Adoro esa sensación de satisfacción, plenitud, felicidad y mil emociones más que deja cuando se termina de leer un buen libro. Esa sonrisa en la boca durante horas, paz, amor e incluso vulnerabilidad, que bulle en el pecho cuando has disfrutado de una historia así de preciosa.

Todas estas emociones ha despertado en mí María Martinez y su novela Desafiando las normas; porque sin duda es una novela que me ha arañado el alma y secuestrado el corazón. Sus personajes e historias se han metido en mí interior haciéndome sentir cada sentimiento y emoción. Y no me desprendo aún de ellos, realmente es algo que adoro y agradezco, pues no es fácil de conseguir.

Desafiando las normas nos cuenta la historia de Eric y Spencer. Dos personajes que la autora nos presenta en los dos libros anteriores que pertenecen a la serie.

A Eric se le ama irremediablemente desde que se le conoce. Es un personaje perfectamente imperfecto que roba el aliento cada vez que aparece. Un chico con miedos y con una vida algo complicada y llena de secretos y mentiras. Que tiene una familia de la que pensaba mal y que según acaba de descubrir, es lo mejor que la ha pasado nunca, porque lo adoran.

Spencer, de la que también conocemos pinceladas de su traumática historia en libros anteriores, me ha dejado literalmente con la boca abierta. Si Eric me ha enamorado totalmente, con ella he sentido una conexión brutal y alucinante desde el principio.

He admirado a Spencer aún con todos sus fallos y virtudes. Es imposible no admirar a alguien que demuestra todo los que ella demuestra. Que cae y se levanta, una y otra vez.

Tanto Eric como Spencer son dos personajes que se complementan a la perfección tanto por su personalidad como por todo lo que han pasado. Y es imposible no sentir esas chispas que surgen entre ellos desde que se ven. Cuando realmente se ven.

He disfrutado, reído y llorado la historia entre ellos de una manera fascinante.

Era una historia muy esperada que ha subido el listón que estaba ya bastante alto y creo que no me equivoco al señalar, que la autora se ha dejado el alma en esta historia. Y eso se nota, por todo lo que la novela transmite.

Hay escenas y diálogos que me he encontrado leyendo una y otra vez por lo especiales que me han parecido y por lo que han despertado en mí. Sin duda se han grabado en mi mente.

El reencuentro con los personajes protagonistas de las novelas anteriores, y los cuales aquí también tienen importancia es muy emocionante. Ver como han continuado sus vidas y como han ido madurando...es un regalo.

De la trama de la novela en sí, pienso que poco puedo contar, porque está llena de momentos especiales, de sorpresas y de giros y cada capítulo y cada escena es importante. Es una novela muy intensa a la vez que romántica, dramática a la vez que divertida. Es una historia madura y maravillosa.

Desde el principio te atrapa y te envuelve y no puedes parar de leer. Te das cuenta que quieres más, más y más. Es adictiva de principio a fin. He ido devorándola y disfrutándola en todo momento, y me he encontrado que a la vez que no podía dejar de leer, no quería terminarla.

Sinceramente, me ha tocado la fibra tanto que yo no le encuentro un "pero", a mis ojos la autora ha creado una historia prácticamente perfecta en medio del caos.
Llena de sentimientos, escrita con una sencillez, elegancia y sensibilidad fuera de lo común, que me ha hecho conectar con ella y lo que contaba inmediatamente.

Me gustaría saber más de ellos, son personajes que se quedan en ti para siempre y de los que de vez en cuanto te encantaría poder saber cómo van sus vidas.

No sé si la intención de la autora es definitivamente finalizar la serie aquí o darnos el capricho de regalarnos alguna historia más, yo dejo caer que hay otro Kyzer por ahí que tiene potencial.

Enhorabuena a la autora y gracias por hacerme disfrutar tanto como lectora. No me queda más que recomendar encarecidamente esta serie.