Detalle de la opinión
4.0 2 0.5Muy recomendable
Valoración
5.0
Cuando leí La mansión, tiempos de gloria, creí que era una novela cerrada y así me lo pareció. Es verdad que la historia se centraba, sobre todo, en la vida de Franciska y su familia, pero, exceptuando a ésta, los demás personajes, que eran muchos, apoyaban la narración pero, eso era todo y parecía terminar de una buena manera.
En esta segunda parte, Tiempos de tormenta, hablan todos esos personajes; Mina la criada; Walter, el amor no olvidado nunca, de la baronesa; Jenny, su nieta; Ulli, el nieto de Mina y amor de Jenny; Sonja, la hija de Walter y, como no; Franciska, la baronesa Von Dranitz.
La autora nos encuadra en los años noventa, después de la reunificación de las dos Alemanias. En la parte comunista de Berlín. Un periodo duro y de difícil recuperación. La zona donde está ubicada La mansión de los Von Dranitz, está muy deteriorada. Las fábricas ya no funcionan, la gente ha perdido sus trabajos, ven con malos ojos, a toda persona que viene del oeste y salvo, algunos emprendedores, todos se han acomodado. Es necesario que alguien luche por sacar adelante la supervivencia de la zona y, los que no se van al oeste, lo intentan con fuerza.
Sonja es una de estas personas con empuje y ganas de crear algo nuevo y salir adelante. Tiene un sueño que convenciendo a la gente que la rodea, sabe impulsarlos hacía adelante y convencerlos de luchar por su porvenir y el de la zona que habitan. Ella nos cuenta su pasado y su presente, al mismo tiempo que nos cuenta como quiere que sea su futuro.
Ulli es un personaje parecido, le cuesta un poco imaginar tal cambio en su vida, pero el amor de una mujer y un anciano, amigo de sus abuelos, le convence de trabajar fuerte y apostar por un buen futuro.
Jenny es uno de los personajes que me ha calado mas hondo. Joven, con visión de futuro, luchadora y cabezona, como su abuela, la cual, pese al pasado que tiene, bastante desagradable, consigue remontarse y pensar que toda lucha, tiene su sufrimiento, pero que si lo quieres de verdad, lo consigues.
Walter y Franciska nos cuentan los años que han pasado separados. Cada uno de ellos se abre al otro y aparecen todos los obstáculos que hubieron para que su amor, haya tardado cincuenta años, en hacerse realidad.
Y, Mina, nos relata todo lo sucedido desde que entró a trabajar para los Von Dranitz. Cosas que no supimos en la primera parte y que nos traen recuerdos acontecidos antes, durante y después de la guerra.
Es, para mí, una novela de personajes a los que ya les tenía aprecio y, al conocerlos más, les he tomado cariño. Es, al mismo tiempo, un relato de una época dura en Alemania y que tan bien han sabido remontar. Un relato de esfuerzo, ganas de luchar y ganar, además de una profunda creencia en el amor, compartida con los que amas.
Muy recomendable.
En esta segunda parte, Tiempos de tormenta, hablan todos esos personajes; Mina la criada; Walter, el amor no olvidado nunca, de la baronesa; Jenny, su nieta; Ulli, el nieto de Mina y amor de Jenny; Sonja, la hija de Walter y, como no; Franciska, la baronesa Von Dranitz.
La autora nos encuadra en los años noventa, después de la reunificación de las dos Alemanias. En la parte comunista de Berlín. Un periodo duro y de difícil recuperación. La zona donde está ubicada La mansión de los Von Dranitz, está muy deteriorada. Las fábricas ya no funcionan, la gente ha perdido sus trabajos, ven con malos ojos, a toda persona que viene del oeste y salvo, algunos emprendedores, todos se han acomodado. Es necesario que alguien luche por sacar adelante la supervivencia de la zona y, los que no se van al oeste, lo intentan con fuerza.
Sonja es una de estas personas con empuje y ganas de crear algo nuevo y salir adelante. Tiene un sueño que convenciendo a la gente que la rodea, sabe impulsarlos hacía adelante y convencerlos de luchar por su porvenir y el de la zona que habitan. Ella nos cuenta su pasado y su presente, al mismo tiempo que nos cuenta como quiere que sea su futuro.
Ulli es un personaje parecido, le cuesta un poco imaginar tal cambio en su vida, pero el amor de una mujer y un anciano, amigo de sus abuelos, le convence de trabajar fuerte y apostar por un buen futuro.
Jenny es uno de los personajes que me ha calado mas hondo. Joven, con visión de futuro, luchadora y cabezona, como su abuela, la cual, pese al pasado que tiene, bastante desagradable, consigue remontarse y pensar que toda lucha, tiene su sufrimiento, pero que si lo quieres de verdad, lo consigues.
Walter y Franciska nos cuentan los años que han pasado separados. Cada uno de ellos se abre al otro y aparecen todos los obstáculos que hubieron para que su amor, haya tardado cincuenta años, en hacerse realidad.
Y, Mina, nos relata todo lo sucedido desde que entró a trabajar para los Von Dranitz. Cosas que no supimos en la primera parte y que nos traen recuerdos acontecidos antes, durante y después de la guerra.
Es, para mí, una novela de personajes a los que ya les tenía aprecio y, al conocerlos más, les he tomado cariño. Es, al mismo tiempo, un relato de una época dura en Alemania y que tan bien han sabido remontar. Un relato de esfuerzo, ganas de luchar y ganar, además de una profunda creencia en el amor, compartida con los que amas.
Muy recomendable.