Este es el cuarto libro de la serie , en la que tenemos como protagonistas a Marc y Alex, los gemelos de la familia Martí.

Cuando Marc , a regañadientes ,decide ocupar el puesto de Alex , lo que menos espera es encontrarse con Olivia , una chica que dedica su vida al hotel que le ha dejado su abuelo , no lo duda y la ayuda a sacarlo adelante, aunque sabe que cuando se descubra el engaño acabará pasandole factura.

Bueno , para empezar diré que éste libro me ha decepcionado mucho, me esperaba mucho más teniendo en cuenta que es la historia de los gemelos.

La historia secundaria es la de Alex y Sara , pero pasa si pena ni gloria, ocupa unas treinta páginas y ni conocemos a Alex , solo sabemos que de los gemelos es el sensato y lo poco que pudimos conocer en los otros libros de la serie y de Sara , solo nos enteramos en que trabaja y poco más.

En cuanto a los protagonistas, Marc arrastra con él la culpa de algo que ocurrió hace seis años y que le ha marcado física y emocionalmente, y Olivia , que ha crecido con su abuelo y los trabajadores del hotel, a los que quiere como si fueran su familia , ya que su madre se desentendió de ella.

No puedo decir que me hayan llegado hondo , porque al ser una novela tan corta no da tiempo a profundizar en los personajes.

La historia de amor entre ellos es dulce , pero sigue un poco el mismo patrón de los otros libros.

Si por algo se caracteriza esta autora es por la sencillez de sus historias , pero a mi los anteriores libros me emocionaron y con éste no puedo decir lo mismo.

Además por poner otra pega diré que cuando sigo una serie me encanta que salgan los protagonistas de libros anteriores, me gusta que formen parte de la historia , o como mínimo que sepamos que es de sus vidas y tampoco ha sido el caso.

No me ha parecido mala, simplemente creía que serían dos historias de amor paralelas y algo más profundas , pero en definitiva me ha resultado una lectura amena , que se lee de una sentada y que no es de las que pasarán a formar parte de mis libros favoritos.