Detalle de la opinión
4.5 2 0.5Un gran pricipio
Valoración
4.5
Wren de Bosquelinde, desde que murieran sus padres a protegido a su hermana gemela, no ha dudado en ningún momento en anteponer sus necesidades a las propios, ya sea yendo a cazar, para que no pase hambre o vendiendo su cuerpo, así que cuando Elora es elegida como sacrificio por el viento del norte, no duda ni un segundo en ocupar su lugar.
Bóreas el viento del norte, también conocido como el rey escarcha es uno de los Anemoi los cuatro vientos desterrados por los nuevos dioses. Cada x años necesita una humana para poder casarse con ella y así mantener a raya la sombra y que no se cuelen los Umbrante, seres que cada vez se están haciendo más poderosos y amenazan el reino.
Nuestra protagonista femenina, es tenaz, cabezota, muy protectora y con un problema con la bebida, su único propósito será acabar con un dios inmortal y así poder volver a su aldea. Pero a medida que va avanzando la trama ella misma se dará cuenta de todo lo que ha ido acarreando en su mochila, ese gran complejo que siempre le ha acompañado, y gracias a el rey escarcha irá dejando atrás todo ese lastre.
Bóreas, primogénito del alba y el ocaso, su misión es juzgar las almas, tiempo atrás perdió la suya propia, es frio o eso cree Wren, pero en realidad no sabe socializar o empatizar, siempre ha estado solo, de carácter tosco y poco hablador se ve a sí mismo como un ser superior. Su nueva esposa desde el minuto 0 le crea curiosidad y eso hace mucho tiempo que no pasaba.
Orla (esa gran mujer, que cuidará a Wren como una madre), Silas (el cocinero quien le preparará tartas porque sabe que le encantan, Palas, céfiro (el mensajero, al que odio un poquito), Tiamina (quien me recordó a Doris de buscando a Nemo), así como el resto de habitantes de la ciudadela y las tierras Yermas, serán nuestros compañeros de viaje.
Al ser una novela de fantasía, las descripciones son su punto fuerte, podemos ver con claridad las vastas tierras de la ciudadela, sentimos la brisa del mar en los acantilados, nuestro estomago ruge por el hambre y olemos el cedro del invierno.
A lo largo de sus 544 páginas, narradas desde el punto de vista de Wren (me hubiera gustado conocer los pensamientos de Bóreas en más de una ocasión), tenemos un retelling entre La bella y la bestia, y el mito de Hades y Perséfone, unos enemies to lovers muy slow burn (el spicy ni lo olemos hasta el 70% de libro), pero donde sobre todo seremos testigos como dos personas que han estado siempre solas se dan cuenta que pueden estar solas juntas.
Conclusión, es una buena lectura, en más de una ocasión me ha recordado a la saga acotar, si lo habéis leído os pasará como a mí, si le tengo que poner un pero ha sido a Wren , en un principio me costó mucho empatizar con ella, pero poco a poco la fui entendiendo, además que en más de una ocasión me ha hecho soltar una carcajada con sus salidas. Estoy deseando que continúen con la publicación del resto de la saga, para poder conocer al resto de los hermanos.
Bóreas el viento del norte, también conocido como el rey escarcha es uno de los Anemoi los cuatro vientos desterrados por los nuevos dioses. Cada x años necesita una humana para poder casarse con ella y así mantener a raya la sombra y que no se cuelen los Umbrante, seres que cada vez se están haciendo más poderosos y amenazan el reino.
Nuestra protagonista femenina, es tenaz, cabezota, muy protectora y con un problema con la bebida, su único propósito será acabar con un dios inmortal y así poder volver a su aldea. Pero a medida que va avanzando la trama ella misma se dará cuenta de todo lo que ha ido acarreando en su mochila, ese gran complejo que siempre le ha acompañado, y gracias a el rey escarcha irá dejando atrás todo ese lastre.
Bóreas, primogénito del alba y el ocaso, su misión es juzgar las almas, tiempo atrás perdió la suya propia, es frio o eso cree Wren, pero en realidad no sabe socializar o empatizar, siempre ha estado solo, de carácter tosco y poco hablador se ve a sí mismo como un ser superior. Su nueva esposa desde el minuto 0 le crea curiosidad y eso hace mucho tiempo que no pasaba.
Orla (esa gran mujer, que cuidará a Wren como una madre), Silas (el cocinero quien le preparará tartas porque sabe que le encantan, Palas, céfiro (el mensajero, al que odio un poquito), Tiamina (quien me recordó a Doris de buscando a Nemo), así como el resto de habitantes de la ciudadela y las tierras Yermas, serán nuestros compañeros de viaje.
Al ser una novela de fantasía, las descripciones son su punto fuerte, podemos ver con claridad las vastas tierras de la ciudadela, sentimos la brisa del mar en los acantilados, nuestro estomago ruge por el hambre y olemos el cedro del invierno.
A lo largo de sus 544 páginas, narradas desde el punto de vista de Wren (me hubiera gustado conocer los pensamientos de Bóreas en más de una ocasión), tenemos un retelling entre La bella y la bestia, y el mito de Hades y Perséfone, unos enemies to lovers muy slow burn (el spicy ni lo olemos hasta el 70% de libro), pero donde sobre todo seremos testigos como dos personas que han estado siempre solas se dan cuenta que pueden estar solas juntas.
Conclusión, es una buena lectura, en más de una ocasión me ha recordado a la saga acotar, si lo habéis leído os pasará como a mí, si le tengo que poner un pero ha sido a Wren , en un principio me costó mucho empatizar con ella, pero poco a poco la fui entendiendo, además que en más de una ocasión me ha hecho soltar una carcajada con sus salidas. Estoy deseando que continúen con la publicación del resto de la saga, para poder conocer al resto de los hermanos.