Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de decir que, mis intenciones para con esta lecturas eran positivas incluso antes de comenzarla porque, seamos sinceras, se trata de Susan Elizabeth Phillips. Y lo que es aún más importante, una novela del tremendo universo de los Chicago Stars, donde se encuentran algunas de mis novelas preferidas ambientadas en el mundo de los deportes.

Incluida por ejemplo, Cázame si puedes, protagonizado por la Pitón Champion y Anabelle, así que, en cuento descubrí esos pequeños cameos que dicho par tiene por aquí, me puse a aplaudir como una loca. Pero, centrémonos en esta novela, porque, como siempre con esta autora, hay mucha tela que cortar.

Y por eso, aquí conoceremos la historia de Brett y Rory, cómo se conocen, se enamoran a pesar de que no deberían hacerlo y sobre todo, el tremendo viaje de autodescubrimiento literal y metafórico que ambos realizan para, enamorarse de sí mismos en primer lugar. Y después, el uno del otro.

Un par que, a priori son bastante diferentes entre sí, pero que en la intimidad del tiempo que pasan juntos se dan cuenta de que son mucho más similares y sobre todo, compatibles de lo que pudieran pensar al inicio. Al menos en el aspecto sexual porque, menuda manera más original de conocerse... amén de una metáfora perfecta de lo que son sus vidas, ya que en buena parte de los casos ambos llevan un disfraz a modo de escudo protector que les permite revelar solo su verdadero yo a quienes consideran oportuno en el momento adecuado.

Porque Brett es el instrumento que usa la autora para hacer una crítica brutal al modo en el que vivimos hoy día. O mejor dicho, sobrevivimos porque, estamos tan concentrado en el aspecto laboral de nuestras vidas cotidianas que, olvidamos prestar atención a las pequeñas cosas que conforman el día a día y que realmente son las importantes a causa de su valor inmaterial. Y sobre todo, critica que esta obsesión y asociación con el triunfo en el aspecto laboral nos está convirtiendo en una sociedad cada menos empática y muy clasista, porque ya no solo nos vale con tener un trabajo para vivir, sino que además debemos triunfar en él y alcanzar por tanto, posiciones altas y cargos de poder en ellos.

Y esto es un error porque no todas las personas sirven para ejercer las mismas profesiones, amén de que el actual sistema capitalista provoca que, aunque pensemos así, tiene que haber personas en cada uno de los pasos del proceso. Y sobre todo, que aquellas profesiones denostadas o criticadas terminaron por revelarse como las más necesarias en momentos de necesidad. Así que esta cura de humildad está muy bien traída.

Más que nada porque Brett cree que es un triunfador en su vida, cuando en realidad no vive, sino que sobrevive. Dos verbos que suelen confundirse y usarse mucho como sinónimos cuando en realidad, para nada se parecen.

Tanto es así que, en cierto modo, me da un poco pena. Porque así advierte de lo tóxico que puede ser el poder y el éxito, ya que su picadura es tan venenosa que parece que jamás podremos tener suficiente de él. Lo cual, dice mucho de nosotros como sociedad. Además de que así refleja de un modo bastante coherente la soledad del poder.

Además de que, en mi caso, Brett me ha dado pena porque está solo y además, nunca se ha enamorado. Y por tanto, se convierte en un autómata sin sentimientos. Y por eso, no sabe reconocer cuándo llega el amor a su vida. Aunque, eso no quiere decir que no sepa cómo querer y cómo demostrar ese sentimiento a quienes están a su alrededor. Porque él bastante generoso y protector con las personas por las que se preocupa, lo que ocurre es que no usa las palabras para demostrarlo, sino que prefiere las acciones, como buen hombre de acción que es. Olvidando que para una comunicación efectiva, palabras y acciones han de ir de la mano... a riesgo de incomprensión. Ya que, en muchas ocasiones, por querer hacer un bien, provocamos un mal.

Por eso, Rory es el perfecto contrapunto y complemento para él. Una Rory que tengo que decir que me gustó desde su nombre. Y además, sirve para recordar también varios mensajes importantes que deberíamos tener más presentes y por tanto, tomar más en cuenta.

Como por ejemplo que, las comparaciones son siempre odiosas y también, que cada persona tiene sus propios ritmos vitales, de ahí que hay que dejar siempre que todos y cada uno de nosotros nos desarrollemos en la más absoluta libertad para así poder ser felices, puesto que, al fin y al cabo ese es nuestro objetivo vital. En caso contrario, lo que terminaremos por provocar es la falta de autoestima y amor propio fundamentales para conseguirla.

Rory en este sentido también me ha dado pena. Porque representa a la perfección cómo, estamos tan poco acostumbrados a la generosidad y sí somos cada vez más individualistas y egoístas que, tratamos de aprovecharnos y extraer el mayor partido partido a aquellos que aún lo son. Confirmando así ese dicho popular de que los buenos, de buenos que son, terminan siendo tontos. Lo cual es muy triste.

Así, la pobre, a pesar de que es una excelente chocolatera y tiene unas ideas magníficas, no ha tenido mucha suerte en la vida, ya que le llueven por todos lados. Y, en más de una ocasión, se ha rodeado de personas que, en lugar de ayudarla a ser la mejor de ella misma como debería hacer cualquier tipo de amor, al contrario. Opacaban su luz.

Aunque, con su profesión, la autora también advierte de que las apariencias engañan y, si bien puede parecer a priori que Rory es una chica muy dulce, como los chocolates y bombones deliciosos que prepara, su interior es un cóctel de emociones y matices de lo más diversos. Así que, tiene mucho carácter, lo único que solo lo saca en ocasiones muy concretas e incluso, inapropiadas.

Además de todo esto, hay mucho amor en esta novela, por supuesto, no podía ser de otra manera tratándose de SEP. Pero, este no siempre es del todo sano. Porque el amor, incluso de manera involuntaria, puede hacer mucho daño.

Así, se habla del amor entre los miembros de una familia, el cual en este caso, al menos en la de Rory, ha vivido tiempos mejores. Con esta premisa, recuerda que no hay una familia típica o mejor que otra, que todas son válidas. Pero que, el mero hecho de compartir un grupo sanguíneo o un vínculo sanguíneo con otra persona, no tiene que conllevar el dar por hecho que el amor brotará de manera espontánea entre los miembros implicados. Al contrario, al igual que en el resto de relaciones importantes de nuestras vidas, debemos darle la consideración que merece; toda. Y también, tener muy presente también que, el mero hecho de ser familiares de otra persona, no nos da derecho a opinar y criticar acerca de nuestros relativos, pensando que, precisamente, esa será la excusa para el perdón continuo, porque no es así. Las palabras, gestos y acciones seguirán doliendo exactamente igual y por eso, también tendremos el mismo derecho a no perdonar y a no querer relacionarnos con quienes nos están provocando más perjuicio que beneficio.

Junto a ello además, enfatiza y recuerda cuán difícil es la paternidad y la maternidad, porque, en no pocas ocasiones, el salto generacional es muy evidente entre padres e hijos. Además de que también indica que padre se hace y no se nace y que es una responsabilidad y una carrera de fondo. Así que, debemos también ser generosos y saber respetar la individualidad de cada uno de nuestros hijos, potenciando aquellos aspectos de su personalidad en los que destacan. Y sobre todo, evitar en cualquier caso, las comparaciones, porque son siempre odiosas. E incluso en aquellos casos en que pensamos que son inofensivas, a la larga provocarán mucho daño... llegando incluso a la ruptura total entre los términos comparados.

Justo lo que le sucede a Rory con los miembros de la familia, ya que vive bajo la sombra alargada, no solo de ser una hija de una relación previa, sino que, además, su hermano pequeño es un perfecto triunfador ya que es uno de los mejores jugadores del Chicago Stars y por tanto, es famoso y vive bajo el amparo de la fama y la presión de los focos.

Sin embargo, conviene recordar que la perfección no existe y por eso, la situación de Clint no es tan idílica como pudiéramos pensar de inicio. Además de que esta premisa sirve también para recordar que el brillo de la fama puede ser tan poderoso que puede dejarnos ciegos. De ahí que no todo el mundo esté preparado para vivir bajo esa presión continua, generando así unos problemas de salud mental mucho más graves de lo que podríamos pensar.

Sin embargo, como el principal problema que tiene esta familia - al igual que el resto de la sociedad - es el de la comunicación efectiva entre sus miembros, todos viven equivocados y amparados bajo un paraguas de superficialidad de apariencias que les impide conocer por su propia cuenta cómo es la situación real. Y por eso, son todos infelices y, aunque cercanos, están muy lejos los unos de los otros.

Porque ellos también son de los que consideran que la comunicación es un síntoma de debilidad y sobre todo, tienen miedo al juicio externo, tanto público, como de aquellos más cercanos a nosotros mismos. Y este es un pensamiento de lo más equivocado porque solo aquellos que son verdaderamente valientes, son capaces de compartir lo que piensan, sienten y padecen para con los demás. Y por tanto, así ayudarán a desmitificar ideas preconcebidas falsas y a evitar, a la larga, malentendidos, discusiones que provocarán infelicidad. E incluso, en aquellos casos, más extremos, la infelicidad más absoluta a causa de la ruptura total para con el otro. Además de que, con este hilo de pensamiento, también contribuyen a extender esta idea de pensamiento que le resta importancia a la comunicación como uno de los pilares básicos y fundamentales para cualquier tipo de relación; cuando es justo al contrario.

Y también, en cierto modo, le restan poder a las palabras, cuando sí que son poderosas. Y como tal, también peligrosas puesto que su impacto es mucho más prolongado en el tiempo a base de que los efectos de las mismas son invisibles, y por lo tanto, inapreciables para buena parte de la sociedad y personas que están a nuestro alrededor. De ahí que se nos emplace a usarlas más, pero sobre todo a usarlas mejor.

En esta novela también se hace mención a esa familia que se elige, y que no es otra que la formada por nuestros amigos. Y aquí en este sentido, Rory tampoco tiene buena suerte porque su supuesta mejor amiga, tampoco le está haciendo demasiado bien, ya que también la opaca y le brilla todo el brillo que tiene. Además de que también sirve para representar de un modo muy acertado otro tipo de amor, cada vez más presente en nuestra sociedad, como es el del amor por el dinero y el éxito.

Y sobre todo, cómo para conseguirlo y obtenerlo, estamos dispuestos a hacer de todo, incluyendo sacrificar nuestra felicidad, pensando que, a la larga, ese hueco vacío de nuestro pecho, podrá rellenarse o ser sustituido por posesiones materiales y dinero. Y no es así. Por eso, no me gusta cómo la trata y cómo recurre a ella cuando puede obtener un beneficio exclusivo, así como que tampoco me gusta cómo usa sus armas de mujer para engatusar a Clint, el hermano de Rory para asegurarse el futuro que cree que merece.

Junto a ello, la amiga sirve para establecer la poca sororidad existente en nuestra sociedad, ya que, aún hoy, las mujeres continuamos considerándonos más enemigas que aliadas, cuando debería ser justo lo contrario ya que así el mundo sería un lugar mejor para todos y la sociedad sería mucho más beneficiada.

Sin embargo, como bien queda reflejado aquí, Kristin paga de manera su frustración cotidiana como madre y sobre todo, su incapacidad de alcanzar el fantasma de la mujer que le precede con la hija de esta, es decir, con Rory. Y la que debería ser su mejor amiga, en lugar de ayudarla en caso de necesidad, está más preocupada de sí misma y de la pérdida del colchón económico que le aportaría Clint, amén de que crea un sentimiento de culpabilidad del que no se arrepiente en su amiga, puesto que sospecha de ella.

De nuevo aquí reaparece la comunicación como base y pilar fundamental para solucionar el desaguisado, demostrando que, un error no tiene por qué definirnos como personas, más cuando hay voluntad de arrepentimiento. Y por eso, es tan importante conceder más segundas oportunidades en la vida, puesto que nunca es tarde para reinventarse.

Y para concluir, hay amor romántico en esta novela. Para fortuna de Rory, en este caso sí que es sano en su caso. Aunque también hay una alusión a un amor tóxico y obsesivo que, en realidad es lo que provoca toda la sucesión de eventos y lo que fuerza a Rory y Brett a pasar tiempo juntos y conocerse, ya que, de otro modo, hubieran sido unas eternas líneas paralelas que jamás hubieran cruzado destinos.

Con ello recuerda que, cualquier tipo de obsesión no es amor, porque quien bien te quiere, lo hará libre y sobre todo, que hay que saber aceptar un no como respuesta y así no obligar a nadie a que nos quiera como nosotros queremos que lo hagas. A la larga, eso terminará provocando tristeza, cuando no situaciones más difíciles de gestionar.

Un amor que, cuando es sano, es tan poderoso como las palabras. Y como tal, provoca exactamente el mismo miedo. De ahí que prefiramos huir o renegar del mismo, a pesar de la infelicidad que eso acarrea. Amén de que recurramos más a las relaciones sexuales, ya que las consideramos más inofensivas y por tanto, más fáciles e indoloras de cortar.

Otro error porque las relaciones sexuales y sobre todo, la química que se tiene en ellas, a base de repetición, puede dar lugar a sentimientos más profundos y de un cariz totalmente diferente. Y por eso, la química entre Brett y Rory ha estado bien presente desde el principio... no así tanto la fluidez para dar ese paso hacia el romance, el cual me ha parecido en cierto modo brusco y precipitado.

Es cierto que, aquí se desarrolla el friends to lovers y que es en la intimidad del viaje para limpiar el nombre de Clint cuando se conocen y se quitan el disfraz que llevaban desde la primera vez que se ven. Y es cierto también que con su historia de amor la autora recuerda un detalle que cae de cajón a causa de lo básico y fácil que es, como no es otro que el amor aparece dónde, cuándo, cómo y con quién menos lo esperamos, de ahí que tengamos que tener los ojos bien abiertos a su llegada. Y muy especialmente, jamás renegar de él o plantarle cara a su llegada, porque será una batalla perdida de antemano.

Pero... en el caso de él sobre todo, me ha faltado profundidad en el modo y sobre todo, en el cuándo se da cuenta de todo. Más que nada porque considero que Rory merecía una validación mucho más pública y espectacular, ya que está un poco harta de no ser considerada una prioridad para nadie. Eso sí, tengo que decir que el modo en que la reconquista sí que me ha gustado. Y mucho.

Especialmente porque lo hace después de haberle concedido a ella y sobre todo a sí mismo, el tiempo necesario para valorarse y quererse a sí mismo con sus imperfecciones, que no defectos. Siendo así, la mejor versión de sí mismo y sacando lo mejor de ella, a su vez. Aspecto fundamental para así poder ese paso al frente y comenzar el negocio de una vida en común con la mujer que quiere.

Para concluir, esta historia queda cerrada, pero debo decir que espero ya con ansias la historia de Clint y cómo se enamora.

Tenemos nueva novela de Susan Elizabeth Philips, una de las autoras más importantes del panorama romántico literario, indiscutiblemente.

Aunque no todas, he leído varias de sus novelas y es imposible no reconocer que tiene un don especial en su pluma.
Sus historias son como poco originales y divertidas, además de tener pequeños toques de drama y ser muy entretenidas.

En esta ocasión no ha sido diferente, me he encontrado disfrutando de una historia bastante adictiva.

En "Lo mejor de ti", encontramos la historia de Rory, una mujer que literalmente, es un desastre. Su vida tanto profesional como personal, no avanza de ninguna manera y hacia ninguna parte, ha intentado varias veces tomar las riendas de su vida, pero el caos y los problemas siempre pueden con ella.
Su hermano es un famoso y rico deportista, pero ella siempre se ha sentido a la sombra de él, por lo que no quiere nunca su ayuda económica.

En medio de un nuevo drama profesional su vida se enredará aún más cuando Brett, el representante de su hermano, aparece en su camino de una manera más alocada posible.

Beret Rivers vive por y para su trabajo. Nada lo aparta de su objetivo que es ser el mejor representante del mundo del deporte. No quiere ni cree en el amor, y por supuesto no quiere tener nada que ver con una relación amorosa, pero la aparición de Rory en su vida marcará un antes y un después en todos los sentidos, pues la volverá totalmente patas arriba...


Una noche loca con un desconocido, un asesinato que resolver y un reencuentro inesperado, harán de esta loca aventura una novela ideal para leer en cualquier momento y pasar un rato divertido y entretenido.


Como decía al principio la pluma de esta autora es bastante especial tiene un don único y creo que los lectores de SEP saben de lo que hablo.

Sus personajes y sus historias suelen tener un punto alocado que no dejan indiferente. Te puede gustar más o menos, pero desde luego no pasan inadvertido.

Rory y Brett son bastante diferentes, sus vidas no tienen nada que ver, ni sus personalidades tampoco.
E incluso el objetivo de cada uno para cumplir en la vida tampoco tienen nada en común.
Sin embargo, hay algo que los une. Algo potente, como es la atracción, y aunque es una relación prohibida, sin quererlo ninguno se verán envueltos en un camino complicado que los unirá aún más.

Un acercamiento que nosotros vamos viendo y saboreando poco a poco.

No puedo contar mucho de esta novela sin revelar datos importantes, solo digo que en definitiva es una novela que merece la pena leer, tanto si eres fan de la autora como si no lo has leído nunca.

Esta novela forma parte en una serie, pero se puede leer de manera independiente sin ningún problema, aparecen algunos personajes secundarios que ya tuvieron su propia historia, pero nada interrumpe la trama principal.

Ya solo me queda esperar a tener nueva novela de la autora, que ojalá sea la historia del hermano de Rory, ya que es un personaje que me ha gustado y me ha dejado ganas de más.


Una historia absolutamente recomendable.