- Romántica actual
- La orquídea blanca
La orquídea blanca
Detalles del libro
- Romántica actual
Una mujer con el orgullo herido...
Un hombre desconfiado...
Un acuerdo que les llevará por un camino que jamás habrían imaginado...
El Baile de la Orquídea Blanca reúne a la élite de Texas vestida con sus mejores galas. Pero Diana Foster, directora de la revista femenina Foster's Beautiful Living, preferiría no tener que asistir. Su prometido acaba de abandonarla y está convencida de que la noticia será el principal tema de conversación. Sin embargo, no puede abandonar sus obligaciones sociales por un capricho personal.
Cole Harrison, empresario multimillonario y uno de los solteros más cotizados de Dallas, se encuentra en una situación delicada. Si quiere convertirse en el heredero del negocio familiar, deberá acceder a la condición que le impone su ancia...
Opiniones de los usuarios
Diane Foster es la única hija del viudo Robert Foster, un rico petrolero de Houston que contrae segundas nupcias con Mary Britton, la cual aporta al matrimonio una hija de trece años, Corey. La señora Britton y su hija no pertenecen al mismo círculo social que Diane y su padre, por lo que Diane, muy lejos de gozar de los aires de superioridad que poseen las de su clase, ayuda a su hermanastra para introducirla en la férrea vida social tejana. El carácter dulce y bondadoso de Diane hace que no haya ningún tipo de rivalidad entre ambas hermanastras, e incluso diría que la relación es demasiado perfecta para mi gusto. Con el tiempo los abuelos maternos de Corey se instalan en River Oaks, lugar de residencia de los Foster. Henry y Rosie me han encantado, sobre todo Rosie, con ese carácter irónico que pone el toque humorístico de la historia. Los dos son unos abuelos muy atípicos. Mientras que Henry se dedica a experimentar con la jardinería y la carpintería, Rosie tiene talento para las manualidades y la cocina natural.
Por otro lado está Cole Harrison, un chico guapo, misterioso y objeto del deseo para las mujeres, que trabaja como mozo de cuadra en casa de los Hayward con el fin de pagarse parte de sus estudios universitarios. Cole proviene de una familia humilde con un ambiente inestable. Al contrario que sus hermanos Cole es ambicioso e inteligente, de ello se da cuenta su tío abuelo Calvin Downing, un anciano que tiene futuros planes para Cole y que influirán en la vida personal y profesional de éste.
Cole entabla amistad con Diane en los establos de los Hayward donde trabaja ya que Diane y Corey, junto con un grupo de amigas pertenecientes a la flor y nata de Houston, suelen ser invitadas para montar a caballo por Barbara Hayward y su hermano Doug, un joven irresponsable y frívolo, que movido por un engaño familiar llevará a cabo una venganza. Cole y Diane son ajenos a ese mundo de opulencia y chismorreo en el que las malvadas amigas de Diane se hallan inmersas. Esta primera parte de la historia viene marcada por ese contorno adolescente donde surgen las envidias, los desprecios, los primeros flirteos... y la semilla del amor. Pero el objetivo que Cole se ha impuesto en su vida, así como la diferencia social que existe entre los protagonistas, dificulta su relación con Diane. Cabe añadir que la familia Hayward llega a sentir un odio atroz hacia Cole debido a un hecho que, leyéndolo, me ha arrancado una sonrisilla tonta porque me ha parecido folletinesco, aunque la situación en sí no es para reír... es para echar a correr como hizo Jessica Hayward, la inmoral madre de Barbara.
Pasados los años Diane y Cole han hecho sus vidas por separado, las circunstancias que los rodeaban en su momento no les permitieron seguir con la relación. Cole se ha convertido en multimillonario, su sagacidad en los negocios junto con el apoyo económico de Calvin lo ha llevado a situarse y codearse con la elite social de Texas. Pero a lo largo de los años se ha ido creando sus propios enemigos que intentarán desplazarlo del lugar que ocupa en la sociedad. Los sueños de Cole se han cumplido pero Calvin le impone una condición que tendrá que cumplir...
Diane por su lado ha sufrido el duro revés de la muerte de su padre, y para poder mantener el estatus social que hasta entonces llevaba ha creado una exitosa revista femenina utilizando las habilidades familiares que Corey, fotógrafa de profesión, fotografía para la revista. La vida privada de Diane es un desastre. Su falta de concentración en los asuntos cotidianos y el abandono de su prometido Dan por otra chica más joven que ella, humillan y hacen daño en su imagen pública, y por lo tanto a la revista. Es entonces cuando su familia le aconseja un descanso bien merecido.
Diane y Cole han recibido por separado una invitación para el baile de la Orquídea Blanca, un baile benéfico en el que se obtiene fondos para la lucha contra el cáncer y en el que ambos han hecho sendas donaciones peeero... ¡Ay! De aquí no cuento nada porque esto es para leerlo, no para contarlo. No veía la hora en que se encontrasen de nuevo. Estaba deseando ver sus caritas y saber lo que iban a decirse. Sólo voy a comentar que los dos se hallan en una situación comprometida y que arreglan un matrimonio de conveniencia en el que la opacidad de sus sentimientos sigue presente como cuando eran jóvenes. Este común denominador me ha fascinado pero hay alguna parte (que no comento) que está contada a modo de flashback, e igual por ello la he disfrutado menos.
Aquí me planto.
Leer a Judith McNaught me ha sorprendido gratamente, su fluidez narrativa junto con una historia cargada de sentimientos tiernos y un entramado financiero bien planteado, me ha tenido enganchada hasta el final. Pero he de decir que, a veces, me ha resultado un tanto empalagoso porque he echado en falta esa resistencia que suele caracterizar a los protagonistas de una novela romántica. No obstante, se me ha hecho muy agradable esa armonía que rige la relación de pareja y las relaciones familiares de esta historia, bien propiciadas por el talante amable tanto de los protagonistas como de los personajes secundarios.
La Orquídea Blanca no es una historia ágil de leer, pero tampoco resulta una losa. Si bien es cierto que el acercamiento familiar que Diane propicia con Cole me ha parecido pesado. Cuando algo que leo me resulta cargante inmediatamente después pienso que por otro lado la historia me va a flaquear, como así me ha parecido. Me he quedado con la sensación de que le faltan páginas a la resolución final de la pareja.
Si la historia la analizo en su conjunto, puedo decir que me ha dejado satisfecha y con ánimos de seguir leyendo a doña McNaught.
Valoración personal: Bueno.