Andrea Márquez, de nacionalidad española y afincada en EEUU desde los 14 años, lleva enamorada de Scott desde que puso un pie en territorio americano, pero de la misma manera que lo ama desde siempre, lleva 8 años odiándolo.

Scott "moja bragas" MCain, lleva ocho largos años dando tumbos como marine, ha decidido que ya es hora de recuperar lo que es suyo, aunque tenga que arrastrarse y obligar a una cabezota que él conoce muy bien, que le escuche de una puñetera vez.

Con esta carta de presentación el salseo está servido.

Tanto los personajes principales como los secundarios, están muy bien perfilados y sus tramas son complementarias. Este libro forma parte de una serie, y aquí tenemos su debut en sociedad. Dorek, Irina, Kevin, Andrea y no nos olvidemos de los pequeños Amy y Jay, te robarán el corazón y te harán soltar más de una carcajada, sobre todo Tay que tiene diarrea verbal.

La trama es sencilla, pero no por ello es simple, Emily ha cuidado hasta el último detalle y vemos cómo a medida que avanza la historia en consonancia van creciendo nuestros personajes y afianzándose su historia de amor, hasta que cae la última hoja de la inseguridad y por fin llega la liberación.

El libro es cortito, solo tiene 190 páginas, con capítulos cortos, diálogos ágiles y frescos que harán que devores sus letras en un par de horas.

Este no es el primer libro que leo de esta autora y puedo asegurar que no será el último, ella es una apuesta segura para poder pasar un rato entretenido y de desconexión, ya que su pluma es adictiva y te hace devorar palabra por palabra.

Es totalmente recomendable, sin embargo, debo de ponerle un pero, entiendo que es la carta de presentación de la serie, sin embargo, me ha faltado más de Andrea y Scott. No sé cómo explicarme sin hacer spoiler, es una historia coherente con un final en consonancia, pero me ha faltado un poco más de desarrollo en la parte final, con unas cuantas páginas hubiera puesto la guinda.

Me gustaría hacer una mención especial, aunque todos los personajes me han gustado, creo que dan mucho juego Kevin y Taylor. Se han ganado un pase de oro (estos me han hecho sufrir y destornillarme).

¡¡¡Y qué decir de la portada¡¡¡ Yo quiero un Scott en mi vida. Si es que se te van los ojos, por Dios…