Lo primero que te entra por los ojos cuando ves este libro, es la portada que es preciosa. Pero lo importante está dentro, una historia preciosa, tierna y estremecedora que te envuelve y no la puedes dejar de lado.

La estructura de la trama es realmente buena. Empieza con un prólogo en el pasado y continúa con el presente, donde nos encontramos con dos protagonistas, Scarlett y Owen, que se encuentran después de ocho años y rememoran el amor que sintieron en el pasado y se dan cuenta que sigue vivo y más fuerte.

Scarlett es una famosa escritora que ha sabido reestructurar su vida, después de haber pasado por mucho dolor y desamor. Se encuentra con un Owen que vive tranquilamente en el pueblo ocupándose del bar de su padre. ¿Qué ha pasado con el antiguo mejor jugador de béisbol? ¿Por qué no está jugando en las grandes ligas, como era su sueño?

A partir de aquí, alternando pasado y presente, vas entrando de lleno en la historia de estos dos protagonistas y de las personas que les rodean, lo que hace que te enganches rápidamente. Se van desvelando, conforme vas leyendo, todas las incógnitas. La muerte de Noah, por qué Owen sigue en el pueblo, las promesas que se hicieron, las dudas que surgieron... con una preciosa narrativa que te envuelve y que te emociona.

La relación de estos dos protagonistas es preciosa, está llena de ternura y amor. Me ha gustado especialmente ese amor de juventud que tan inocente y natural es. Hay diálogos picantes y discusiones acaloradas que te llegan al corazón y, sobre todo, los sentimientos que hacen que se te desborden los sentidos.

En resumen, es una historia que me ha conmovido hasta los cimientos. Es natural, sencilla y llena de sentimientos que te hacen suspirar, llorar y reír, y, sobre todo, tiene dos protagonistas que será difícil olvidar.

Este cuarto libro que leo de Dona Kenci, me ha demostrado que se va a convertir en uno de mis iconos favoritos.

Muy recomendable y romántico.