Este es el primer libro que he leído de estas autoras, y sin duda alguna no será el último, ya que aparte de continuar con esta serie, procuraré leer también la anterior. Y eso es porque me ha sorprendido muy gratamente y me ha enganchado de principio a fin.

Mia Holland acaba de graduarse de la universidad junto a sus dos mejores amigas Lola y Harlow, antes de coger cada una su camino van a celebrarlo a lo grande y se marchan un fin de semana a Las Vegas. Mia no es una chica abierta y lanzada, sin embargo, piensa aprovechar esos días para hacerse a la idea de lo que le espera y escapar un poco de su padre, así pues hará de tripas corazón y se convertirá en otra chica, sobre todo cuando se cruza con la mirada de un hombre espectacular que la altera profundamente, pero con el que se siente muy cómoda desde el principio.

Ansel Guillaume está pasando unos merecidos días en Las Vegas junto a sus amigos Finn y Oliver, a punto de volver a casa se encuentra con una joven dulce y sexy que lo conquistará completamente, tanto es así que después de una buena borrachera acaben casados, sin embargo, sin pensarlo mucho no quiere romper el matrimonio y le propone a Mia que se vaya con él a París a pasar el verano.

Así pues la pareja se dará una oportunidad en la ciudad del amor, si bien, la conexión que hubo en Las Vegas ha desaparecido, en parte por los miedos de Mia, en parte porque Ansel dedica muchas horas al trabajo, pero cuando ven que la convivencia se está convirtiendo en algo incómodo aparecerá la solución de la forma más inesperada. Ansel y Mia encontrarán el equilibrio perfecto a la relación, disfrutando de un buen sexo, pero también conociéndose poco a poco y ¿enamorándose también?

Me ha parecido genial esta historia y me he enamorado de los protagonistas, Mia es una joven dulce y tímida, que por circunstancias de la vida tuvo que aparcar su sueño, ha estudiado una carrera pero no le hace especial ilusión el camino que le queda por delante, ya que es su padre el que está marcando el ritmo, así que la idea de irse a París con Ansel y olvidarse de todo le parece perfecta, lo que no esperaba es que acabaría completamente enamorada de él.

Ansel es un amor, guapo, tierno y con ese acento francés que le hace irresistible, está volcado en su trabajo, con el que dará un gran salto en su carrera de abogado y que le quita muchas horas, pero con Mia en su casa, solo piensa en pasar el mayor tiempo posible con ella, descubriendo juegos que les gusta y conociéndose cada día un poco más, pero Ansel guarda algún secreto que no quiere que salga a la luz para no perder a Mia, aunque quizás se equivoque.
En cuanto a secundarios contamos con las amigas de Mia, Lola y Harlow, completamente diferentes a ella, y los amigos de Ansel, Finn y Oliver, los cuatro son los protagonistas de las dos siguientes entregas y la verdad es que pintan muy bien.

Como novela erótica que es, hay muchas escenas de sexo y bastante detalladas sin embargo no son obscenas, e incluso algunas, son muy originales.

La narrativa de las autoras me ha gustado, es fresca, directa, el ritmo no decae y además han creado una magnifica ambientación, me ha gustado recorrer París de la mano de Mia y Ansel y me ha cautivado su belleza.

La historia está narrada en primera persona desde el punto de vista de Mia, me hubiera gustado algún capítulo de la mano de Ansel para poder ver como nacen sus sentimientos.

Si tengo que ponerle alguna pega, diría que en este caso me ha faltado el epílogo, sobre todo seis meses después, y si queréis saber por qué tendréis que leerlo.

Dulce chico indecente es una historia bonita, dulce, divertida y muy pasional, que engancha desde el minuto uno. Una historia donde dos jóvenes cuya vida no es la que quieren se embarcan en un matrimonio sin futuro, pero que con la convivencia madurarán y encontrarán el camino que quieren seguir, pero juntos.