- New Adult / Juvenil
- Pensé que era cierto
Pensé que era cierto
Detalles del libro
- New Adult
Gwen Castle nunca había tenido tantas ganas de decir adiós a la isla en la que vive hasta que Cassidy Somers, su gran error del verano, acepta un empleo allí como «chico para todo». Él es un niño rico que vive al otro lado del puente en Stony Bay, mientras que ella pertenece a una familia de pescadores y limpiadoras, aquellos que trabajan para que los turistas disfruten del verano. Y a ella, seguramente, le espera el mismo destino. Pero tras una conversación con su padre, las cosas cambian: saltan chispas y algunos secretos que hasta ahora lo habían sido salen a la luz, al tiempo que ella pasa un verano maravilloso y agotador, debatiéndose entre lo que hasta ahora pensaba que eran su hogar, aquellos a los que ama o, incluso ella misma, y lo que la realidad le demuestra.
Opiniones de los usuarios
Las relaciones familiares en esta novela están a la orden del día, es uno de los puntos básicos en los que se apoya la autora. Una familia sencilla, trabajadora, que sale a flote día a día con esfuerzo, pero en la que existe cariño. No hay princesas, ni señoritas de alta clase locas por comprar lo último de la moda en zapatos o bolsos. Lo que hay es una madre que trabaja, un padre que se deja la piel por los suyos y una protagonista que ve su futuro desde ese prisma: ser una empleada como tus progenitores.
El protagonista masculino, Cass, ya es otra cosa. Él sí es un niño de papá, no vive en la misma zona que Gwen, sus amigos son otros. Aunque no le va demasiado eso de ser niño rico, él quiere ganarse la vida por sí mismo, ir forjando su propio camino sin ayuda, y ese verano se pone a trabajar como jardinero. Lo que no espera es vérselas con Gwen. Porque hubo algo con la chica tiempo atrás y fue un verdadero desastre.
Estamos pues ante una historia de segundas oportunidades. Y el escenario es inmejorable. ¿Qué mejor momento para olvidar los rencores que el verano, con sus noches cálidas, la visión del mar y un buen combinado en la mano? Sí, sí, los dos protagonistas se van volviendo a acercar. No podía ser de otro modo.
Los secundarios, buenos, en su sitio, completando y sin quitar protagonismo a la pareja principal. Es posible que alguno de ellos, (para mí Spence), merezca su propia historia larga, no cuatro líneas en esta.
Me he perdido al final de la novela, creo que la autora, viendo que se le iba de las manos porque ya eran 400 páginas, seguramente demasiadas para una historia ligerita, precipita todo haciendo que te preguntes de qué va.
En fin, que me ha parecido un poco sosita, pero reconozco que el estilo de escritura de la autora me ha agradado, y es posible que vuelva a comprar más novelas de ella. Para cuando no me apetezca leer cosas demasiado serias, vienen bien.
Aunque son más de cuatrocientas páginas, lo he leído con rapidez porque tanto la narrativa como el argumento ayudan a ello. No hay grandes intrigas ni nada de eso, es una historia sencilla. Bonita y fresca, pero sencilla.
Ellos son la parte humilde de la isla, los que trabajan para los ricos que pueblan la otra parte de la población o los veraneantes adinerados que se hacen con el lugar en la estación veraniega. Sus vidas no son fáciles, el pequeño Em da bastante trabajo, tanto Nick como ella lo cuidan siempre que pueden y se desviven por él, lo mismo que su abuelo, su madre se mata a trabajar limpiando casas , su padre es una persona un tanto difícil de carácter que tampoco sabe como tratar a su hijo pequeño y exige demasiado a Nik y Gwen. Los dos primos tienen sueños, sobre todo Nik que aunque lleva desde siempre saliendo con Vivien, la mejor amiga de Gwen, quiere ser Guarda Costas y salir de esa isla, Gwen sabe que lo tiene más complicado por su hermano y por la falta de recursos.
Uno de los habitantes ricos que se ha pasado el último año en el instituto de Gwen y al que conoce desde pequeña, es Cassidy Somers, el chico que le gusta, con el que tuvo algo y que le hizo bastante daño, ese hecho unido a otros dos desafortunados incidentes, han dejado la reputación de Gwen un poco dañada en algunos círculos.
Este verano parece que las cosas cambian, Gwen no tendrá que trabajar para su padre si no para una de las ancianas damas de la isla que tras sufrir una caída necesita algo de ayuda , un gran cambio para Gwen tanto económicamente como para no tener que estar todo el tiempo bajo la mirada de su padre. Lo que no es tan bueno es que Cass se ponga a trabajar como chico para todo en el mantenimiento de la isla y se lo tenga que encontrar cada dos por tres.
Gwen no puede sacarse a Cass de la cabeza y él parece decidido a no dejar pasar cualquier oportunidad de encontrarse con ella, si a eso añadimos las clases de literatura que el entrenador de natación le pide que le de a Cass o como éste se ofrece amablemente para enseñar a Em a nadar, parece imposible que los sentimientos de ambos no resurjan y salten chispas.
Pero los chicos tendrán que superar bastantes obstáculos, familiares, escolares, amorosos y lealtades que los pueden llegar a enfrentar. Cass no es el típico niño rico, es bastante responsable, es muy amable con el pequeño Emory y se encuentra de maravilla en ese lado de la isla , pero como todos los niños ricos, tiene responsabilidades y objetivos que cumplir y algunas amistades que si son los típicos clichés de ricos insoportables. Gwen por el contrario sabe que los de su clase sólo tienen un destino en aquella isla, y es servir a los ricos en trabajos mal pagados, encima tiene que aguantar que algunos errores cometidos en malos momentos, le dejen una penosa e inmerecida fama. Sabe que en el futuro será la responsable de Emory, lo que le provoca sentimientos encontrados y ver a su mejor amiga y a su primo tan unidos y felices, hace que muchas veces se sienta un poco sola o fuera de lugar a pesar de que siempre fueron un equipo de tres.
No está mal, me gusta como escribe esta autora y los personajes que crea, con sus defectos e imperfecciones donde nadie es perfecto ni todo es color de rosa, pero el final me decepcionó un poco por como se solucionan algunos temas. De todas maneras es un buen libro para pasar un buen rato, ameno y ágil.