Detalle de la opinión
4.5 1 0.5Lo recomiendo totalmente
Valoración
4.5
Después de leer Todas las malditas decisiones tenía la esperanza que la continuación no tardara mucho, ya que me quedé con el corazón roto, esperando saber el resultado de un amor tan sumamente claro para mí y tan poco apreciado por Rebeka. Sólo su amiga Ana respaldaba al roquero Gary, el cual me había enamorado completamente.
Pues bien, esta es la continuación que me ha gustado más que la primera parte, si cabe. Aunque aquí me he encontrado con otro personaje, Daniel, que también me ha enamorado completamente y que es la esquina opuesta a Gary, aunque tiene mucho por lo que enamorarse de él.
Pero, como dice Ana, nadie entiende las flechas de cupido y él las dispara como cree conveniente. Rebeka, quiera o no, ha encontrado a su media naranja y no tiene cómo escapar de ello, por mucho que se esfuerce en lograrlo.
Me ha gustado mucho cómo se ha desarrollado la trama y los cambios de escenario, aceleran la acción y se hace mucho más rápida su lectura que la primera. El sentido del humor, aderezado sobre todo por la estrafalaria Ana, sigue la misma tónica que ya conocemos del principio de la historia. Pero aquí encontramos otros muchos sentimientos, como por ejemplo la ternura, que inspira este hombretón que ha aparecido en la vida de Rebeka, en Alemania, en un pequeño pueblo donde vive el hermano de la protagonista, y que nos muestra la autora, contándonos costumbres y el día a día de sus vecinos, cosa que me ha encantado. Algunos personajes secundarios que habitan este lugar son sumamente entrañables, y colaboran para solucionar los problemas y las penas de la protagonista.
También me ha gustado conocer Irlanda del Norte y sus peculiaridades, además nos enseña (sí, lo digo así porque casi los ves con sus descripciones), la ciudad de Belfast y sus costas. De este paseo me ha gustado especialmente la madre de Gary.
Nos muestra también cómo se desenvuelve un conjunto de rock y sus entretelas, así como los problemas que conlleva esto, si no tienes un motivo muy real para llevarlo.
Y, sobre todo, me ha encantado el personaje del roquero y su carácter, sincero y luchador, así como el profundo amor que siente por Rebeka, pese a todas las malditas decisiones que toma la chica para eludir esta verdad.
En resumen, es una estupenda novela, muy actual, divertida, con personajes entrañables y con el relato de un amor que salta todas las barreras. Además, es un canto a las segundas oportunidades que podemos tener en la vida, y a la suma importancia que tienen el amor y la amistad.
Lo recomiendo totalmente, pero... hay que leer el primero.
Pues bien, esta es la continuación que me ha gustado más que la primera parte, si cabe. Aunque aquí me he encontrado con otro personaje, Daniel, que también me ha enamorado completamente y que es la esquina opuesta a Gary, aunque tiene mucho por lo que enamorarse de él.
Pero, como dice Ana, nadie entiende las flechas de cupido y él las dispara como cree conveniente. Rebeka, quiera o no, ha encontrado a su media naranja y no tiene cómo escapar de ello, por mucho que se esfuerce en lograrlo.
Me ha gustado mucho cómo se ha desarrollado la trama y los cambios de escenario, aceleran la acción y se hace mucho más rápida su lectura que la primera. El sentido del humor, aderezado sobre todo por la estrafalaria Ana, sigue la misma tónica que ya conocemos del principio de la historia. Pero aquí encontramos otros muchos sentimientos, como por ejemplo la ternura, que inspira este hombretón que ha aparecido en la vida de Rebeka, en Alemania, en un pequeño pueblo donde vive el hermano de la protagonista, y que nos muestra la autora, contándonos costumbres y el día a día de sus vecinos, cosa que me ha encantado. Algunos personajes secundarios que habitan este lugar son sumamente entrañables, y colaboran para solucionar los problemas y las penas de la protagonista.
También me ha gustado conocer Irlanda del Norte y sus peculiaridades, además nos enseña (sí, lo digo así porque casi los ves con sus descripciones), la ciudad de Belfast y sus costas. De este paseo me ha gustado especialmente la madre de Gary.
Nos muestra también cómo se desenvuelve un conjunto de rock y sus entretelas, así como los problemas que conlleva esto, si no tienes un motivo muy real para llevarlo.
Y, sobre todo, me ha encantado el personaje del roquero y su carácter, sincero y luchador, así como el profundo amor que siente por Rebeka, pese a todas las malditas decisiones que toma la chica para eludir esta verdad.
En resumen, es una estupenda novela, muy actual, divertida, con personajes entrañables y con el relato de un amor que salta todas las barreras. Además, es un canto a las segundas oportunidades que podemos tener en la vida, y a la suma importancia que tienen el amor y la amistad.
Lo recomiendo totalmente, pero... hay que leer el primero.