Vuelvo a leer a Emily Delevingne, esta vez con Mi guardián una novela con unos personajes entrañables muy diferentes entre sí, pero que me han hecho vivir una historia muy bonita.

Bruno es contratado para cuidar de Violet. Ella es hija de una familia adinerada y está siendo amenazada por alguien desconocido.
De esta manera se cruzan la vida de Bruno y Violet. Entre ellos surge la atracción desde el primer momento, pero ambos frenan sus sentimientos.
Bruno por profesionalidad y Violet por inseguridad.
Pero entre ellos nace poco a poco una bonita amistad y relación más intensa de lo que al principio ellos mismos creían, y los sentimientos van siendo cada vez más fuertes e imposibles de ignorar.


Aunque la novela me ha durado más de lo que me hubiera gustado por falta de tiempo, en realidad estamos ante una historia refrescante que se lee en poco tiempo. No tiene una trama complicada, aunque sí que tiene algunos giros inesperados que mantienen las ganas en la lectura.

Ya he dicho en otras ocasiones que soy fan de los clichés y aquí tenemos un poco de la típica historia de amor del guardaespaldas y su protegida, pero con el toque personal de la autora que la hace más especial.

Al principio no me pareció una historia con mucha intensidad de sentimientos, pero conforme avanza la novela la historia de amor va tomando un cariz más potente y emocionante.

Por lo tanto, ha sido un placer leer la historia de Violet y Bruno que, aunque sencilla, no tiene desperdicio.