Casi siempre, me gusta leer temas más reales, pero aunque siempre es ficción, no obstante parecen estar más en la medida de una realidad imaginaria o pueden llegar a pasar.

En esta novela, todo es muy imposible, al menos eso es lo que a mí me parece, ¡no puedo creer que hayan fantasmas! y que podamos convivir con ellos en una vida común y corriente.

Pero, en esta maravillosa novela, me he dejado convencer y he asumido que algo de lo que les sucede a los protagonistas Arthur y Lauren, pueda hacerse una realidad, para ellos y, para mí.

Ya he leído algún que otro libro de Marc Levy y su estilo narrativo, consigue implicarme en sus historias y disfrutar con su lectura. No falta, nunca, la sensibilidad, la simpatía y la ternura, algo que valoro mucho en una historia. Con Arthur y Paul, su amigo y socio, me he reído con mucha intensidad en algunos momentos de la historia, pero, en general es una prosa que emite un sentido del humor, durante todo el relato. Además, la sensibilidad del protagonista me ha hecho llorar. Y, la ternura que se nota en la relación, te llega, directamente al corazón.

Como leemos en la sinopsis, el tema es algo que sale de la realidad de la vida, pero la relación amorosa, es realmente preciosa. Empieza con la negación de Arthur, a lo que está viviendo, a un amor que crece lentamente y que los envuelve con todo su esplendor. La trama, se va desarroyando perfectamente y te enganccha enseguida, debido a la calidad de la prosa y la empatía que sientes, inmediatamente, por los personajes y sus problemas.

Con este libro, me he reído a mandibula batiente, he llorado con Arthur y me he sentido, totalmente embuelta en todos sus sentimientos, tan fuertemente expresados. No me cabe duda que ello es debido a la magnificencia de este autor que me ha cautivado completamente.

Es un libro abierto y que continúa con Volver a verte, el cual, voy a leer inmediatamente.

Lo recomiendo encarecidamente.