Detalle de la opinión
5.0 3 0.5Otra maravillosa historia de Mia Sheridan
Valoración
5.0
Después de leer a Archer, Stinger, Grayson, y ahora a Kyland, estoy con la duda de a cuál de los cuatro prefiero. Lo que sí tengo muy claro es que esta autora sigue siendo una de las que voy a seguir muy de cerca, ya que cada nuevo libro suyo me convence todavía más de la buena narrativa de la que seguro voy a disfrutar, y de los momentos increíbles en los que voy a soñar mientras leo una de sus hermosas historias.
Es la historia de la autora que me ha parecido más trágica, por los padecimientos que pasan los protagonistas y a la vez la más dulce, por la edad de los protagonistas. A esa edad es cuando más profundamente y más intensamente te puedes enamorar y cuando puedes hacer más locuras y sacrificios por amor.
La forma en la que ambos están deseosos de entregar en sacrificio sus sueños al amor de su vida, aunque sólo uno lo consiga, es un ejemplo de ello. Aquí, aunque Tenleigh es una joven valiente y luchadora y que me ha parecido un personaje fuerte y con carisma, Kyland es el que me ha conquistado completamente por la generosidad y bondad hacia toda la comunidad. Es un ser humano increíble. Yo, desde luego, no conozco a nadie con una capacidad de sacrificio de ese calibre, y es bonito leerlo en una historia.
La narración que describe la autora de la vida en las montañas, me ha parecido sumamente dura, pero a la vez totalmente hermosa y generosa. Ya he leído algún que otro libro donde se nombra a los Apalaches y los pueblos y las costumbres de sus gentes. Es dura la vida allí, pero los paisajes con sus verdes valles, llenos de flores o blancos, por las nieves invernales, son de una belleza salvaje y conmovedora y te dejan una huella imborrable en el alma, que los oriundos de allí llevan dentro de ellos y no pueden olvidar nunca. Por eso vuelve Tenleigh, además de por Kyland. En cuanto a este, siente lo mismo. Tiene un contrato por el cual está ligado al lugar, pero cuando puede irse no lo hace y es el recuerdo de los campos de lavanda, donde nació el amor que le dio luz a su vida, y los atardeceres en las montañas que ama, pese a sus tristes recuerdos.
La relación de las dos hermanas es sumamente entrañable y el amor que sienten por su madre enferma las engrandece a las dos. Vemos que cuanto menos tiene una persona, más capacidad tiene de entregarse a los demás. En realidad lo sientes a lo largo de todo el libro, tanto en los protagonistas como en toda la comunidad de las montañas.
La expresión de los sentimientos es magistral, tanto del amor que sienten Kynland y Tenleigh como de esta con Marlo, su hermana, y de ambas con su madre. También se siente fuertemente la amistad, a extremos incluso, del sacrificio. Igualmente se siente la maldad y la envidia, como los males que siempre están al lado de lo bueno de la vida, ya que son inseparables, por desgracia.
El amor de los protagonistas es precioso. Empieza sin quererlo ninguno de los dos, con una simple atracción, pero se va convirtiendo, con la oposición de ambos y lentamente, en un amor tan grande que todo sacrificio es poco, y así lo demuestra Kyland, pese a que tiene que hacer daño para conseguir que Tenleigh cumpla el sueño de su vida.
Es una novela principalmente de sentimientos y superación personal, con momentos dulces, simpáticos y tiernos entre los protagonistas, y otros muy emotivos entre las hermanas con la madre, que me han afectado mucho. Está muy bien ambientada y nos muestra cómo vive este pueblo, la pobreza, la población minera, cómo se ayudan entre ellos, la descripción del entorno, que pese a la pobreza es asombrosamente hermoso.
Como acostumbra la autora, la historia la van contando alternativamente en primera persona Tenleigh y Kyland, un estilo que cada vez me gusta más. Es totalmente adictiva y te engancha enseguida, yo la he terminado en un día, incapaz de dejarla debido a la tensión permanente que te lleva hasta el final, y después a un precioso epílogo que me ha dejado con una grandiosa sonrisa en la boca y con unas ganas locas de leer otra maravillosa historia de Mia Sheridan.
Es la historia de la autora que me ha parecido más trágica, por los padecimientos que pasan los protagonistas y a la vez la más dulce, por la edad de los protagonistas. A esa edad es cuando más profundamente y más intensamente te puedes enamorar y cuando puedes hacer más locuras y sacrificios por amor.
La forma en la que ambos están deseosos de entregar en sacrificio sus sueños al amor de su vida, aunque sólo uno lo consiga, es un ejemplo de ello. Aquí, aunque Tenleigh es una joven valiente y luchadora y que me ha parecido un personaje fuerte y con carisma, Kyland es el que me ha conquistado completamente por la generosidad y bondad hacia toda la comunidad. Es un ser humano increíble. Yo, desde luego, no conozco a nadie con una capacidad de sacrificio de ese calibre, y es bonito leerlo en una historia.
La narración que describe la autora de la vida en las montañas, me ha parecido sumamente dura, pero a la vez totalmente hermosa y generosa. Ya he leído algún que otro libro donde se nombra a los Apalaches y los pueblos y las costumbres de sus gentes. Es dura la vida allí, pero los paisajes con sus verdes valles, llenos de flores o blancos, por las nieves invernales, son de una belleza salvaje y conmovedora y te dejan una huella imborrable en el alma, que los oriundos de allí llevan dentro de ellos y no pueden olvidar nunca. Por eso vuelve Tenleigh, además de por Kyland. En cuanto a este, siente lo mismo. Tiene un contrato por el cual está ligado al lugar, pero cuando puede irse no lo hace y es el recuerdo de los campos de lavanda, donde nació el amor que le dio luz a su vida, y los atardeceres en las montañas que ama, pese a sus tristes recuerdos.
La relación de las dos hermanas es sumamente entrañable y el amor que sienten por su madre enferma las engrandece a las dos. Vemos que cuanto menos tiene una persona, más capacidad tiene de entregarse a los demás. En realidad lo sientes a lo largo de todo el libro, tanto en los protagonistas como en toda la comunidad de las montañas.
La expresión de los sentimientos es magistral, tanto del amor que sienten Kynland y Tenleigh como de esta con Marlo, su hermana, y de ambas con su madre. También se siente fuertemente la amistad, a extremos incluso, del sacrificio. Igualmente se siente la maldad y la envidia, como los males que siempre están al lado de lo bueno de la vida, ya que son inseparables, por desgracia.
El amor de los protagonistas es precioso. Empieza sin quererlo ninguno de los dos, con una simple atracción, pero se va convirtiendo, con la oposición de ambos y lentamente, en un amor tan grande que todo sacrificio es poco, y así lo demuestra Kyland, pese a que tiene que hacer daño para conseguir que Tenleigh cumpla el sueño de su vida.
Es una novela principalmente de sentimientos y superación personal, con momentos dulces, simpáticos y tiernos entre los protagonistas, y otros muy emotivos entre las hermanas con la madre, que me han afectado mucho. Está muy bien ambientada y nos muestra cómo vive este pueblo, la pobreza, la población minera, cómo se ayudan entre ellos, la descripción del entorno, que pese a la pobreza es asombrosamente hermoso.
Como acostumbra la autora, la historia la van contando alternativamente en primera persona Tenleigh y Kyland, un estilo que cada vez me gusta más. Es totalmente adictiva y te engancha enseguida, yo la he terminado en un día, incapaz de dejarla debido a la tensión permanente que te lleva hasta el final, y después a un precioso epílogo que me ha dejado con una grandiosa sonrisa en la boca y con unas ganas locas de leer otra maravillosa historia de Mia Sheridan.