Detalle de la opinión
5.0 1 0.5Lo recomiendo encarecidamente
Valoración
5.0
He leído muchos libros de Sarah Lark, prácticamente todos, y este es el primero que leo en donde el relato transcurre en la actualidad. No obstante, todo el secreto que se ha de descubrir transcurre en el pasado, a mediados y finales del siglo XIX.
La forma en que lo va narrando la autora hace que los descubrimientos vayan surgiendo paulatinamente y la necesidad de saber qué va a ocurrir que tiene el lector, se agudice y te impida dejar el libro de lado. A mí me ha enganchado desde que Stephanie llega a Nueva Zelanda, casi al principio.
Como en todos sus libros anteriores, la ambientación y documentación es perfecta, con personajes reales y ficticios. Yo no conozco personalmente Nueva Zelanda pero, a través de sus escritos, he aprendido a enamorarme de la cultura maorí, he odiado a los ingleses por sus grandes masacres y su crueldad para engañar a un pueblo que ellos creían sin sentimientos, ni cerebro. Me he encariñado con los personajes maoríes que han participado en la historia y he sufrido y reído con sus desgracias y sus alegrías.
Esta historia empieza con la periodista Stephanie, a la que le interesan mucho los crímenes no resueltos y, junto con su compañero Rick, se ocupan de esta sección en el periódico para el que trabajan en Hamburgo. Surge un caso que sucedió en Nueva Zelanda y ella es enviada a intentar documentarse para el caso.
Una vez allí interviene el diario perdido de una maorí, Marama, que tiene vinculaciones con Weru, el maorí con el que empieza una investigación, recorriendo todas las ciudades que están vinculadas con el asesinato, hablando con antiguos testigos e intentando dar con el desaparecido diario. La autora nos muestra también en el presente cómo es la relación maorí/Pakeha en la actualidad y su forma de vida.
En el pasado, nos muestra lo terrible que fue para este pueblo la colonización inglesa y las tropelías que hicieron con ellos, y lo que les costó conseguir una mínima aceptación por parte de los dirigentes ingleses. La vida de Marama me ha gustado mucho. Su relación con el inglés con el que se casa, pese a todas las prohibiciones, y lo que duró su matrimonio en la tranquila Parihaka, es preciosa. Aunque la vida de esta hija de Jefe tribal fue larga (90 años) y dejará sus memorias en un escrito, largamente buscado por sus descendientes y finalmente encontrado.
Aquí se hace constar la cantidad de niños que fueron raptados de sus hogares y criados por los pakeha, incluso se basa en uno que fue real y luego luchó por los derechos de su pueblo.
Es una historia de silencios y mentiras, de cómo las decisiones, ya sean buenas o malas, afectan a nuestra vida, y también es una historia sobre el amor a todos los niveles.
Como siempre que leo un libro de Sarah Lark, mi satisfacción es suprema, ya que siempre deja una gran conmoción en mi monótona vida y ayuda a mi imaginación a recrear otras vidas que siempre me producen un cruce de sentimientos y enseñanzas.
Lo recomiendo encarecidamente.
La forma en que lo va narrando la autora hace que los descubrimientos vayan surgiendo paulatinamente y la necesidad de saber qué va a ocurrir que tiene el lector, se agudice y te impida dejar el libro de lado. A mí me ha enganchado desde que Stephanie llega a Nueva Zelanda, casi al principio.
Como en todos sus libros anteriores, la ambientación y documentación es perfecta, con personajes reales y ficticios. Yo no conozco personalmente Nueva Zelanda pero, a través de sus escritos, he aprendido a enamorarme de la cultura maorí, he odiado a los ingleses por sus grandes masacres y su crueldad para engañar a un pueblo que ellos creían sin sentimientos, ni cerebro. Me he encariñado con los personajes maoríes que han participado en la historia y he sufrido y reído con sus desgracias y sus alegrías.
Esta historia empieza con la periodista Stephanie, a la que le interesan mucho los crímenes no resueltos y, junto con su compañero Rick, se ocupan de esta sección en el periódico para el que trabajan en Hamburgo. Surge un caso que sucedió en Nueva Zelanda y ella es enviada a intentar documentarse para el caso.
Una vez allí interviene el diario perdido de una maorí, Marama, que tiene vinculaciones con Weru, el maorí con el que empieza una investigación, recorriendo todas las ciudades que están vinculadas con el asesinato, hablando con antiguos testigos e intentando dar con el desaparecido diario. La autora nos muestra también en el presente cómo es la relación maorí/Pakeha en la actualidad y su forma de vida.
En el pasado, nos muestra lo terrible que fue para este pueblo la colonización inglesa y las tropelías que hicieron con ellos, y lo que les costó conseguir una mínima aceptación por parte de los dirigentes ingleses. La vida de Marama me ha gustado mucho. Su relación con el inglés con el que se casa, pese a todas las prohibiciones, y lo que duró su matrimonio en la tranquila Parihaka, es preciosa. Aunque la vida de esta hija de Jefe tribal fue larga (90 años) y dejará sus memorias en un escrito, largamente buscado por sus descendientes y finalmente encontrado.
Aquí se hace constar la cantidad de niños que fueron raptados de sus hogares y criados por los pakeha, incluso se basa en uno que fue real y luego luchó por los derechos de su pueblo.
Es una historia de silencios y mentiras, de cómo las decisiones, ya sean buenas o malas, afectan a nuestra vida, y también es una historia sobre el amor a todos los niveles.
Como siempre que leo un libro de Sarah Lark, mi satisfacción es suprema, ya que siempre deja una gran conmoción en mi monótona vida y ayuda a mi imaginación a recrear otras vidas que siempre me producen un cruce de sentimientos y enseñanzas.
Lo recomiendo encarecidamente.