Detalle de la opinión
5.0 1 0.5
Nos da una lección de vida
Valoración
5.0
Acabo de terminar esta novela y aún estoy conmocionada con todo lo que me ha hecho sentir. Conozco bien el estilo narrativo de José de la Rosa, pero la trama que nos presenta en No soy Lizzy Bennet, es lo más original que he leído en meses.
La trama está pensada para atraparte, presente y pasado. Al inicio de la narración, vas un poco perdida, no sabes qué sucede, solo encuentras a una Lizzy huyendo de la policía y tratando de llegar a una ciudad al sur, pero conforme te adentras en la historia, te impregnas de una atracción importante por saber lo ocurrido y a partir de la mitad del libro, ya no lo puedes dejar.
Leyendo la sinopsis ya sabes más o menos lo que te vas a encontrar entre sus páginas, pero lo que me ha conmocionado es la explosión de sentimientos de todos los personajes. Está claro que cada uno de ellos, Lizzy, John, Giacomo, Eva y Ana, arrastra su particular causa. Se han ido juntando a lo largo de la historia y, conforme pasaban capítulos, han ido estrechando sus lazos, hasta convertirse, en unos pocos días, en casi una familia.
En un principio se muestran desconfiados y la proximidad de todos ellos les va haciendo compartir con el resto su particular historia. Cada uno cuenta el porqué de su viaje y así se van estrechando los lazos que, finalmente, los unirá en una causa común.
Llegar a San Cayetano, para Lizzy, es el final de una lucha con su sentido de culpabilidad, con el que logrará su paz de espíritu. Pero no contaba con que, en el camino hacia su destino planeado, encontraría a John. Empiezan a bullir en su corazón sentimientos que ya no creía alcanzar, pero su determinación es firme y se impondrá a sí misma y a John.
Es una historia por momentos triste, en otros, alegre y graciosa pero, principalmente, es terriblemente emotiva y me ha revuelto todas las fibras de mi ser. Nos da una lección de vida, de cómo podemos afrontar los problemas, pequeños y grandes, sobreponiéndose a ellos y tirando cara a la vida, pero siempre siendo uno mismo y viendo la vida como realmente es, difícil pero, al mismo tiempo, mágica.
Como siempre, el poder del amor y de la amistad es lo que nos hace seguir viviendo. No hay peso que no puedas llevar en tus espaldas, que con estos dos sentimientos no puedas superar. Ama y te amarán, entrégate a los demás y ellos se entregarán a ti.
La trama está pensada para atraparte, presente y pasado. Al inicio de la narración, vas un poco perdida, no sabes qué sucede, solo encuentras a una Lizzy huyendo de la policía y tratando de llegar a una ciudad al sur, pero conforme te adentras en la historia, te impregnas de una atracción importante por saber lo ocurrido y a partir de la mitad del libro, ya no lo puedes dejar.
Leyendo la sinopsis ya sabes más o menos lo que te vas a encontrar entre sus páginas, pero lo que me ha conmocionado es la explosión de sentimientos de todos los personajes. Está claro que cada uno de ellos, Lizzy, John, Giacomo, Eva y Ana, arrastra su particular causa. Se han ido juntando a lo largo de la historia y, conforme pasaban capítulos, han ido estrechando sus lazos, hasta convertirse, en unos pocos días, en casi una familia.
En un principio se muestran desconfiados y la proximidad de todos ellos les va haciendo compartir con el resto su particular historia. Cada uno cuenta el porqué de su viaje y así se van estrechando los lazos que, finalmente, los unirá en una causa común.
Llegar a San Cayetano, para Lizzy, es el final de una lucha con su sentido de culpabilidad, con el que logrará su paz de espíritu. Pero no contaba con que, en el camino hacia su destino planeado, encontraría a John. Empiezan a bullir en su corazón sentimientos que ya no creía alcanzar, pero su determinación es firme y se impondrá a sí misma y a John.
Es una historia por momentos triste, en otros, alegre y graciosa pero, principalmente, es terriblemente emotiva y me ha revuelto todas las fibras de mi ser. Nos da una lección de vida, de cómo podemos afrontar los problemas, pequeños y grandes, sobreponiéndose a ellos y tirando cara a la vida, pero siempre siendo uno mismo y viendo la vida como realmente es, difícil pero, al mismo tiempo, mágica.
Como siempre, el poder del amor y de la amistad es lo que nos hace seguir viviendo. No hay peso que no puedas llevar en tus espaldas, que con estos dos sentimientos no puedas superar. Ama y te amarán, entrégate a los demás y ellos se entregarán a ti.
