Desde que leí Carter Arizona, estuve con ganas de leer algo más de esta autora, pero hasta hoy no lo había conseguido. Me he dado cuenta que, como recuerdo, su estilo era y sigue siendo fresco, gracioso, desenfadado y sin duda, sexi.

Hayley y Corey, se conocen desde la niñez. En un momento dado de su vida, dejan de tener contacto entre ellos, debido a malos entendidos, pero esa especie de amistad/amor/atracción, sigue latente entre ellos. Se dan cuenta de que esto es real cuando vuelven a encontrarse en San Francisco.

Corey trata de domar esa atracción, debido a su amistad con el hermano de Hayley. Trabajan juntos y sabe, certeramente, que Jonathan se negará a esta situación debido al lastre que lleva Corey detrás de él. Ha sido un tipo al que han perdido las relaciones amorosas terminadas por él, bruscamente y el rastro de corazones rotos que va dejando es inusualmente alto.

Hayley, se da cuenta de que siempre lo ha querido y va a hacer todo lo posible por saltarse todas las reglas que Corey pone entre los dos. ¿Lo conseguirá?

Hay un par de secundarios que me han gustado mucho. Son Jonahan, el hermano de Hayley y Claire su futura mujer. El resto de secundarios no participan mucho, pero ayudan a esta historia a ser lo que es. Están muy bien retratados, al igual que los protagonistas, los cuales son maravillosos.

La trama es sencilla y sin mayores complicaciones, pero narrada con ese estilo particular que tiene Whitney G. con el cual disfrutas, te ríes y te introduces en la historia sin remedio. Te engancha enseguida y las páginas y los sucesos transcurren con gran velocidad, por la necesidad de saber los resultados. Hay muchos diálogos, picantes y con doble sentido, que hacen amena la lectura y, sin lugar a dudas, los encuentros amorosos son intensos y bien narrados, además de justos en su medida.

He disfrutado mucho con esta historia y, seguro que seguiré leyendo a esta autora.

Lo recomiendo.