Conocí a esta autora gracias a Cruzando los límites, y sencillamente, me encandiló, por eso desde que me enteré de que publicaba otro libro, lo esperaba con muchas ganas, y, sí, lo ha vuelto a conseguir, me ha enamorado de nuevo.

Novalie es una chica de dieciocho años que ha perdido a su madre recientemente, después de sufrir una larga enfermedad, la joven ha cuidado de ella noche y día y se ha visto obligada a madurar por la fuerza, pero ahora no solo se enfrenta a una pérdida, ya que, tampoco cuenta con su padre, que ha caído en una fuerte depresión que lo mantiene alejado completamente de ella. Deciden iniciar una nueva vida en Bluehaven, lugar donde nacieron sus padres y donde viven sus tíos Tom y Alyson.
Novalie mantiene muy buenos recuerdos de sus vacaciones pasadas allí, y ahora cuenta con el apoyo de sus tíos y de su buena amiga Lucy, para volver a retomar sus estudios y continuar con su vida, pero aún tiene el verano por delante para disfrutar, y más cuando Nick se cruza en su camino.

Nick a sus veinticuatro años es un joven talento del piano, proviene de una familia de músicos que siempre han ejercido mucha presión sobre él, es más, Nick siempre se ha dejado llevar por lo que ellos le han dicho que hiciera. La vida de Nick da un giro cuando conoce a Novalie, ella es dulce e inocente, y le hace sentir como el joven que es y no como el adulto en que se ha convertido desde hace muchos años, Novalie le ayuda a replantearse que es lo que le hace feliz realmente, si la vida que han escogido por él o la que verdaderamente quiere vivir.

Apenas había cerrado las últimas páginas de este libro y ya sentía nostalgia y, es que la autora además de hacer una historia preciosa de puro sentimiento, ha creado unos personajes complejos y muy bien construidos que enamoran completamente.

Novalie es una joven a la que la vida le ha hecho madurar de golpe, mientras que las chicas de su edad se divertían y salían con chicos, ella cuidaba de su madre, incluso llegando a dejar sus estudios pendientes, eso la ha convertido en una joven que tiene una gran fuerza, aunque también es muy dulce e inocente.
Nick tiene una vida perfecta, o eso es lo que cree él, proviene de una familia de músicos y desde muy pequeño le han encaminado a lo que ellos han querido, si, Nick tiene un gran talento al piano y está en lo más alto, pero no es lo que más le gustaría hacer, pero eso se da cuenta al conocer a Novalie, con la que se siente libre. Es un personaje de los que enamoran desde la primera página.
La relación entre ellos es muy bonita, ya que, aunque se sienten atraídos desde un principio, se va cociendo poco a poco, los dos se necesitan, son muy diferentes entre si pero se complementan a la perfección.

Hay también un buen elenco de secundarios, todos muy importantes, algunos entrañables como Alyson, la tía de Novalie o Nana, la abuela de Nick, y otros que habría que dar de comer aparte, como son la familia de Nick, a la que acabas aborreciendo.

Está escrita en tercera persona, cosa que a mi me encanta, y hace que conozcas en profundidad a las dos partes. Me gusta mucho la forma de narrar de María, lo hace con sencillez pero con elegancia, además sabe como atraparte, de manera que igual lloras que ríes o que sufres de pura impotencia y eso demuestra que tiene mucho talento.

En definitiva, Una canción para Novalie es una preciosa historia de amor, muy dulce y cargada de sentimientos, que sabe llegar al corazón y tocar la fibra sensible, sus personajes están muy bien dibujados y llenos de matices, tanto los protagonistas como los secundarios. Una historia de 10 que he leído poco a poco para saborearla y con la que he disfrutado muchisimo y que a partir de ahora tendrá uno de esos rinconcitos preferentes en mi biblioteca.