Detalle de la opinión
4.8 2 0.5Es una historia intensa, bonita y adictiva
Valoración
4.5
Desde que conocí a Mia Sheridan he disfrutado de todos y cada uno de sus libros, si tuviera que quedarme con uno lo tendría muy difícil, ya que todos son completamente diferentes entre sí, pero tienen en común que te atrapan y te hacen vivir un cúmulo de sentimientos, y por descontado que El honor de Preston no podía ser diferente.
El libro empieza en la actualidad y desde luego ya promete, no puede ser más intrigante, Annalia ha vuelto a su pueblo después de seis meses y lo primero que hace es ir a ver a Preston, con el que se nota una gran tensión, a pedirle algo, de ahí la autora nos traslada a once años atrás, y vamos viendo desde el punto de vista de Lia y Preston prácticamente hasta que son adultos.
Annalía y los hermanos Sawyer se conocieron siendo niños y no pueden ser más diferentes, mientras que ella vive con su madre en un cobertizo pasando apuros, Preston y Cole viven en una granja que está en pleno rendimiento.
Lia y los gemelos han crecido juntos y siempre han sido los tres, sin embargo cuando llegan a la adolescencia los sentimientos entre ellos van cambiando, y la dirección de los mismos toman caminos erróneos.
Lía es una niña que ha pasado mucho, ha vivido con su madre, inmigrante ilegal y dependiente de ella, en muy malas condiciones y en la más absoluta pobreza.
Lía no se ha sentido querida por su madre y sus compañeros la dan de lado por su origen, así que cuando conoce a Preston y Cole, que la ven como su igual, vive con ellos momentos muy felices.
Preston es el más maduro y serio de los dos hermanos, aunque físicamente Cole y él son iguales, no pueden ser más dispares, sin embargo siempre han sido uno y han estado muy compenetrados, para jugar y hacer travesuras. Cuando siendo niños conocen a Lía, Preston la acoge bajo su ala, aunque le lleva pocos años de diferencia se siente protector con ella, sin embargo no solo es su amiga, ya que él alberga sentimientos que se van haciendo más profundos con los años, pero ya en su adolescencia su sentido del honor hará que se aleje de la que siempre ha sido y será su amor.
Estamos ante otra bonita historia de Mia Sheridan con unos protagonistas que nos van a hacer vivir una montaña rusa de sentimientos y de emociones.
Porque Lía es todo bondad, siempre mira por el bienestar de los demás, que antepone al suyo propio, y el afán de agradar a todo el mundo y no molestar la ha llevado a una situación con la que no puede, y necesita huir, dejando a muchas personas en vilo.
Preston siempre tuvo el sueño de seguir los pasos de su padre en la granja, y aunque ha estudiado igual que Cole siempre ha pensado en volver y ocuparse de ella, pero no sabe que una serie de circunstancias le llevarán a hacerlo antes de tiempo, eso, y una tragedia que golpea sus vidas hará que se vuelque en el trabajo y deje de lado a Lia, será con la marcha de Annalía que se dará cuenta de que fue un poco egoísta, y con la vuelta de ella, los dos tendrán que subsanar los errores que cometieron y sobre todo hablar entre ellos de lo que les preocupa y lo que quieren y sienten para poder recuperar el amor que ambos sentían.
Como secundarios hay que destacar a Cole, el gemelo opuesto a Preston, que es jovial y siempre está de broma, aunque también demuestre ser un poco egoísta.
Otra maravillosa historia de esta autora que tantas cosas me hace sentir, una novela que aparte de la historia de amor trata el tema de la inmigración y de cómo se sienten esas personas lejos de su hogar y con todos los impedimentos que tienen. Aunque también diré que no es de mis favoritas de la autora, quizás porque la he encontrado demasiado tristona, me he pasado buena parte de la lectura con el pañuelo en la mano y me ha tenido en corazón encogido, no obstante, la he disfrutado muchísimo.
En definitiva, El honor de Preston es una historia intensa, bonita y adictiva, que nos habla del honor de un joven que sacrifica lo que más quiere por cumplir un pacto, y de una joven que no es capaz de encontrar su lugar, de como la falta de diálogo los aleja el uno del otro, y de cómo la vida les da una segunda oportunidad para poder corregir los errores que han cometido. Una historia que no dejará indiferente a nadie.
El libro empieza en la actualidad y desde luego ya promete, no puede ser más intrigante, Annalia ha vuelto a su pueblo después de seis meses y lo primero que hace es ir a ver a Preston, con el que se nota una gran tensión, a pedirle algo, de ahí la autora nos traslada a once años atrás, y vamos viendo desde el punto de vista de Lia y Preston prácticamente hasta que son adultos.
Annalía y los hermanos Sawyer se conocieron siendo niños y no pueden ser más diferentes, mientras que ella vive con su madre en un cobertizo pasando apuros, Preston y Cole viven en una granja que está en pleno rendimiento.
Lia y los gemelos han crecido juntos y siempre han sido los tres, sin embargo cuando llegan a la adolescencia los sentimientos entre ellos van cambiando, y la dirección de los mismos toman caminos erróneos.
Lía es una niña que ha pasado mucho, ha vivido con su madre, inmigrante ilegal y dependiente de ella, en muy malas condiciones y en la más absoluta pobreza.
Lía no se ha sentido querida por su madre y sus compañeros la dan de lado por su origen, así que cuando conoce a Preston y Cole, que la ven como su igual, vive con ellos momentos muy felices.
Preston es el más maduro y serio de los dos hermanos, aunque físicamente Cole y él son iguales, no pueden ser más dispares, sin embargo siempre han sido uno y han estado muy compenetrados, para jugar y hacer travesuras. Cuando siendo niños conocen a Lía, Preston la acoge bajo su ala, aunque le lleva pocos años de diferencia se siente protector con ella, sin embargo no solo es su amiga, ya que él alberga sentimientos que se van haciendo más profundos con los años, pero ya en su adolescencia su sentido del honor hará que se aleje de la que siempre ha sido y será su amor.
Estamos ante otra bonita historia de Mia Sheridan con unos protagonistas que nos van a hacer vivir una montaña rusa de sentimientos y de emociones.
Porque Lía es todo bondad, siempre mira por el bienestar de los demás, que antepone al suyo propio, y el afán de agradar a todo el mundo y no molestar la ha llevado a una situación con la que no puede, y necesita huir, dejando a muchas personas en vilo.
Preston siempre tuvo el sueño de seguir los pasos de su padre en la granja, y aunque ha estudiado igual que Cole siempre ha pensado en volver y ocuparse de ella, pero no sabe que una serie de circunstancias le llevarán a hacerlo antes de tiempo, eso, y una tragedia que golpea sus vidas hará que se vuelque en el trabajo y deje de lado a Lia, será con la marcha de Annalía que se dará cuenta de que fue un poco egoísta, y con la vuelta de ella, los dos tendrán que subsanar los errores que cometieron y sobre todo hablar entre ellos de lo que les preocupa y lo que quieren y sienten para poder recuperar el amor que ambos sentían.
Como secundarios hay que destacar a Cole, el gemelo opuesto a Preston, que es jovial y siempre está de broma, aunque también demuestre ser un poco egoísta.
Otra maravillosa historia de esta autora que tantas cosas me hace sentir, una novela que aparte de la historia de amor trata el tema de la inmigración y de cómo se sienten esas personas lejos de su hogar y con todos los impedimentos que tienen. Aunque también diré que no es de mis favoritas de la autora, quizás porque la he encontrado demasiado tristona, me he pasado buena parte de la lectura con el pañuelo en la mano y me ha tenido en corazón encogido, no obstante, la he disfrutado muchísimo.
En definitiva, El honor de Preston es una historia intensa, bonita y adictiva, que nos habla del honor de un joven que sacrifica lo que más quiere por cumplir un pacto, y de una joven que no es capaz de encontrar su lugar, de como la falta de diálogo los aleja el uno del otro, y de cómo la vida les da una segunda oportunidad para poder corregir los errores que han cometido. Una historia que no dejará indiferente a nadie.