Libro 5 de la serie Serie I-Team

Fue en Sombras de sospecha cuando supimos que Natalie sufría a causa de una tragedia acontecida en su pasado, que aún no había podido superar. Tanto era así que, sin saber de qué se trataba, sus compañeras parecían leer un dolor constante e imborrable en su mirada. Pero es a lo largo de esta novela cuando descubrimos que esa historia se remonta al huracán Katrina que asoló Nueva Orleans.
Su prometido y sus padres fueron unas de las víctimas. Y Natalie se siente culpable de sus muertes, a causa de diferentes acontecimientos que acompañaron el accidente de sus seres queridos.
De modo que, un poco para olvidar, accede a viajar a México a una conferencia de tres días de la Asociación de periodistas. En el transcurso del viaje, el autobús en que viaja es asaltado; los periodistas latinos asesinados y Natalie secuestrada por los Zetas, un cartel mexicano relacionado con el narcotráfico y la muerte de mujeres en Ciudad de Juárez.
Durante su cautiverio conoce a Zach McBride, el héroe de esta novela.

El modo en que se conocen Zach y Natalie es sobrecogedor. Natalie aguarda el momento en que teme será asesinada y desde su celda, oye como torturan a un hombre al que acusan de haber robado un alijo de cocaína. Pared con pared, Natalie y ese hombre, Zach, comienzan a comunicarse y, así, termina abriéndose y contándole su pasado, sus miedos, el sentimiento de culpabilidad que no la abandona.
En ese momento Natalie no lo sabe, pero Zach no es el narcotraficante que parece, ni ha robado a los Zetas, sino que trabaja para el gobierno. En el transcurso de una misión, ha sido traicionado y drogado, terminando en las manos de los Zetas que lo creen responsable del robo de un alijo de cocaína. Durante días ha sido torturado y electrocutado para extraerle una confesión.
Zach no cree ser capaz de resistir mucho más hasta que una voz lo empuja fuera de la inconsciencia... la de Natalie.

Juntos, Zach y Natalie, aúnan esfuerzos para escapar del cartel y regresar a Estados Unidos, con la finalidad de dejar al descubierto la red de narcotráfico de los Zetas en la que, al parecer, importantes cargos tanto de México como Estados Unidos están implicados.
Pero la huida que no será nada fácil. Una vez que dejan atrás su prisión, perseguidos por los Zetas, se adentran en el desierto para cruzar la frontera y regresar a Estados Unidos. La travesía está repleta de peligros pero, también, la experiencia vivida al borde de la muerte propicia que entre ellos surja una atracción potente e innegable.

Cada vez que leo una nueva novela de Pamela Clare -y no sé muy bien la razón- pienso que no me gustará tanto como la anterior. Luego, sin embargo, no es que me guste, sino que me encanta.
Me ha sucedido -otra vez- con ésta: Sin salida. Si bien las historias de Julian y Marc, además mis dos personajes masculinos favoritos de la saga, siguen siendo mis dos predilectas, me ha parecido una novela apasionante.

Una vez más Pamela Clare hace gala de una exquisita labor periodística y de documentación, tal como queda patente a lo largo de esta trepidante novela de acción y romance que te cautiva de principio a fin.
Existen varias razones, que paso a comentar, por las que disfruto enormemente de las historias del equipo de investigación del Independent Denver.

La historia de amor que cuenta, sin duda, es una de ellas. Cada una de las parejas protagonistas que componen los diferentes libros destilan química, amor y pasión. Y eso traspasa el papel. Por otro lado se trata de historias que además aúnan en sus páginas suspense y acción, narrado y desgranado de manera inteligente, envolvente y logrando captar tu atención y mantener en vilo. Debo confesar que con cada libro que pasa el nudo que se forma en mi pecho mientras leo se hace cada vez mayor. Si Sombras de sospecha me dejó con el corazón en la garganta, Sin salida no hay sido menos y ha habido episodios especialmente duros con los que he sufrido y lo he pasado un poco mal.
Por otra parte la historia de Natalie y Zach me ha cautivado, emocionado y mantenido en suspense, sin dejar que el ritmo decayera, con lo que he sido incapaz de dejar de leer hasta llegar a la última página.
Pero existe otra razón más por la que considero ésta una gran novela y, en general, una saga, en mi caso, de las imprescindibles. Ésa es la crítica social que acompaña las tramas románticas y de suspense que crea Pamela Clare, mostrando que una lectura de evasión, como lo es la romántica, no está exenta de hacer una crítica social o informar.
En esta caso, se trata de la denuncia por la muerte de centenares de mujeres en México, Las Muertas. De hecho Pamela en su conmovedora dedicatoria menciona a esas mujeres asesinadas y clama, a través de estas páginas, justicia para ellas.

Sin Salida sigue la estela de las novelas que la preceden. En mi opinión, lo hace con una trama apasionante, que te mantiene pegada al libro, con el corazón encogido, dividida entre la intriga pero a veces también el temor, y, evidentemente, el deseo de disfrutar de una sensual historia de amor.

En muchas ocasiones he sentido la piel de gallina, como en los primeros capítulos cuando se nos narra el cautiverio de Natalie, las torturas que sufre Zach y los sacrificios a la Santa Muerte. La trama que envuelve a los Zetas es escalofriante, sobrecogedora. Según avanza la lectura descubrimos que nada es tal como en un principio parecía y que hay mucho más detrás del secuestro de Natalie de lo que imaginábamos.

La historia de amor me ha conmovido. Natalie es un personaje que me ha llegado al corazón por ese lado vulnerable que tiene, ese peso en el alma que le impide seguir con su vida. Zach me ha parecido un personaje apasionante, oscuro, complejo y un poco lleno de contrariedades (lo que en mi opinión lo hace más atractivo). Antiguo Navy SEAL que combatió en Afghanistán, ahora trabaja para el gobierno en una misión, como en el fondo hace tiempo que provoca, que puede costarle la vida.
La de ellos es una historia que nace mientras luchan por sus vidas. Y aunque, tal vez, me ha parecido que la cantidad de escenas de sexo que se describen -más aún porque Zach ha sufrido torturas durante días- son un poco demasiadas, eso no menoscaba que sea una historia apasionada y romántica.

Lo mejor, ¡cómo no!, es la aparición del plantel de secundarios de lujo que acompañan a Nathalie y Zach arriesgando sus propias vidas: Marc, Julian, Gabriel y Reece y las reporteras o ex-reporteras del I. Denver, Tessa, Sophie, Kat, Kara. Y sin quienes las novelas nunca serían igual, pues quien más y quien menos aguarda expectante la aparición de algunos de ellos.
A estas alturas sólo me resta por añadir que estoy ansiosa por leer la siguiente entrega de esta saga.