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Jane juega y gana
Detalles del libro
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Libro 2 de la serie "Chinooks"
Un tanto desilusionada, bastante terca y cansada de acudir a citas a ciegas con hombres poco interesantes, Jane Acott parece llevar la típica existencia de mujer soltera en una gran ciudad. Sin embargo, tiene una doble vida. Durante el día es periodista deportiva, encargada de seguir a un equipo de hockey, y especialmente a su portero, Luc Martineau. Durante la noche es escritora, la creadora secreta de las escandalosas aventuras de una serie de la que todos hablan.
Luc tiene clara su opinión acerca de esos parásitos llamados periodistas, incluida Jane. Además, desde que tiene uso de razón se ha visto a si mismo como un hombre soltero. Lo último que necesita es una reportera entrometida que escarbe en su pasado y se interponga en su camino. Pero cuando la diminuta periodista se deshace de las ropas grises y negras que acostumbra a lucir cambiándolas por un atractivo vestido rojo, Luc comprueba que Jane esconde mucho más de lo que deja ver. Tal vez haya llegado el momento de arriesgarse y jugar a un juego diferente.
Opiniones de los usuarios
Jane Ascott es una periodista que se gana la vida escribiendo una columna en una revista sobre experiencias personales de una soltera de treinta años. Jane es una mujer de treinta años muy sencilla, de baja estatura, con muy poquito pecho y que pasa desapercibida siempre para los hombres. Pero Jane guarda un secreto... ella también se dedica a escribir bajo el anonimato una serie de relatos pornográficos para una revista de hombres, en la que cuenta las aventuras de "Bomboncito de miel" una mujer come-hombres que se dedica a dejar a sus victimas en estado "comatoso". ¿Quien se podría imaginar que la misma persona que escribe sobre su desastrosa vida amorosa y su estado de soltería, es la misma persona que escribe los relatos de "Bomboncito de miel"?
La vida de Jane da un giro enorme cuando es llamada para trabajar como periodista deportiva para que siga todos los movimientos de un equipo de Hockey sobre hielo, y Jane acepta este gran reto. ¿Conseguirá sobrevivir en este mundo de hombres musculosos?
Desde su llegada al equipo Jane siente que es rechazada tanto por los jugadores como por la directiva, lo cual no le facilita para nada su trabajo, pero aún así no se rinde y pone más empeño y coraje en conseguir buenos resultados, sobre todo empieza a tomar mucho interés por un jugador en concreto, el portero del equipo: Luc Martineau, deportista de pies a cabeza, es un tipo duro, poco hablador y con un físico que rompe moldes. Tiene fama de rompecorazones y mujeriego, y no quiere saber nada de la prensa, jamás concede entrevistas. Es un hueso muy duro de roer... y el gran reto para Jane.
Lo que nunca se podría imaginar Jane, es que ese esquivo hombre de imponente físico se iba a fijar en una mujer como ella...
Esta novela me ha sorprendido muchísimo, porque cuando la sostuve en mis manos no sabía si me iba a gustar. No me llamaba demasiado la atención leerme una novela romántica que tratara sobre deporte. Pero ha sido un gran acierto leérmelo ya que es una novela de las que son indispensables en la estantería de cualquier lectora romántica.
Los protagonistas son de los que nunca se olvidan, con personalidades muy bien definidas y tan reales que te puedes identificar con ellos en cualquier momento. Los diálogos entre ellos son geniales, cargados de ironía y un gran sentido del humor. Es de las típicas novelas con ese tira y afloja entre entre los protagonistas que hacen que todas las conversaciones estén cargadas de sensualidad, pasión contenida enmascarándolo con una capa de ironía y despotismo. En resumen, se atraen pero no quieren atraerse y les da rabia no poder contener lo que sienten.
El personaje de Jane es lo que más destaco de esta novela. es una mujer de hoy en día, muy trabajadora, sencilla y que ha tenido muy malas experiencias amorosas. Por ello, ha desistido y piensa que ningún hombre que verdaderamente merezca la pena va a fijarse en ella. Jane no es la típica heroína con un cuerpazo de infarto y una cara de ángel, es una mujer normal, para nada llamativa. Yo creo que muchas de las lectoras nos hemos identificado con ella.
En definitiva, este es un libro que no podéis dejar escapar. ¡Lo tiene todo!
Una increíble propuesta de trabajo cambia su vida. El periodista deportivo del periódico para el que trabaja pasa por una enfermedad que obliga a los directivos de éste a buscar a alguien que lo sustituya durante la temporada de hockey. Jane es la elegida, pese a que no tiene ni la más remota idea de deporte ni de hockey. Su trabajo consiste en viajar con el equipo de los Chinooks para cubrir los partidos de la temporada.
Su primer pensamiento es negarse, pero tras meditar lo que económicamente le reportaría, acepta. Además que no es para desdeñar a la ligera la oportunidad de poder pasearse a sus anchas por un vestuario repleto de hombres desnudos y sudorosos (un aliciente añadido).
Rápidamente es evidente para ella que ni los jugadores de los Chinooks ni la misma directiva la quieren allí. No sólo es que no la reciben con los brazos abiertos, sino que tratan de hacer su labor lo más difícil posible, especialmente ese arrogante de Luc Martineau, el portero del equipo.
Con treinta y dos años, y tras superar una complicada lesión en las rodillas, así como una larga rehabilitación para superar su adicción a los tranquilizantes, Luc es consciente de que se juega mucho en esa temporada. No sólo llegar a la final de la Stanley Cup, sino su futuro deportivo. Tiene que probarse a sí mismo y a todos que aún sigue en activo y que no está acabado como muchos predijeron.
Ni siquiera esa entrometida periodista va a lograr desconcentrarlo. O eso cree.
Al principio le resulta divertido ver sus torpes intentos de hacerse un sitio entre los hombres. Es evidente que no tiene ni idea de hockey y aunque físicamente no es su "tipo", poco a poco empieza a sentirse atraído por la joven, pese a su aspecto de solterona remilgada y sus inquisitivas y absurdas preguntas.
A su vez Jane es consciente de que su atracción hacia el atractivo cancerbero de los Chinooks no la va a llevar a ninguna parte. Ella es una chica sencilla y Luc atrae a las mujeres más espectaculares. Entonces... ¿por qué de pronto cree apreciar cierto interés de él hacia ella?
Jane juega y gana es una de mis novelas preferidas. Por un lado, gracias a los protagonistas de esta historia que pese a lo opuesto de sus caracteres y vidas, dan pie a una trama amena e interesante. Por otro porque está ambientado en el mundo del hockey creando un trasfondo apasionante cuya emoción no decae en ningún momento.
Jane es una chica con la que es muy fácil identificarse. Es consciente de sus limitaciones y de que el chico guapo nunca se fijará en ella, por eso se ve sorprendida cuando el mismísimo Luc Martineau comienza a mostrar interés en ella. Sus prejuicios hacia los jugadores y hacia el mismo Luc van desmoronándose según va tratando con él. Sobre todo al ver el modo torpe como trata a su hermana adolescente, algo que enternece el corazón de Jane. Eso, sin dejar de lado que Luc es un hombre muy atractivo que sabe seducirla pese a su brusquedad y mordaces palabras.
Luc está acostumbrado a relacionarse con las mujeres más explosivas. No busca una relación estable ni duradera. Su única prioridad es su carrera deportiva y luchar con su equipo por los playoffs de la Stanley Cup. Sin embargo, conocer a Jane cambia muchas de sus prioridades.
Esa joven bajita, introvertida, que siempre viste de negro, comienza a inquietarlo y amenaza con romper su concentración. De nada sirven sus intentos por ignorarla o hacerla la vida imposible. Poco a poco va colándose en su corazón y amenazando con descubrir al verdadero Luc, a ese parte de él que no muestra a nadie. Además la llegada a su vida de su hermana adolescente rompe muchos de sus esquemas y le obliga a replantearse su escala de valores. Podemos decir que su vida está en pleno proceso de cambio y entre sus problemas familiares y deportivos, lo que menos necesita es enamorarse. Y mucho menos de esa alocada de Jane Ascott. Algo que lucha por evitar.
Con diálogos ágiles e irónicos Rachel Gibson nos introduce en el mundo de las competiciones deportivas, concretamente del hockey, presentándonos a jugadores bruscos, rudos y musculosos a la vez que crea una divertida y emotiva historia romántica.
Creo que Jane es algo así como una cenicienta moderna. Es una joven en apariencia anodina que, poco a poco va despertando y mostrando nuevas facetas de su personalidad. Luc es guapo, impresionante, un hombre que podría tener a cualquier mujer que quisiera. Pese a que parecen totalmente incompatibles, rápidamente descubrimos que no es así.
Luc Martineau es uno de los protagonistas más carismáticos del género romántico, sin duda. No sólo por su atractivo, carácter y esa herradura tatuada en su bajo vientre, sino porque el protagonista deportivo no era muy habitual en el género probablemente hasta la publicación de esta novela.
Entre tiras y aflojas, malos entendidos y diálogos chispeantes somos testigos de cómo se forja la historia de amor de Luc y Jane. Una historia intensa y apasionada, con toques irónicos y mordaces que logran atrapar hasta a aquéllas a las que no les atrae el deporte, creo.
El componente deportivo está muy presente en toda la trama, ya que es mientras de juega los diferentes partidos y el equipo viaja que se toma cuerpo el romance de Jane y Luc.
Sin duda, esta novela es recomendable a todas las apasionadas del género contemporáneo y a las que no, ésta es un historia perfecta para adentrarse en él. Tiene alicientes más que suficientes: unos protagonistas entre los que saltan chispas, buenas escenas eróticas, sentimientos encontrados, risas más que garantizadas y ... un protagonista cuya herradura tatuada da mucho de lo que hablar.
Valoración: 5/5