- Romántica actual
- Confesiones verdaderas
Confesiones verdaderas
Detalles del libro
- Romántica actual
Hope, una periodista que trabaja para un tabloide de Los Ángeles, visita una pequeña ciudad en busca de inspiración, y encuentra mucho más que lo que esperaba... incluyendo un asesinato y un sheriff local terriblemente atractivo.
Todos en Gospel, Idaho, saben que los pecados del mundo tienen su origen en Los Ángeles. Por eso, cuando Hope Spencer, angelina y reportera de un periódico que se vende en los supermercados, llega a la ciudad, todo el mundo se prepara para los problemas que pueda causar... y que causa.
Dylan Taber es, de lejos, el hombre más atractivo de los alrededores. Las mujeres de Gospel viven prendadas de él... ¿cómo es posible entonces que llegue una chica de ciudad y consiga cautivarlo?
Opiniones de los usuarios
Allí llega en un llamativo Porche la protagonista, Hope, preguntando por una casa que los habitantes de Gospel consideran abandonada tras la muerte de su anterior sheriff. El nuevo sheriff, Dylan, vive allí con su hijo Adam, y se sorprende al escuchar de la boca de la despampanante rubia que conduce el coche que se traslada allí durante seis meses, a la casa que todo el mundo evita.
Hope encuentra al sheriff irresistible, pero no está allí para ligar. Está allí por recomendación de su editor, que quiere que vuelva a escribir los artículos de antaño, acerca de... extraterrestres y demás seres raros. Pero no es algo que pueda ir contando, claro, y decide decirle a la gente que va a escribir acerca de la fauna y la flora de la zona. Divorciada y sin novio, Hope no piensa en hombres, hasta que empieza a conocer a Dylan, y va encariñándose con él poco a poco.
Pero sus secretos, y el de Dylan, podrían poner en peligro la incipiente relación de ambos... ¿qué pasará si descubren la verdad? ¿Se quedaría Hope en Gospel, un pueblo muy singular? ¿Podrá entregar su amor al sexy sheriff de Gospel?
Al terminar de leer este libro, no sabía qué pensar, aunque tenía claro que el libro me había parecido entretenido y me ha hecho sonreír. Es el cuarto que leo de su autora, Rachel Gibson. Si bien no llega al nivel que me pareció que tenía "Enredos y otros líos", al menos lo he disfrutado, algo que no me sucedió ni con "Jane juega y gana" ni con "Daisy vuelve a casa".
La historia en sí no está nada mal, aunque es un poco simple. Supongo que eso me basta para que al menos me entretenga, pero tras "Enredos y otros líos", esperaba bastante más. Además, los títulos de los capítulos me han resultado simplones, no divertidos. Son tonterías que sustituyen a los tradicionales números, no les he encontrado la gracia por ningún lado, y eso, aunque no estropea la lectura, consiguió que disminuyera mis ganas de seguir leyendo, pero la trama me tenía intrigada (que no enganchada), así que terminé de leer el libro, sin saltarme hojas, ni frases... No ha sido una pérdida de tiempo, pero tampoco es un gran libro, vamos.
Hope me ha parecido un poco superficial, por cómo trata a la camaera Paris al principio del libro, y a Shelley también, antes de hacerse amigas... Y enfadarse ella con Dylan por ocultarle a qué se dedicaba la madre de Adam me parece una razón absurda y sin sentido, un poco infantil. Y cómo se de venga de Dylan... aún más infantil.
Dylan es sexy, un padre soltero entregado... y un desconfiado. Pero se deja llevar por el deseo por primera vez en años, aún cuando no termina de confiar en Hope. Y la razón para no decirle a su hijo nada acerca de su madre... la veo muy tonta.
Su relación se basa en una frágil confianza que estalla en pedazos a la primera de cambio, demasiado endeble para considerarla una gran historia de amor.
Y los vecinos de Gospel, vaya mezcla de seres raros. Tienen su gracia, y el concurso de lanzamiento de váteres es genial, muy ameno. Creo que al menos, con ellos ha acertado la autora, ya que en cuanto al argumento y los protagonistas, mete acciones francamente inmaduras que me han dejado perpleja, pero no en un buen sentido.
Está muy bien para leer una vez, pero yo no pienso releerlo. Eso sí, al menos la autora se ha ganado otra oportunidad de mi parte, porque el libro al menos es cortito, y fácil de leer.
Nota: 3/5.
Dylan es el sherif de un pueblo llamado Gospel, tiene un hijo pequeño que es el centro de su universo, y una vida, que, aunque es un poco monótona, pues es lo que tiene y es feliz con ello. Lleva muchos años celibe y tampoco es que lo necesite, pero en el momento que aparece Hope, la sangre se le calienta y piensa que todo su mundo se puede tambalear, además, como Hope es periodista, pues puede descubrir su secreto mayor guardado. Por todo ello, es reticente a tener una relación con ella, pero .......
Pues estos son nuestros protagonistas, unos personajes muy muy reales, como todo lo que escribe Rachel Gibson. ¿Qué puedo decir de esta novela? Pues que me encanta y la sensación que tengo una vez que la he leido es que es una pena que se haya acabado.
Es una novela sexy, entretenida, divertida, sensual, con diálogos ingeniosos y muy simpáticos, con escenas, que para mí, son inolvidables, con personajes muy creibles, con secundarios de lujo (Adam, el hijo de Dylan, es un cielo, Shelly, la vecina cotilla, y todos los Gospeleños) y con una narración magistral.
Me encanta cómo la autora describe el día a día de los protagonistas (en esto me recuerda mucho a SEP), se duchan, van a comprar al supermercado, tanto melones como tarrinas de gusanos, cortan el cesped, limpian la cocina, comen aceitunas y ostras de las montañas rocosas, se cortan con un cuchillo, espantan murcielagos o se pintan las uñas, en fin, un completo relato de la vida cotidiana.
Este libro me lo he leído unas 5 veces y todavía sigue sorprendiendome y me vuelvo a reir con los diálogos o las escenas, es que los protagonistas son tan reales que me encanta.
Nota: 5 de 5
La historia comienza cuando a Gospel, un pueblo de Idaho, en dónde es común hacer apuestas sobre cuántos excursionistas se perderán, en dónde hay una fiesta en la que se lanzan váteres, y el ganador recibe un plasma, y dónde todos se conocen, y saben la vida de los demás, en especial del antiguo Sheriff, cuyo suicidio después de un montón de años aún da mucho de que hablar, llega un precioso Porsche, y en él una rubia despampanante.
A este pueblo tan especial llega Hope, una mujer de ciudad. Ella es bonita, bueno más bien preciosa, independiente, trabajadora, a simple vista uno puede pensar que es la típica modelo sacada de una revista, en una palabra inalcanzable, y totalmente fuera de lugar allí. Pero lo cierto es que una mujer sencilla, con un pasado acuestas y que en esos momentos está pasando una muy mala racha en su trabajo, y en su vida. Ha huido de todo lo que le rodeaba para tomarse unas largas vacaciones, pagadas y un tanto obligadas, pero vacaciones a fin de cuentas. Hace un tiempo que como periodista no es capaz de escribir nada que merezca la pena, así que la mandan a un pueblo perdido de la mano de Dios, para que se relaje, despeje la mente de su rutina, y vuelva a ser la de antes.
Cuando llega al pueblo en su precioso Porsche, todos se quedan embobados mirándola y empiezan a apostar que no durará más de una semana, quizás incluso menos cuando se enteran del lugar que ha alquilado para vivir. La casa en la que tendrá que pasar los próximos seis meses no sólo está llena de polvo, telarañas, descolorida, y con murciélagos, sino que además el último inquilino que vivió allí, se suicidó en el salón, dejando un cerco de sangre que es imposible de borrar. Parece una pesadilla, pero nuestra protagonista no es de las que se rinden fácilmente, así que decide contratar a algunos hombres para que le despejen la casa de murciélagos, y la ayuden a limpiar, a fin de cuentas tiene que encontrar la inspiración, y ese parece un lugar bastante indóneo para ello.
Dylan por su parte es el sheriff del pueblo, un hombre no sólo atractivo físicamente, sino que además debido a la posición que ocupa y a su soltería, es deseado por muchas de las mujeres, como futuro marido. Él no quiere oír hablar del matrimonio, y pese a lo que pueda parecer y a todas las mujeres que le van lanzando indirectas (y directas), lo cierto es que por respeto a su hijo, hace caso omiso a todas ellas. A todas hasta que conoce a Hope. Desde el primer momento se palpa la atracción inmediata que hay entre ellos dos, y encima en un pueblo tan pequeño y siendo él el sheriff, es inevitable que los caminos de ellos dos se crucen constantemente.
Dylan sabe que ella supone problemas, y él no necesita más problemas, además tiene un secreto que debe permanecer oculto por el bien de su familia, así que intenta no sentir lo que siente, pero con amigos que parecen conspirar para que ellos se encuentren, y esa atracción que sienten, lo inevitable termina sucediendo, y a partir de aquí no puedo comentar más sin desvelar nada..
Los secundarios son geniales, Hope encuentra en ese pueblo no sólo el amor hacia Dylan, sino también una amistad que vale su peso en oro. Cuando llegó allí, tras la experiencia vivida, Hope era reservada, sin querer abrirse a nadie, ni contar sus problemas, pero cuando conoce a Shelly, encuentra en ella alguien en quien confiar. Además está el hijo de Shelly, y Adam (hijo de Dylan), estos dos revoltosos de 8 y 7 años de edad, daran pie a unas cuantas escenas de los más tiernas.
Es un libro con una historia muy bonita, sencilla y dulce. Hay muchos diálogos entre los protagonistas que sacan bastantes sonrisas, y en general el libro se lee muy rápido, (un día he tardado yo). No es una novela muy profunda, no es de esas joyitas que conservas como oro en paño, pero lo cierto es que a mí me ha encantado, me ha hecho pasar una tarde muy buena, asi que la recomiendo.
Un 4 sobre 5.