Detalle de la opinión
4.0 1 0.5Entretenido
Valoración
4.0
Dermot Harding, regresó a Gold Rush Rancha tras su paso por el ejército, salió de él pero no él de su interior. Le persiguen imágenes que le atormentan y horrorizan, su único consuelo son los caballos y su trabajo con ellos.
Ada Wilson ya no es aquella niña que se declaró al hombre de sus sueños, aquel que ni ella misma sabe cuándo se coló en su corazón, pero que despreció y rompió en mil pedazos años atrás. Ahora ha vuelto a casa con una idea en mente, ser la mejor en la crianza de caballos de carreras.
Como el destino es así de caprichoso, hará que se vuelvan a juntar en la misma tierra que les hizo separarse. Dermot necesitará sanar, recuperarse y perdonarse y Ada deberá volver a confiar.
Tenemos unos personajes principales muy bien perfilados y unos secundarios que acompañan a la trama principal en todo momento. Me han encantado los padres de Ada y Tom que en todo momento sabe qué decir y cómo comportarse, además de que soy muy fan de los personajes que dan mensajes crípticos..., y el pobre Travis me ha dado hasta pena, angelico.
La trama no decae en ningún momento y es muy coherente, tenemos un hombre que tiene muchos miedos y de alguna manera está roto, es orgulloso, leal y sus demonios no dejan que luche por lo único bueno que ha tenido. Lo que no cuenta es con que el amor de Ada es tan profundo que luchará para sacarlo del pozo en el que está y que por fin vea la luz.
Es un relato corto, con apenas 112 páginas y con capítulos cortos que hará que lo leas en un suspiro. La pluma de la autora es ligera y fresca, las descripciones son fantásticas, realmente parece que estés allí en el rancho, bañándote en el río e incluso sientes el viento al montar a caballo. También tenemos escenas eróticas, pero están narradas con muy buen gusto y los diálogos entre los personajes son rápidos y ágiles, además que podrás palpar el amor que se sienten en cada palabra.
“No recuerdo un momento de mi vida que no te haya amado. Siempre has sido tú”
Ada Wilson ya no es aquella niña que se declaró al hombre de sus sueños, aquel que ni ella misma sabe cuándo se coló en su corazón, pero que despreció y rompió en mil pedazos años atrás. Ahora ha vuelto a casa con una idea en mente, ser la mejor en la crianza de caballos de carreras.
Como el destino es así de caprichoso, hará que se vuelvan a juntar en la misma tierra que les hizo separarse. Dermot necesitará sanar, recuperarse y perdonarse y Ada deberá volver a confiar.
Tenemos unos personajes principales muy bien perfilados y unos secundarios que acompañan a la trama principal en todo momento. Me han encantado los padres de Ada y Tom que en todo momento sabe qué decir y cómo comportarse, además de que soy muy fan de los personajes que dan mensajes crípticos..., y el pobre Travis me ha dado hasta pena, angelico.
La trama no decae en ningún momento y es muy coherente, tenemos un hombre que tiene muchos miedos y de alguna manera está roto, es orgulloso, leal y sus demonios no dejan que luche por lo único bueno que ha tenido. Lo que no cuenta es con que el amor de Ada es tan profundo que luchará para sacarlo del pozo en el que está y que por fin vea la luz.
Es un relato corto, con apenas 112 páginas y con capítulos cortos que hará que lo leas en un suspiro. La pluma de la autora es ligera y fresca, las descripciones son fantásticas, realmente parece que estés allí en el rancho, bañándote en el río e incluso sientes el viento al montar a caballo. También tenemos escenas eróticas, pero están narradas con muy buen gusto y los diálogos entre los personajes son rápidos y ágiles, además que podrás palpar el amor que se sienten en cada palabra.
“No recuerdo un momento de mi vida que no te haya amado. Siempre has sido tú”