Lo primero que tengo que decir es que aún estoy con los efectos de “felicidad” con los que te deja esta novela cuando la terminas así que ya estáis avisados.
Lo segundo que iba a decir es que yo con la saga de los Hermanos Martí de esta escritora no soy imparcial pero eso no es del todo cierto (A fuego lento me gustó muchísimo menos que los demás) así que lo retiro. De cualquier forma, lo que pretendo poner de manifiesto es que a mí los libros de esta saga me parecen maravillosos, dulces, profundos, cercanos, realistas, dolorosos y muy románticos, según el momento.
En tercer lugar, debo decir que yo aconsejo leer los libros por orden y éste es el cuarto de ellos. Si bien se pueden leer por separado sin ninguna clase de problema, esta saga merece que se vaya en orden.
Y ahora al meollo del asunto, que desvarío más que hablo:
Esta novela incluye dos historias o, más bien, una historia y pinceladas de otra, porque de la segunda historia se cuenta muy poquito y esa constituye mi primera “crítica”. Es la primera vez que esta autora nos cuenta dos historias distintas a la vez pero a mí me ha faltado más espacio para la secundaria. Me explico:
La novela trata la historia de Marc (Martí) y Olivia e incluye también la de Sara y Álex.
Marc es un hombre atormentado por la culpa, que lleva 6 años existiendo que no viviendo y tiene a toda la familia muy preocupada. Cuando su hermano Álex (al que debe mucho y adora) le pide un favor, no le queda más remedio que aceptar aunque sea a regañadientes y así conoce a Olivia.
Olivia es una mujer sincera, algo neurótica y una gran amante de su “familia”. Acaba de perder a su abuelo y se ve obligada a trabajar con Marc para sacar adelante el hotel de su familia.
En esta historia veremos cómo Marc resurge de sus cenizas y es Oli precisamente quién consigue que deje caer las barreras y se vea obligado a sentir. Él no quiere enamorarse de esa chica tan vital y natural de gran corazón porque considera que ella se merece mucho más y porque sabe que no le está contando todo lo que debe.
Por otra parte, Olivia ha perdido a su amado abuelo y tiene que luchar por el hotel con su propia madre, que es una egoísta de aúpa. Y hasta ahí voy a contar, sólo decir que es una historia muy bonita y tierna y que a mí me ha calado, sin lugar a dudas.
En cuanto a las partes negativas, tengo que señalar que la historia es muy breve, en comparación a las demás, y además incluye también la historia de Álex (que ahora explicaré brevemente). A pesar de ello, nos encontramos con personajes muy bien delineados y profundos y con una historia a la que no le falta de nada. También añadiría como pega el que nos deje con la miel en los labios acerca de la historia de Martina y Leo, me ha dejado “fatal” porque estoy que me muero por saber algo más. Ya sé que es poca cosa pero ¿qué puedo decir? No tengo más “quejas”.
En referencia a la historia de Sara – Álex, decir que me sobra o me falta, según se mire y es que yo quiero la historia completa. Quiero saber cómo se enamoraron en un fin de semana, cómo vivieron ambos personajes la separación, cómo lucha Sara por no enamorarse al mismo tiempo que Álex luchará por lo contrario. Se podría decir que en esta novela, más que “vivir” la historia de ambos, nos la cuentan y asistimos a una mínima parte de la misma. Ojo, que lo que “vivimos” de ella, es estupendo pero lo quiero todo, soy una avariciosa.
De cualquier forma es una historia genial de principio a fin, que se lee de una sentada y que te atrapa en sus redes y no te suelta hasta que terminas con una gran sonrisa y una profunda alegría por la felicidad que has visto conseguir a “tus amigos” del libro.
Por todo ello, tiene un 9 como la copa de un pino y decir a los seguidores de esta saga que no sólo no decepciona, sino que añade otro precioso azulejo al mosaico de la familia Martí.

Este es el cuarto libro de la serie , en la que tenemos como protagonistas a Marc y Alex, los gemelos de la familia Martí.

Cuando Marc , a regañadientes ,decide ocupar el puesto de Alex , lo que menos espera es encontrarse con Olivia , una chica que dedica su vida al hotel que le ha dejado su abuelo , no lo duda y la ayuda a sacarlo adelante, aunque sabe que cuando se descubra el engaño acabará pasandole factura.

Bueno , para empezar diré que éste libro me ha decepcionado mucho, me esperaba mucho más teniendo en cuenta que es la historia de los gemelos.

La historia secundaria es la de Alex y Sara , pero pasa si pena ni gloria, ocupa unas treinta páginas y ni conocemos a Alex , solo sabemos que de los gemelos es el sensato y lo poco que pudimos conocer en los otros libros de la serie y de Sara , solo nos enteramos en que trabaja y poco más.

En cuanto a los protagonistas, Marc arrastra con él la culpa de algo que ocurrió hace seis años y que le ha marcado física y emocionalmente, y Olivia , que ha crecido con su abuelo y los trabajadores del hotel, a los que quiere como si fueran su familia , ya que su madre se desentendió de ella.

No puedo decir que me hayan llegado hondo , porque al ser una novela tan corta no da tiempo a profundizar en los personajes.

La historia de amor entre ellos es dulce , pero sigue un poco el mismo patrón de los otros libros.

Si por algo se caracteriza esta autora es por la sencillez de sus historias , pero a mi los anteriores libros me emocionaron y con éste no puedo decir lo mismo.

Además por poner otra pega diré que cuando sigo una serie me encanta que salgan los protagonistas de libros anteriores, me gusta que formen parte de la historia , o como mínimo que sepamos que es de sus vidas y tampoco ha sido el caso.

No me ha parecido mala, simplemente creía que serían dos historias de amor paralelas y algo más profundas , pero en definitiva me ha resultado una lectura amena , que se lee de una sentada y que no es de las que pasarán a formar parte de mis libros favoritos.

Alex Martí decide ir a San Francisco por negocios y aprovecha para ir en busca de Sara, una chica a la que conoció un fin de semana. Por desgracia tiene que ir a la lectura de un testamento por lo que le pide a su hermano gemelo Marc que vaya en su lugar.

Marc está pasando por una mala racha que le dura ya seis años. Vive peligrosamente y abusa del alcohol, tiene lios de una sola noche y ningún trabajo le dura mucho. A regañadientes acude a la lectura y allí es cuando conoce a Olivia Millán, la nieta del fallecido y heredera del Hotel California con la condición de que Alex le ayude durante un año a sacarlo a flote.

Obligado a asumir el papel de su hermano enseguida entra en la dinámica del hotel y poco a poco va descubriendo a Olivia y enamorándose de ella.

Olivia ha vivido mucho años con su abuelo y aunque la principio pensó que el testamento era injusto y que su abuelo no confiaba en ella poco a poco va viendo como con la ayuda de Martí el hotel va saliendo a flote.

Los personajes secundarios son varios y me gustan porque le dan un toque muy familiar al hotel, desde el ligón de Roberto hasta los temperamentales cocineros y el entrañable Tomás. La madre de Olivia es caso a parte ¡qué mujer mas odiosa!

La historia me ha gustado, es sencilla y poco a poco vamos viendo como Martí se abre con Olivia y va recuperándose y Oliva aprende a confiar y a que hay vida después del hotel.

Pero si que coincido que echo en falta cosas, como por ejemplo la historia de Alex y Sara, creo que merecían un libro propio o más capítulo. Es el primer libro que leo de esta serie y estoy deseando conocer al resto de la familia porque aquí sale muy poco.

En fin, sencillo, corto y entretenido.

Libro 4 de la serie "Los hermanos Martí".

Qué libro tan bonito y qué buenas vibraciones me ha dejado cuando lo he acabado!! Reconozco que no soy muy objetiva cuando leo un libro de Anna Casanovas, soy una gran admiradora suya, y en concreto de la familia Martí. Desde mi punto de vista, las historias de Anna se caracterizan por su sencillez, por la ternura de sus protagonistas, por la dulzura de la historia de amor... y Hotel California tiene eso, no es una gran trama, el argumento ya te cuenta lo básico de la historia, ni tiene suspense, ni diría nada destacable, pero sí tiene dos bonitas historias de amor, la primera de los protagonistas, Marc y Olivia, una historia marcada por los sentimientos y el dolor que siente Marc por unos hechos pasados. Y una segunda historia, la de Alex y Sara, en la que la autora no ha profundizado tanto pero igualmente bonita y romántica.

Los personajes secundarios que conforman la plantilla del hotel California, son el toque de diversión de la historia aunque los que llevan todo el peso de la misma son Marc y Olivia, exceptuando los capítulos que suceden en San Francisco, con la pareja secundaria Alex y Sara.

Tan sólo hay una cosa que he echado de menos y es a la familia, a Guillermo, a Agata y a Helena y a sus respectivos. Al transcurrir gran parte de la historia en el hotel en la Costa Brava, Marc habla de sus hermanos, pero la única que tiene una pequeña aparición, además de Alex, es Martina, la única hermana que queda libre y que ya se puede atisbar qué sucederá en la próxima entrega de la familia Martí que será la última.

Por lo demás, poco más puedo decir, simplemente que pese a la sencillez de la novela a mí me ha gustado mucho, porque tiene la esencia de lo que yo busco en una novela romántica que es una historia de amor bonita, que me haga echar alguna lagrimilla, que me emocione y me deje con la sonrisilla tonta cuando la acabo y Hotel California lo ha conseguido, cosa que no puedo decir siempre.

Valoración: 4 / 5