Qué bonito escribe esta autora y cómo sabe llegarte al corazón con sus historias. Hacía ya tiempo que no leía nada de ella y la verdad es que echaba en falta una novela así, puro sentimiento.

Hazel Stone a sus dieciocho años lleva una vida realmente dura, su madre es drogadicta y su padrastro traficante y maltratador, así que el panorama en su casa es bastante desolador. Hazel decide buscar trabajo y ayudar a su progenitora que además está embarazada, y para ello pide ayuda a Big Paw, vecino y propietario de un rancho. Aunque este no la ve capacitada para las duras faenas propias del rancho ante el tesón de ella de que seguro podrá hacerlas la contrata, eso si, bajo la supervisión de su nieto Ian.

Ian Parker trabaja en el rancho de sus abuelos, pero su gran pasión es la música. Cuando llega Hazel al rancho no ve a la chica trabajadora, ve de donde proviene y le hace la vida imposible, dándole trabajos realmente duros. Pero, poco a poco se da cuenta de que Hazel está rota y necesita de un amigo, y aunque él está cerrado a cal y canto, le ofrece un techo donde dormir y poco a poco también una buena amistad.

Como he dicho antes es una historia preciosa y conmovedora que me ha tenido enganchada a sus páginas y sin ganas de acabarla, para no dejar atrás a estos personajes a los que he llegado a adorar.

Hazel es una joven que no tiene amigos por la familia que tiene, procura pasar desapercibida siempre, pero quiere ayudar a su madre y para ello se pone a trabajar, lo que no esperaba Hazel es el cambio que daría su vida. Primero se encuentra con un jefe déspota y desagradable que le hace pasarlo muy mal, y es que la culpa a ella de las faltas de su familia. Aunque eso no achica a Hazel que con el corazón tan grande que tiene aún le ayuda con su música, y es así como poco a poco derrite el hielo que tiene Ian en el corazón.

Hazel es de esos personajes completísimos, es fuerte, valiente, luchadora, no se amilana ante nada, a no ser que ponga en peligro a algún ser querido, tiene un corazón que no le cabe en el pecho y siempre da sin esperar nada a cambio.

Ian es un joven que sueña con ser alguien en el mundo de la música, y es muy bueno, pero sus canciones están desprovistas de sentimientos, y ahí entra en acción Hazel, que le ayuda cuando está estancado.

Ian carga con mucho dolor y rencor a sus espaldas y por eso no quiere a nadie en su vida que no sea su grupo o sus abuelos, pero la llegada de Hazel le hace cambiar, primero la ve como una buena amiga, pero poco a poco sus sentimientos van creciendo, sin embargo, tienen un camino duro que recorrer.

Ian también me ha encantado, como se entrega cuando lo hace, además su evolución a lo largo de la historia es brutal, de empezar cayendo fatal a adorarlo sin remedio.

Como secundarios hay que destacar a unos cuantos, como son el grupo de Ian, que van todos a una y anteponen su bienestar y el de sus seres queridos a la fama. Pero sin duda hay dos personas muy importantes en la historia son Big Paw y Holly, los abuelos de Ian, que siempre se han dedicado a dar una oportunidad al que lo necesita y no dudan en echar una mano a todo el mundo. Además me ha encantado Big Paw que parece un ogro y al final es un blandito.

Hay bastantes más personajes, buenos y malos que también contribuyen al desarrollo de la historia y la complementan.

La pluma de la autora como siempre es una delicia y aunque sus historias siempre están cargadas de dramatismo, lo cuenta de una forma que aunque sufres no te hace sentir mal.

La historia está narrada por ambos protagonistas y los conocemos perfectamente, sus pensamientos y sentimientos en todo momento.

Luz en la oscuridad es una preciosa y conmovedora historia de dos jóvenes que al principio se odian pero que poco a poco y al conocerse mejor se convierten en buenos amigos, dando paso a un enamoramiento que se cuece a fuego lento.

Una historia donde hay mucho dolor, tanto Hazel como Ian cargan con un pasado doloroso y abrumador, pero también hay mucho amor y además del bueno.

Como es habitual en esta autora, una historia de 10.