momento la autora nos narra el devenir de esta propiedad, sus costumbres, su modo de vida, los acercamientos entre los personajes y cómo los dos protagonistas van tomándose cariño y respeto mutuo.
Poco a poco se van revelando todos los secretos que envuelven a los protagonistas, y que me han tenido prendida de las páginas de este relato, pero hasta bien entrado la tercera parte del libro no se conoce la verdadera historia de Edward, de su padre, de la madre de Olivia y de los demás.
Especialmente me ha gustado el protagonista, Edward, con sus inseguridades. Un futuro conde y miembro del parlamento, para esto ha sido preparado, pero siente que no es lo que realmente quiere. No es feliz, casi nunca ríe, es más bien taciturno y últimamente, con sus preocupaciones y sospechas, se ha vuelto aún más triste. Me ha gustado mucho ir viendo el cambio que va originándose en su carácter conforme pasan las páginas de la historia y cómo llega el amor a su corazón y la primera atracción hacia la institutriz que se convierte en amor.
Por el contrario, Olivia, siempre ha sido una persona que ha sabido lo que quería ser. La enseñanza es su vocación. Tiene sus sueños muy claros y cree que los conseguirá. No duda de ello, debido a su resolución y carácter valiente, el miedo inicial que siente hacía su empleador va cambiando a lo largo de la narración y poco a poco va modificando su forma de mirarle y al final entiende su modo de ser.
Los secundarios son muchos, ya que en este libro se narran las historias de varias personas, algo que me ha gustado mucho y que me ha alentado a su lectura. Es el tipo de libro que me hace disfrutar leyendo, ya que te hace conocer otra cultura y otra época. Además de estar perfectamente escrito y maravillosamente ambientado.
Hay algunos personajes que son más importantes que otros. A mí me han gustado mucho el guardabosques y el padre de Edward.
Los últimos capítulos son altamente adictivos y muy ágiles, ahí es donde todo se descubre y ya no puedes dejar de lado el libro. El final es realmente bonito y el epílogo me ha parecido precioso de veras. Es muy recomendable para la personas a las que les guste este tipo de lectura y que amen la literatura inglesa.
Por eso he disfrutado mucho leyendo La institutriz silenciosa. Todo lo que he descrito arriba está perfectamente retratado, y además tenemos una trama de intriga que me ha tenido pendiente de sus páginas, esperando ir, poco a poco, adivinando si estaban relacionados los protagonistas o no, ¿qué era lo que guardaba tan secretamente Edward y que podía hacer que perdiera todo su patrimonio? ¿Quién era el tallador de figuras de madera? Había tantas incógnitas que no podía dejar el libro, que pese a sus casi quinientas páginas, lo he leído en apenas tres días.
Olivia, había salido huyendo de su localidad, ha llegado a otro lugar y debido a su indiscreción, ha escuchado una conversación que la ha metido en problemas. El propietario de ésta, asustado porque ella pueda divulgar su secreto, la obliga a permanecer en la propiedad hasta que él se sienta seguro y la obliga a que no hable.
Pasado el tiempo se convierte en institutriz de sus sobrinos. A partir de ese momento la autora nos narra el devenir de esta propiedad, sus costumbres, su modo de vida, los acercamientos entre los personajes y cómo los dos protagonistas van tomándose cariño y respeto mutuo.
Poco a poco se van revelando todos los secretos que envuelven a los protagonistas, y que me han tenido prendida de las páginas de este relato, pero hasta bien entrado la tercera parte del libro no se conoce la verdadera historia de Edward, de su padre, de la madre de Olivia y de los demás.
Especialmente me ha gustado el protagonista, Edward, con sus inseguridades. Un futuro conde y miembro del parlamento, para esto ha sido preparado, pero siente que no es lo que realmente quiere. No es feliz, casi nunca ríe, es más bien taciturno y últimamente, con sus preocupaciones y sospechas, se ha vuelto aún más triste. Me ha gustado mucho ir viendo el cambio que va originándose en su carácter conforme pasan las páginas de la historia y cómo llega el amor a su corazón y la primera atracción hacia la institutriz que se convierte en amor.
Por el contrario, Olivia, siempre ha sido una persona que ha sabido lo que quería ser. La enseñanza es su vocación. Tiene sus sueños muy claros y cree que los conseguirá. No duda de ello, debido a su resolución y carácter valiente, el miedo inicial que siente hacía su empleador va cambiando a lo largo de la narración y poco a poco va modificando su forma de mirarle y al final entiende su modo de ser.
Los secundarios son muchos, ya que en este libro se narran las historias de varias personas, algo que me ha gustado mucho y que me ha alentado a su lectura. Es el tipo de libro que me hace disfrutar leyendo, ya que te hace conocer otra cultura y otra época. Además de estar perfectamente escrito y maravillosamente ambientado.
Hay algunos personajes que son más importantes que otros. A mí me han gustado mucho el guardabosques y el padre de Edward.
Los últimos capítulos son altamente adictivos y muy ágiles, ahí es donde todo se descubre y ya no puedes dejar de lado el libro. El final es realmente bonito y el epílogo me ha parecido precioso de veras. Es muy recomendable para la personas a las que les guste este tipo de lectura y que amen la literatura inglesa.