Antes de empezar esta opinión, diré que es un dark romance pero por la ambientación, no por la pareja, la cual sí que tiene actitudes muy sanas entre ellos. Es más, el cliché entre ellos es más friends to lovers que cualquier otro.
La ambientación es difícil que no sea dark puesto que, además de sus profesiones "habituales" son asesinos en serie. Que además se dedican a perseguir a otros asesinos en serie. Y solo os diré que os acerquéis a la novela para entender el motivo por el cual hacen lo que hacen, ya que las apariencias engañan.
El estilo de la autora es fluido y engancha muchísimo e incluso, es divertido porque, se meten en cada berenjenal... que sacará más de una sonrisa.
Y es una novela muy romántica en la que, se demuestra une vez más que todo el mundo puede enamorarse y que para ello, es indiscutible aceptar las partes más oscuras de nosotros mismos. Así que, por eso el amor entre Rowan (necesito saber quién fue el maromo que inspiró a este pedazo de personaje) y Sloane es muy bonito y sano. Además, me ha parecido hasta tierno el modo en que les daba miedo hablar de sus sentimientos y en dar ese paso adelante en lo que a salir de la friendzone se refiere.
Eso sí, una vez que se deciden a darlo... uff! solo diré que no está bien reprimirse en ninguno de los aspectos de nuestras vidas.
Para concluir, diré también que, si bien es el primero de una trilogía, tiene final cerrado. Así que podéis poneros enseguida manos a la obra con su lectura. No os arrepentiréis.
En mi caso particular además, he de confesar que ya espero con muchas ganas leer el segundo volumen de la trilogía.