Detalle de la opinión
4.5 1 0.5Muy recomendable
Valoración
4.5
Lo primero que me llamó la atención para comprar este libro fue el nombre de la autora, que se ha convertido en poco tiempo en una de mis incondicionales lecturas; lo segundo, cuando vi que estaba ambientada en Valencia, y lo tercero, que se trataba de una novela en donde podía haber una segunda oportunidad para esta pareja. Son historias que me enternecen al máximo porque yo creo fervientemente en este concepto en la vida.
Cuando empiezas a leer no sabes exactamente qué es lo que les ha pasado a Víctor y a Sara para que en la sala de un abogado estén firmando su divorcio. Víctor está deshecho, se nota que la quiere todavía. Sara, por el contrario, se muestra fría. Víctor acepta firmar el divorcio, con la condición de una última cena juntos, a lo que ella acepta.
Después, cada uno emprende con dolor el intento de rehacer su nueva vida. La historia está contada alternativamente por Víctor y Sara. Lo que les ha llevado a la situación de pedir el divorcio, algo terrible que ha marcado sus vidas para siempre. Victor cree que sólo juntos podrán salir adelante, pero ella lo odia aunque a la vez lo ama, cosa que ves claramente en la actuación y los sentimientos que va describiendo la autora magistralmente.
Víctor trabaja en la empresa que montó con dos amigos, pero que ahora ya no le importa nada, y allí sólo tiene a Ana, una amiga que es la única que le entiende y no deja que acabe por destruirse totalmente, pese a que él la trata fatal. Ana es una chica dulce, recién casada y que siente verdadero afecto por él aunque no logra sacarle del hoyo en el que se ha metido, pero consigue que por lo menos sonría de vez en cuando.
Sara tiene a su madre y a su hermana pequeña que no la dejan sola, aunque ella las trata mal, pero no le hacen caso y persisten en sacarla de casa y en inducirla a que siga con su vida, pero ¡qué duro es vivir cuando no se tiene porque hacerlo!
Me ha gustado ver cómo se han paseado por la playa de la Malvarrosa y cómo ella ha ido a fotografiar la Albufera tan querida para mí y como se nombraban cosas de mi amada ciudad, pero lo que me ha llegado al alma es la recreación de todos los sentimientos que se han plasmado en las páginas de este libro y que han sentido Víctor y Sara desde que empieza su historia hasta que finaliza.
He llorado bastante porque lo que les sucede es terrible, pero también he sonreído y he tenido esperanza de que cuando dos personas se aman y se apoyan entre sí se pueden salvar todos los obstáculos que la vida te presenta, y aquí lo demuestra esta autora en esta maravillosa historia de amor y superación.
Una historia agridulce, llena de sentimientos, con un tema duro y que me ha hecho llorar, no voy a negarlo, pero que al final en ese epílogo maravilloso te deja con un muy buen sabor de boca y de esperanza.
Muy recomendable.
Cuando empiezas a leer no sabes exactamente qué es lo que les ha pasado a Víctor y a Sara para que en la sala de un abogado estén firmando su divorcio. Víctor está deshecho, se nota que la quiere todavía. Sara, por el contrario, se muestra fría. Víctor acepta firmar el divorcio, con la condición de una última cena juntos, a lo que ella acepta.
Después, cada uno emprende con dolor el intento de rehacer su nueva vida. La historia está contada alternativamente por Víctor y Sara. Lo que les ha llevado a la situación de pedir el divorcio, algo terrible que ha marcado sus vidas para siempre. Victor cree que sólo juntos podrán salir adelante, pero ella lo odia aunque a la vez lo ama, cosa que ves claramente en la actuación y los sentimientos que va describiendo la autora magistralmente.
Víctor trabaja en la empresa que montó con dos amigos, pero que ahora ya no le importa nada, y allí sólo tiene a Ana, una amiga que es la única que le entiende y no deja que acabe por destruirse totalmente, pese a que él la trata fatal. Ana es una chica dulce, recién casada y que siente verdadero afecto por él aunque no logra sacarle del hoyo en el que se ha metido, pero consigue que por lo menos sonría de vez en cuando.
Sara tiene a su madre y a su hermana pequeña que no la dejan sola, aunque ella las trata mal, pero no le hacen caso y persisten en sacarla de casa y en inducirla a que siga con su vida, pero ¡qué duro es vivir cuando no se tiene porque hacerlo!
Me ha gustado ver cómo se han paseado por la playa de la Malvarrosa y cómo ella ha ido a fotografiar la Albufera tan querida para mí y como se nombraban cosas de mi amada ciudad, pero lo que me ha llegado al alma es la recreación de todos los sentimientos que se han plasmado en las páginas de este libro y que han sentido Víctor y Sara desde que empieza su historia hasta que finaliza.
He llorado bastante porque lo que les sucede es terrible, pero también he sonreído y he tenido esperanza de que cuando dos personas se aman y se apoyan entre sí se pueden salvar todos los obstáculos que la vida te presenta, y aquí lo demuestra esta autora en esta maravillosa historia de amor y superación.
Una historia agridulce, llena de sentimientos, con un tema duro y que me ha hecho llorar, no voy a negarlo, pero que al final en ese epílogo maravilloso te deja con un muy buen sabor de boca y de esperanza.
Muy recomendable.