La señorita Thompson desaparece siempre a las tres – Bethany Bells
Eunomia «Nomy» Thompson es una mujer llena de misterios, que desaparece cada día las tres y no vuelve hasta la hora del té. ¿Qué hace en ese tiempo? ¿A qué dedica esa parte secreta de su vida?
Hay quien dice que, en realidad, está dedicándose a lo que su hermano, el baronet Justin Thompson, llama «sus casos perdidos». Nomy pertenece a una eminente familia de abogados que se extiende a lo largo de varias generaciones. La ley, tan presente en su propio nombre (Eunomia significa «Buen orden, Buena ley» y en la antigua Grecia era la diosa de las leyes y la legislación en general), la apasiona. Por desdicha, nació mujer, y las propias leyes de su país y época prohíben que las mujeres se dediquen a la abogacía.
Podría ser, sí, que estuviera asesorando a sus famosos casos, todos de mujeres con problemas. Pero sus amigas, que la ayudan en esas situaciones, saben que no es cierto. Y también se preguntan dónde va.
Por eso, hay quien dice que tiene un amante del que no quiere dar el nombre. Y eso, perturba profundamente al señor Milton Kirkcallum, el abogado que comparte despacho con su hermano. Le perturba, porque no entiende lo que siente cada vez que se menciona el tema, cada vez que ella elude una respuesta, y cada vez que la ve alejarse.
Y le perturba, sobre todo, porque él mismo está a punto de casarse con su prometida de siempre, y empieza a temerse que ha tomado un camino equivocado en la vida.