Lucia es restauradora, tras una época en la que le persigue la mala suerte, accede a irse a Cazorla para ayudar a su abuela en la restauración del cortijo familiar.

Cesar es arquitecto, la vida no le ha sonreído mucho, tanto es así que dejo atrás hace tiempo al chico divertido y dicharachero, convirtiéndose en una persona seria y cometida.

Pero esta no es solo la historia de Lucia y Cesar, sino que también es la de Isabel Romero y Rodrigo (el lince de Cazorla).

Un cuadro, un escritorio y un diario, nos irán enlazando estas dos historias mezclando pasado y presente, pero con un hilo que lo enlazará todo.

Que decir de esta obra, los personajes tanto principales como secundarios, son increíbles, Rosario es la típica abuela andaluza (que en mas de una ocasión me ha recordado a la mi), cariñosa, un poco (católica, apostólica y romana), y para la que siempre tienes que comer más.

Silvia, es aquella amiga del pueblo, con la que, aunque no te veas mucho, sientes que nunca pasa tiempo y siempre estará para ti. Y no puedo olvidarme de Carmela y Fidel, no podían ser más nobles…

Como ya va siendo marca de la casa, la autora narra la historia a dos voces, por un lado, tenemos el presente con Lucia y por otro el pasado con Isabel, y lo hace con tal maestría que no pierdes el relato en ningún momento. Veremos como las dos historias van floreciendo paralelamente, Isabel y Lu aun separadas en el tiempo, no son muy diferentes, las dos son mujeres fuertes y Lucia en mas de una ocasión vera en su antepasada un espejo de su relación actual.

Las descripciones en esta trama son muy importantes, y puedo asegurar que yo he estado en ese campamento de bandoleros, sin haber ido en mi vida a Cazorla he paseado por su sierra y he visto el Guadalquivir, y eso señor@s es gracias a la forma tan minuciosa con la que Donna ha descrito todo el entorno.

A lo largo de sus 315 páginas, vivirás una aventura que en mas de una ocasión te encogerá el corazón, es tal la tensión que sientes que eres incapaz de dejar de pensar en la historia, y entiendes perfectamente como debían de sentirse Cesar y Lu mientras leían el diario de Isabel.

Es una obra preciosa, de esas que te pellizcan el alma y te calientan el corazón.
Gracias por escribir tan bonito.

Os dejo una frase de Isabel
“Siempre me he preguntado para que vine a este mundo, si no he conseguido realizar ninguna de las metas que soñaba de niña. Ahora lo sé. Nací para amarte.”