Que Rose es una reina, todos lo sabemos. Pero que para ella es una dificultad escribir libros breves, también. Por eso, el mérito de esta novela es doble. Es tan visual y está tan bien escrita que no tendremos problemas para imaginarnos paseando por las calles de Saint Valentine Falls y acompañar a todos y cada uno de sus habitantes. Y admito que, también querría bañarme el la fuente de Cupido. A ver qué pasa y con quién me toca. Ojalá esta novela se adapte en formato película porque, sería un éxito asegurado.

Además de todo esto, si os embarcáis en su lectura, en más de una ocasión vais a suspirar por SuspiraCole, un quarterback que demuestra que las apariencias engañan y que todo lo que tiene de tío duro, lo tiene de buenazo y romántico. Y también querréis zarandear a Jane, que si bien es cierto que, en más de una ocasión es un poco extrema, la realidad es que si realizamos un ejercicio de empatía podemos entender por qué es como es y cómo actúa como actúa. Ya que a veces, por querer hacer un bien terminamos causando un mal.

Pero no se puede luchar contra el amor una vez te alcanza con sus flechas y... el homenaje maravilloso a un aspecto que hemos perdido como es el de escribir cartas van a provocar que no podáis parar de leerlo una vez lo abráis.

Ideal para cualquier momento del año, pero sobre todo, para sacar de un bloque lector.