Había visto buenas opiniones de este libro y parecía una historia diferente, por eso me atrajo y decidí darle una oportunidad. El resultado no podía haber sido mejor porque me ha maravillado.

No suelo comentar nada de las encuadernaciones de los libros que leo, pero este es una pasada, las letras en relieve y los bordes de las páginas rosas, muy original y bonito, como el contenido.

Tiffy Moore es una joven editora de libros de hobbies, su novio la ha dejado y ella sigue viviendo en su apartamento, así que necesita mudarse urgentemente. Como su sueldo no es demasiado grande está buscando algo que se ajuste a su presupuesto, pero solo encuentra cuchitriles, hasta que ve el anuncio que ha publicado Leon. Ofrece compartir piso y cama sin coincidir en ningún momento, él trabaja de noche y los fines de semana está en casa de su novia, así que durante ese tiempo el piso está disponible. Para Tiffy es la solución perfecta, ya que dispone de un piso donde tendrá libertad y podrá dejar atrás una etapa dura de su vida.

Leon es un enfermero de cuidados paliativos y trabaja el turno de noche, los fines de semana los pasa en casa de su novia, que quiere dar un paso adelante, así que Leon está sufriendo mucha presión por parte de esta. Él es reservado y poco sociable, parece que donde mejor se desenvuelve es con sus pacientes, y no le gustan demasiado los cambios. Sin embargo, tiene que ayudar a su hermano y necesita un dinero extra, por eso se decide a dar el paso y compartir el piso.

Tiffy se instala en la casa sin conocer a Leon, ya que es la novia la que se encarga de las gestiones, y en su día a día empieza a dejar notas repartidas por el piso, porque al contrario que Leon, Tiffy es muy comunicativa. Por las notas se van conociendo y cada vez la necesidad de escribirse es mayor, entre los dos se va forjando una amistad, y por lo tanto, la curiosidad de conocer en persona al otro. Un encuentro que llega de la manera más imprevista y que los cambiará para siempre.

Qué historia tan dulce, y qué personajes tan maravillosos, tanto a Tiffy como a Leon se les coge mucho cariño y es que son espectaculares.

Tiffy es una chica a la que le gusta combinar colores a la hora de vestir, es amable, simpática y muy divertida, pero lleva sobre sus espaldas una ruptura que le ha hecho daño, y aunque quiere olvidar a su ex, Justin, este no para de perseguirla lo que la hace flaquear en algún momento. Pero cuenta con la ayuda de sus amigos Gerty, abogada con bastante mala leche, y Mo, un psicólogo que siempre está ahí para ella. También al conocer a Leon y a través de las notas siente su apoyo y aumenta su fortaleza.

Leon tampoco está pasando una buena racha, necesita ayudar a su hermano Richie y no sabe cómo, a veces la impotencia se adueña de él y se desespera . Es un joven dulce, tranquilo y poco hablador, pero es un fuerte pilar para los que le rodean.

Como secundarios ya he mencionado a Gerty y Mo, una pareja de lo más dispar, que tendrán mucho papel en la historia, Raquel, compañera de Tiffy, El señor Prior y Molly, pacientes de Leon, pero hay que destacar a Richie, un personaje que a pesar de su situación siempre se muestra de buen humor, simpático, picarón y un gran apoyo para su hermano.

La prosa de la autora me ha encantado, es fresca, divertida, adictiva y ágil, los capítulos son cortos y se alternan entre Tiffy y Leon que nos ofrecerán su punto de vista. Me ha sorprendido un poco la forma en que están narrados los capítulos de Leon, es diferente y al principio se me hacía un poco extraña, pero me he ido acostumbrando.

Piso para dos es una historia sencilla, dulce y encantadora, una historia de dos personas completamente diferentes que se conocen a través de unas notas y acaban protagonizando una preciosa historia de amor.