¡Por fin! Después de casi un año de espera ya he podido leer el tan esperado desenlace de esta magnífica serie, que ha pasado a ser una de mis favoritas. Me ha encantado y me he quedado con ganas de continuar sabiendo cosas de Colton y Rylee y también de sus amigos. Ojalá la editorial continúe con ellos.

Esta tercera entrega empieza justo donde acabó la anterior, Colton acaba de sufrir un grave accidente en una carrera. La autora comienza la historia con un capítulo narrado por él mismo, que se encuentra en un estado de consciencia intermitente, y vemos cómo vivió el momento paso a paso, lo que estaba sintiendo y también todos sus temores, así que ya el principio nos deja con un nudo en la garganta.

Después ya nos encontramos con Rylee en el hospital, los duros días hasta que Colton acaba recuperando la consciencia, y como está completamente arropada por los padres del joven y sobre todo por Becks, que no deja a su amigo ni a sol ni sombra.

Rylee y Colton tienen que hacer frente a una difícil situación, la recuperación del piloto, no solo física, sino también emocional, porque en las carreras es donde Colton se esconde cuando sus demonios le acechan. Rylee siempre está con él, le ayuda, le apoya y tiene una paciencia infinita .El amor que se profesan cada vez es mayor, pero un hecho inesperado pondrá en peligro su relación, así como la tranquilidad mental de Colton.

¿Lo podrán superar juntos? ¿Acabará Ry con los demonios de Colton?

¡Madre mía!, qué libro tan intenso y bonito. Es el final perfecto para esta trilogía que me ha enamorado completamente, igual que sus personajes.

Rylee, sigue siendo esa persona dulce que siempre mira más por el bien de los demás que por el suyo propio, ama con locura a Colton y aguanta sus cambios de humor, sus arrebatos, sus bajones y aunque a veces la pone a prueba solo espera que algún día se abra a ella y pueda dejar atrás su pasado ,para que puedan tener la felicidad que se merecen los dos.

Colton sigue siendo un hombre prepotente y pícaro pero encantador, que adora a su chica y que de vez en cuando cae en la oscuridad, aunque ahora no está solo, Ry siempre está ahí ofreciéndole una salida hacia la luz.

Lo he visto derrumbarse una y otra vez sintiendo una culpabilidad que no le corresponde y me ha tenido el corazón encogido durante buena parte del libro. Pero me ha encantado ver como se levanta y como va eliminando sus demonios personales.

Pero si los protagonistas me han hecho sentir miles de cosas, los secundarios no se quedan atrás, Becks es un personaje que me ha sorprendido muchísimo, tras su fachada bromista y desenfadada hay un hombre que quiere mucho a su amigo, que le apoya y le da unos consejos increíbles. También Andy, el padre de Colton, me ha encantado ver cómo le canta las cuarenta, la paciencia y la entrega tan grande que tiene, y como adora a ese hijo.

Otros personajes son Haddie, que no aparece tanto en esta entrega pero que también aporta su granito de arena, y volvemos a encontrarnos con los niños del Hogar, adorables y algunos ya con problemas típicos de la adolescencia.

La pluma de la autora es fluida, intensa, sabe cómo tocar la fibra sensible del lector, la narración es en primera persona desde el punto de vista de Rylee, aunque hay algunos capítulos desde el punto de vista de Colton, por lo que conocemos bien sus sentimientos.

Driven. Vencidos por el amor es una historia intensa, romántica, dura en muchas ocasiones y muy, muy emotiva. Con unos personajes muy bien construidos, fuertes, imperfectos dentro de la perfección, y que están arropados por un elenco de secundarios fantásticos.

Vencidos por el amor es el broche de oro para una serie que ha ido in crescendo y que me ha conquistado desde el primer momento.