Detalle de la opinión
4.5 2 0.5Una muy buena lectura
Valoración
4.0
Desde hace tiempo había leído muy buenas críticas de esta novela y la tenía entre mis pendientes pero no me decidía a leerla. Resulta que ha sido todo un acierto, una buena lectura y una buena historia, de esas que te hacen sentir muy bien.
Stella Lane es una joven de treinta años atractiva, inteligente, trabaja como econometrista en una empresa de gran prestigio y proviene de familia acomodada, por lo que no tiene problemas de dinero. Sin embargo, Stella es autista, sufre el síndrome de Asperger, lo que le hace actuar y de ver las cosas de una forma distinta a los demás. Esto le provoca grandes dificultades en sus habilidades sociales, y sus escasas relaciones de pareja han sido desastrosas. Por este motivo piensa que alguien tiene que enseñarle a relacionarse y para ello decide contratar a alguien experto en la materia. El elegido es Michael Larsen, un atractivo gigoló, a quien, en un principio, la proposición de Stella le parece algo totalmente inusual pero, al final, decide aceptarla.
Stella piensa que todo se basa en la ciencia y en las matemáticas; en su trabajo debe resolver situaciones aplicando determinadas fórmulas y logaritmos. Por lo tanto, debería funcionar de la misma forma en las relaciones personales. Pero de lo que Stella no se da cuenta es de que en el amor no existen las reglas.
Hay que reconocer que la pareja protagonista es adorable. Por un lado, Stella, una chica tan dulce e inocente en muchos aspectos, a la que su síndrome de Asperger le dificulta el relacionarse con los demás y ella quiere aprender a hacerlo, como lo hace todo el mundo. Por otro lado, Michael, el despampanante gigoló, a quien contrata Stella para que la ayude con su problema. Desde el primer instante en que aparece te enamoras de él, y no solo por lo guapo que lo describe la autora, sino por esa ternura que desprende. Además, cuando descubres por qué realmente realiza el trabajo de gigoló, los problemas que tiene y los sueños a los que ha tenido que renunciar, hace que parezca todavía más adorable.
Aunque la propuesta de Stella le parece de lo más extraño a lo que él está acostumbrado, al final la acepta y decide ayudarla. Así que a los ojos de los demás se convierten en una pareja de novios, sin embargo, lo suyo es una relación de trabajo. A medida que Michael y Stella se van conociendo surge entre ellos la chispa del amor, y aunque esto de ser una falsa pareja que se enamora es un auténtico cliché de la novela romántica, aquí está descrito de una manera estupenda. Michael hará ver a Stella que ella no tiene nada de extraño, y que no tiene por qué ser como las demás personas, ya que ella es única.
No puedo dejar de mencionar a la familia de Michael: su madre y su abuela vietnamitas, que todavía siguen las costumbres y tradiciones de su país, y sus cinco hermanas, mitad vietnamitas y mitad danesas, al igual que él. Cada vez que aparecen en escena, nos dejan algunos de los momentos más divertidos y entrañables de la novela.
No es que conozca demasiado los síntomas y la forma de actuar de una persona autista, con síndrome de Asperger, como es Stella, pero creo que la autora lo describe bastante bien, ya que ella misma también es autista y ha querido reflejar en este personaje a todas las dificultades que se enfrentan estas personas, la forma en la que sienten y expresan sus sentimientos y la manera de relacionarse con los demás.
Con un estilo ágil, sencillo, Helen Hoang ha sabido crear una historia tierna y divertida, dulce en muchas ocasiones, pero no empalagosa, cargada de escenas sensuales. Con una estupenda pareja protagonista, dos personas que aparentemente parecen tan distintos en muchos aspectos pero que están hechos el uno para el otro.
Una muy buena lectura que disfrutas mientras la lees y cuando la terminas te hace sentir de maravilla.
Stella Lane es una joven de treinta años atractiva, inteligente, trabaja como econometrista en una empresa de gran prestigio y proviene de familia acomodada, por lo que no tiene problemas de dinero. Sin embargo, Stella es autista, sufre el síndrome de Asperger, lo que le hace actuar y de ver las cosas de una forma distinta a los demás. Esto le provoca grandes dificultades en sus habilidades sociales, y sus escasas relaciones de pareja han sido desastrosas. Por este motivo piensa que alguien tiene que enseñarle a relacionarse y para ello decide contratar a alguien experto en la materia. El elegido es Michael Larsen, un atractivo gigoló, a quien, en un principio, la proposición de Stella le parece algo totalmente inusual pero, al final, decide aceptarla.
Stella piensa que todo se basa en la ciencia y en las matemáticas; en su trabajo debe resolver situaciones aplicando determinadas fórmulas y logaritmos. Por lo tanto, debería funcionar de la misma forma en las relaciones personales. Pero de lo que Stella no se da cuenta es de que en el amor no existen las reglas.
Hay que reconocer que la pareja protagonista es adorable. Por un lado, Stella, una chica tan dulce e inocente en muchos aspectos, a la que su síndrome de Asperger le dificulta el relacionarse con los demás y ella quiere aprender a hacerlo, como lo hace todo el mundo. Por otro lado, Michael, el despampanante gigoló, a quien contrata Stella para que la ayude con su problema. Desde el primer instante en que aparece te enamoras de él, y no solo por lo guapo que lo describe la autora, sino por esa ternura que desprende. Además, cuando descubres por qué realmente realiza el trabajo de gigoló, los problemas que tiene y los sueños a los que ha tenido que renunciar, hace que parezca todavía más adorable.
Aunque la propuesta de Stella le parece de lo más extraño a lo que él está acostumbrado, al final la acepta y decide ayudarla. Así que a los ojos de los demás se convierten en una pareja de novios, sin embargo, lo suyo es una relación de trabajo. A medida que Michael y Stella se van conociendo surge entre ellos la chispa del amor, y aunque esto de ser una falsa pareja que se enamora es un auténtico cliché de la novela romántica, aquí está descrito de una manera estupenda. Michael hará ver a Stella que ella no tiene nada de extraño, y que no tiene por qué ser como las demás personas, ya que ella es única.
No puedo dejar de mencionar a la familia de Michael: su madre y su abuela vietnamitas, que todavía siguen las costumbres y tradiciones de su país, y sus cinco hermanas, mitad vietnamitas y mitad danesas, al igual que él. Cada vez que aparecen en escena, nos dejan algunos de los momentos más divertidos y entrañables de la novela.
No es que conozca demasiado los síntomas y la forma de actuar de una persona autista, con síndrome de Asperger, como es Stella, pero creo que la autora lo describe bastante bien, ya que ella misma también es autista y ha querido reflejar en este personaje a todas las dificultades que se enfrentan estas personas, la forma en la que sienten y expresan sus sentimientos y la manera de relacionarse con los demás.
Con un estilo ágil, sencillo, Helen Hoang ha sabido crear una historia tierna y divertida, dulce en muchas ocasiones, pero no empalagosa, cargada de escenas sensuales. Con una estupenda pareja protagonista, dos personas que aparentemente parecen tan distintos en muchos aspectos pero que están hechos el uno para el otro.
Una muy buena lectura que disfrutas mientras la lees y cuando la terminas te hace sentir de maravilla.