Detalle de la opinión
4.5 1 0.5Muy recomendable
Valoración
4.5
Acabo de terminar esta maravillosa novela de Kristan Higgins y ha resultado como esperaba: una lectura amena, adictiva y llena de sentimientos. No es solo la historia de un amor romántico, es un cúmulo de amores distintos pero no menos importantes, al contrario, el amor filial, el maternal, el de la amistad, el de parejas... todos y cada uno de ellos suelen formar lo que pasa el ser humano en este mundo.
Para mí, en esta historia de dos hermanas, lo que considero más relevante, es la relación entre ellas. Las dos van contando alternativamente lo que les va sucediendo. Han estado mucho tiempo separadas, debido a los problemas de sus padres. Son hermanastras, y esto les ha hecho ver cada una de diferente manera, su lejana niñez y adolescencia. Ahora, cuando los mundos de ambas se han caído a pedazos, esa unión que ambas anhelan en su interior, se va acortando a pasos agigantados y se encuentran de repente apoyándose mutuamente.
Ainsley es la de temperamento exuberante, la que ama a la gente y sabe ganársela completamente, mientras Kate es racional, seria y bastante introvertida. Las dos han añorado siempre parecerse a la otra, lo que hace que finalmente se complementen de manera perfecta.
El argumento es bastante interesante. Yo no había leído nada parecido hasta la fecha y me ha gustado mucho ver cómo, ayudándose mutuamente, van remontando sus problemas y enamorándose de nuevo.
Cuando surge de nuevo el amor para ambas, conocemos a dos personajes completamente diferentes, pero que a mí me han gustado los dos. Jonathan, el Capitan de hielo, que es todo lo contrario a Ainsley, y Daniel, el bombero sexi, que no es todo lo que aparenta ser y que es igual de alegre como es seria Kate.
Hay varios personajes secundarios que me han dado que pensar. Primero está la madre de Kate, madrastra de Ainsley. Al principio del relato no me ha gustado mucho, pero conforme leía, iba entendiendo su postura en la vida. Al final ha terminado por gustarme. La abuela, una nonagenaria empeñada en ligar y que no se sabe si tiene demencia senil o es su carácter. La madre del marido difunto de Kate, me ha encantado cómo sabe comportarse siempre correctamente. Hay varios más, como acostumbra esta autora, todos y cada uno de ellos ponen su granito de arena en esta historia, hasta el perro y el pez.
En resumen, es una estupenda novela, narrada perfectamente, con mucho sentido del humor, ya que hasta los momentos malos te parecen livianos, con multitud de sentimientos, incluyendo mucha ternura y con un final realmente precioso, donde todos los deseos de todos terminan cumpliéndose.
En el tramo final no he podido evitar las lágrimas, leyendo la ternura que reflejaban las líneas que leía y seguidamente... las risas.
Cada vez que leo una novela de Krintan Higgins, termino con una gran sonrisa en la boca y con ganas de que la historia no termine. Muy recomendable.
Para mí, en esta historia de dos hermanas, lo que considero más relevante, es la relación entre ellas. Las dos van contando alternativamente lo que les va sucediendo. Han estado mucho tiempo separadas, debido a los problemas de sus padres. Son hermanastras, y esto les ha hecho ver cada una de diferente manera, su lejana niñez y adolescencia. Ahora, cuando los mundos de ambas se han caído a pedazos, esa unión que ambas anhelan en su interior, se va acortando a pasos agigantados y se encuentran de repente apoyándose mutuamente.
Ainsley es la de temperamento exuberante, la que ama a la gente y sabe ganársela completamente, mientras Kate es racional, seria y bastante introvertida. Las dos han añorado siempre parecerse a la otra, lo que hace que finalmente se complementen de manera perfecta.
El argumento es bastante interesante. Yo no había leído nada parecido hasta la fecha y me ha gustado mucho ver cómo, ayudándose mutuamente, van remontando sus problemas y enamorándose de nuevo.
Cuando surge de nuevo el amor para ambas, conocemos a dos personajes completamente diferentes, pero que a mí me han gustado los dos. Jonathan, el Capitan de hielo, que es todo lo contrario a Ainsley, y Daniel, el bombero sexi, que no es todo lo que aparenta ser y que es igual de alegre como es seria Kate.
Hay varios personajes secundarios que me han dado que pensar. Primero está la madre de Kate, madrastra de Ainsley. Al principio del relato no me ha gustado mucho, pero conforme leía, iba entendiendo su postura en la vida. Al final ha terminado por gustarme. La abuela, una nonagenaria empeñada en ligar y que no se sabe si tiene demencia senil o es su carácter. La madre del marido difunto de Kate, me ha encantado cómo sabe comportarse siempre correctamente. Hay varios más, como acostumbra esta autora, todos y cada uno de ellos ponen su granito de arena en esta historia, hasta el perro y el pez.
En resumen, es una estupenda novela, narrada perfectamente, con mucho sentido del humor, ya que hasta los momentos malos te parecen livianos, con multitud de sentimientos, incluyendo mucha ternura y con un final realmente precioso, donde todos los deseos de todos terminan cumpliéndose.
En el tramo final no he podido evitar las lágrimas, leyendo la ternura que reflejaban las líneas que leía y seguidamente... las risas.
Cada vez que leo una novela de Krintan Higgins, termino con una gran sonrisa en la boca y con ganas de que la historia no termine. Muy recomendable.