Con Belleza atormentada, el libro antecesor a este, conocí a esta autora y me hice una fiel seguidora, me encantan sus historias aunque tengo claro que me toca sufrir bastante con ellas, porque si por algo se caracterizan es porque son bastante dramáticas, sin embargo me llenan y las disfruto totalmente, como ha sido el caso de Atormentado deseo.

Aunque se podría leer independientemente, porque a lo largo de la historia se va explicando lo que ocurrió, creo que es mejor haber leído el otro primero para conocerlo todo de primera mano.

Cristóbal Garza es un hombre roto, los demonios habitan en él desde hace dos años atrás cuando descubrió quien era realmente la mujer a la que creía querer. La culpa y el remordimiento de no haber escuchado a su hermana Andrea lo consumen, y se ha convertido en un hombre frío, que apenas sonríe y que cree que no merece que nada bueno le pase. Dirige su empresa con mano dura y puede ser despiadado, algo que hace que no lo miren con muy buenos ojos, aquellos que no lo conocen bien.

Pero la vida no es siempre lo que nosotros que queremos y le pone ante su vista a Kristián, una joven que desde un principio lo exaspera enormemente.

Kristián ha sido contratada para sustituir a la asistente del señor Garza, aún le quedan unos meses hasta que dé a luz y se quede sola ante el peligro. Así que tiene tiempo para aprender y de paso entender a su jefe, con el que no se muestra ni un poco sumisa.

Pero quiere la casualidad que Carol tiene que coger la baja antes de tiempo y Kristián debe hacerse cargo de todo, por lo que ha de pasar mucho más tiempo con Cristóbal. Entre los dos saltan las chispas, y aunque siempre estén como el perro y el gato, la atracción y el deseo está ahí palpable, hasta el punto en el que la pasión puede más que ellos.

Cristóbal no quiere nada más que sexo y Kristián no se atreve a pensar en una relación con un hombre que no tiene nada que ofrecer, pero ¿por qué no dejarse llevar y vivir el momento?

Me he devorado esta novela y no es que me apeteciera terminarla, porque después de 430 páginas les tenía demasiado cariño a los personajes para abandonarlos.

Kristián es una joven de veinticinco años que no lo ha tenido fácil en la vida, vive con su abuela que la ha criado y es feliz junto a ella. Es alegre, fuerte, muy inteligente y sus ratos libres los pasa dando clases de baile en un centro de ayuda en el que colabora.

Cuando conoce a Cristóbal es incapaz de callarse aun sabiendo que puede despedirla, pero es que no soporta la frialdad que ve en ese hombre, claro que después de ir destruyendo sus barreras una a una, no tiene nada que ver con la imagen que tenía de él. Así que se dispone a luchar por Cristo, labor nada fácil, por cierto.

Cristóbal, cuando acabó el anterior libro ya empezó a caerme mejor, lo vi arrepentido y la verdad es que me ha dado pena todo el dolor que lleva dentro. Al principio es un hombre de hielo, aunque se le ve su vena cariñosa cuando trata con tanto amor a su hermana Andrea y a su sobrino, también a Matias su gran amigo. Me ha encantado ver cómo iban cayendo las capas de hielo una a una y, de no querer nada más que sexo con Kris, a ir interesándose por su vida, por los que la rodean, ese afán protector que tiene con ella . Y como poco a poco va cayendo en las garras del amor.

Secundarios aparecen bastantes pero quizás haría mención a la familia de Kris, unos tíos oportunistas, una madre arrepentida. También me ha gustado ver a Andrea, como también ha ido superando su pasado y es muy feliz con Matias y su hijo. Personajes malignos que nos harán pasar malos ratos tampoco faltan.

Como siempre la pluma de la autora es muy intensa, pasional y puro sentimiento, la historia está narrada en tercera persona desde el punto de vista de los dos personajes, lo que hace que sepamos en todo momento lo que quieren y sienten.

Atormentado deseo es una historia bonita, dura, con mucha tensión y una buena dosis de drama, con unos personajes fuertes, muy bien construidos que se atraen, sienten pasión y no quieren ahondar en los sentimientos, pero poco a poco las capas de hielo se van resquebrajando y empieza a aflorar el amor, aunque tienen un duro camino por delante hasta alcanzar la felicidad.