Detalle de la opinión
4.7 5 0.5Lo recomiendo encarecidamente
Valoración
4.5
Lo bueno de leer a nuevas autoras son las sorpresas que te llevas, con esta he tenido una muy agradable, de lo cual me alegro mucho.
Me he encontrado con una historia preciosa y dulce, que compagina el presente y el pasado, cosa que me encanta, ya que vas descubriendo todos los entresijos conforme pasan los capítulos, y es algo que crea una especie de intriga que te tira de un hilo para conseguir llegar al final.
La trama es sencilla y cotidiana: un amor adolescente que pervive, pero que alguna decisión errónea lleva a la destrucción de unos sueños compartidos para un futuro maravilloso. Años después, se encuentran y se dan cuenta que ese amor de entonces sigue firmemente vivo. Tratarán de enmendar aquella terrible decisión, pero no será tan fácil, porque hay secretos que pueden hacer daño. No obstante, el amor verdadero no conoce límites para el perdón y la reconciliación.
Con respecto a los personajes, me han parecido muy bien construidos. La pareja protagonista, Leo y Ana, me han llegado al corazón, sobre todo en su amor de juventud. Un amor sin retenciones, con entrega total y proclive a hacer grandes sacrificios, aunque se hayan convertido en decisiones no muy acertadas, pero con una maravillosa intención de beneficiar al ser que aman. Leo es un encanto, además de atractivo, es leal, trabajador y protector. Ana es alegre y confiada, dispuesta a sacrificar todo por estar al lado de su gran amor.
Hay secundarios que me han gustado mucho, también. La primera y motivo de parte de la ternura que se percibe en toda la narración, Sofía, la hija de Ana, me ha encantado. Enzo, que pese a su egoísmo inicial, cambia hacia bien con el paso del tiempo y reconoce sus errores. Marta, la amiga del alma de Ana, la cual está siempre al lado de ella, ayudándola y consolándola, depende de la situación. Y la abuela que todos deseamos, Emilia, la cual siempre ha apoyado la relación entre su nieto y Ana.
He disfrutado leyendo esta novela que me ha enganchado desde el principio, y que me ha hecho llorar, reír y ha despertado muchos sentimientos y recuerdos, ya que todos hemos tenido un amor así en nuestra juventud y, para algunos, ha resultado un final feliz, aunque para otros haya quedado en agua de borrajas. Es un canto a las segundas oportunidades que nos reserva el destino y a descubrir que si el amor es verdadero, dura una eternidad.
Lo recomiendo encarecidamente.
Me he encontrado con una historia preciosa y dulce, que compagina el presente y el pasado, cosa que me encanta, ya que vas descubriendo todos los entresijos conforme pasan los capítulos, y es algo que crea una especie de intriga que te tira de un hilo para conseguir llegar al final.
La trama es sencilla y cotidiana: un amor adolescente que pervive, pero que alguna decisión errónea lleva a la destrucción de unos sueños compartidos para un futuro maravilloso. Años después, se encuentran y se dan cuenta que ese amor de entonces sigue firmemente vivo. Tratarán de enmendar aquella terrible decisión, pero no será tan fácil, porque hay secretos que pueden hacer daño. No obstante, el amor verdadero no conoce límites para el perdón y la reconciliación.
Con respecto a los personajes, me han parecido muy bien construidos. La pareja protagonista, Leo y Ana, me han llegado al corazón, sobre todo en su amor de juventud. Un amor sin retenciones, con entrega total y proclive a hacer grandes sacrificios, aunque se hayan convertido en decisiones no muy acertadas, pero con una maravillosa intención de beneficiar al ser que aman. Leo es un encanto, además de atractivo, es leal, trabajador y protector. Ana es alegre y confiada, dispuesta a sacrificar todo por estar al lado de su gran amor.
Hay secundarios que me han gustado mucho, también. La primera y motivo de parte de la ternura que se percibe en toda la narración, Sofía, la hija de Ana, me ha encantado. Enzo, que pese a su egoísmo inicial, cambia hacia bien con el paso del tiempo y reconoce sus errores. Marta, la amiga del alma de Ana, la cual está siempre al lado de ella, ayudándola y consolándola, depende de la situación. Y la abuela que todos deseamos, Emilia, la cual siempre ha apoyado la relación entre su nieto y Ana.
He disfrutado leyendo esta novela que me ha enganchado desde el principio, y que me ha hecho llorar, reír y ha despertado muchos sentimientos y recuerdos, ya que todos hemos tenido un amor así en nuestra juventud y, para algunos, ha resultado un final feliz, aunque para otros haya quedado en agua de borrajas. Es un canto a las segundas oportunidades que nos reserva el destino y a descubrir que si el amor es verdadero, dura una eternidad.
Lo recomiendo encarecidamente.